
CELEBRACIÓN: La mañana siguiente desperté bastante tarde, tras haber dormido toda la noche de un tirón, agotada por los intensos acontecimientos de la víspera. Adormilada, miré a mi alrededor, contemplando el apocalíptico revoltijo de sábanas y cuerpos que había sobre mi cama. Gloria, dormida como un tronco, estaba abrazada a mí, con su cara apoyada directamente en mi pecho. Sin poder evitarlo, sonreí en silencio al observar que un fino hilillo de saliva había escapado de entre sus labios mientras dormía, con lo que la piel de mi teta izquierda brillaba por sus babas. No me molestó. Aún […]