
La mamada con la que esa cría presionó para que tomara rápido una decisión, me dejó caliente e insatisfecho. Ser consciente que solo necesitaba ceder y reconocer a Adela como mi hija, para tener a Malena a mi entera satisfacción, me traía loco. No en vano, esa monada era la dueña de uno de los mejores culos con los que me había topado y necesitaba hacerlo mío. La tenía a mi alcance pero el precio que tendría que pagar era caro. Como sabéis mi idea inicial era echarle unos polvos y tras lo cual olvidarme de ella, pero ella me […]