
Miró de nuevo, apartándose hacia un extremo. Un nuevo relámpago iluminó toda la colina que bajaba suave por la parte delantera de la casa hasta el bosque profundo. Estaba plagada de caminantes que subían la colina de forma lenta y perdida, como si no les afectase la intensa lluvia. Hizo señas a su Madre para que no hablara. Ella lo miró extrañada, con los ojos graves y la mirada apocalíptica. Se acercó y le dio una escopeta cargada y dos cajas más de munición. Se acercó y le tapó la boca intentando que no chillase. Le susurró al oído. “Hay […]