
Estaba agotado, pero la cercanía de tres mujeres me puso a mil nada mas despertarme. Me levanté al baño, con ganas de liberar mi vejiga, pero también tratando de calmarme. Al volver me quedé extasiado al observar las tres mujeres que desde la noche anterior eran mis esposas. Eran tres hembras de bandera, las tres diferentes, pero no se le podía negar a ninguna de ellas que era bella. Xiu, la mas madura, era con creces la que prefería y no solo por la perfección de su cuerpo sino por la poderosa personalidad que me había mostrado en las pocas […]