
-¡Joder tío! Estamos volando. ¿Qué más quiere? ¿Que rompamos la barrera del sonido?–dijo Cometa. -Y dale otra vez –añadió Cupido recibiendo un nuevo latigazo. –me voy a quejar al sindicato. -Sí, hazlo. –Intervino Trueno –los duendes lo hicieron y ahora trabajan dieciocho horas diarias y les han bajado el sueldo un treinta y siete por ciento. El gordo les amenazó con echarlos a todos y traerse unos cientos de indochinos. Para eso valen los sindicatos. -Callaos todos y tirad, -dijo Rudolph autoritario mientras por encima de ellos volvía a chasquear el látigo. –cuanto más rápido vayamos más rápido acabaremos con […]