
Cap. 8― Consolando a Adriana He de decir que esa tarde sorprendí incluso a la fetichista y lo hice por mera casualidad. Después de hacerle el amor, enlacé sus cadenas con las de Irene, de forma que cada vez que una se movía, la otra sentía una descarga de energía sexual que la ponía bruta. Juro que lo hice en plan de broma, pero sin preverlo descubrí un método de tener controladas y felices a mis mujeres. ―Hay que reconocer que me será útil en el futuro― asentí al ver que ambas caían derrotadas tras el enésimo orgasmo que habían […]