
Llevaba en el País poco más de diez y las cosas hasta entonces no me habían ido demasiado mal, tenía una habitación en una especie de casa comunal, un colchón donde dormir con mi entonces pareja y en el que todas las noches tenía que soportarlo, y hasta había conseguido un pequeño trabajito que nos permitía comer todos los días, si bien es verdad que mi pareja no aportaba nada más que palabras y seguía buscando su primer trabajo. Aquella situación tenía que romper por algún sitio, no era plan continuar en un país desconocido, sin conocer a nadie más […]