
Sandra, la hija de Javier, era una muchachita preciosa, alta y delgada cuyos pechos firmes y su marcado trasero le hubieran permitido desfilar en las más aclamadas pasarelas de moda. Era una mulata de piel más clara que sus primas y su cabello negro y lacio le iban bien. La chica no pudo ocultar su felicidad al ver a su padre recibiendo una mamada de su prima, pues sabía que por fin su padre había desistido de irse del pueblo. Corrió hacia su padre y sin interrumpir la acción de Leticia lo abrazó y le dio un beso en la […]