Relato erótico: “Maquinas de placer 11” (POR MARTINA LEMMI)

Jack Reed corrió hacia el roto ventanal y detrás de él lo hicieron tanto Luke Nolan como las personas de seguridad que se hallaban en el lugar; el dramatismo y la urgencia de la situación eran tales que ambos vecinos parecían haber olvidado la trifulca en que estaban envueltos instantes antes.  El rostro de Jack estaba desencajado por el horror; venciendo todo vértigo se acercó hacia la inmensa abertura que había quedado tras la rotura del cristal y desde allí se asomó a la nada casi como si no le importase hallarse en el piso quinientos veinte.  El frío viento […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 10” (POR MARTINA LEMMI)

Cuando Jack despertó, Laureen no estaba allí.  Volvió a asaltarle la paranoia pero buscó alejarla de inmediato: habría salido a trotar como lo hacía siempre; ella no solía alterar su rutina por más que fuera fin de semana.  Tal como él lo había anunciado, los tres Erobots quedaron inactivos durante la noche y, después de mucho tiempo, Jack y Laureen habían vuelto a compartir lecho.  Sin embargo, tal circunstancia no había devenido en que volvieran a tener sexo ni tan siquiera en que hubiera amago alguno de que así fuese: la situación, de hecho, no era de lo más normal […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 09” (POR MARTINA LEMMI)

Cuando el empleado anunció la presencia de Luke Nolan en la puerta del despacho de Carla Karlsten, ésta hizo seña de que simplemente le dejase pasar y se retirase.  Luke, entró con timidez y saludó nerviosa pero cortésmente a la ejecutiva para luego girar la cabeza hacia su vecino Jack, quien se hallaba en la silla de enfrente.  “Es un gusto tenerte aquí, Luke” – le saludó Miss Karlsten , sonriente -; toma asiento” El recién llegado, sin poder salir de su nerviosismo, tomó asiento en la silla que se hallaba junto a la de Jack y apoyó en su […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 08” (POR MARTINA LEMMI)

  El final del número fue apoteótico.  Aun con lo ajeno y lejano que se sentía Jack Reed con respecto al mundo sado y fetichista, no podía dejar de admitir que lo que Goran Korevic lograba, tanto en su público como en los ocasionales participantes de sus números, era realmente único: un artista de los que ya quedaban pocos en un mundo en el cual la tecnología había ido apropiándose de los placeres humanos y suplantando la sangre con circuitos.  Goran hizo poner a madre e hija de rodillas y alineadas una junto a la otra; luego hizo pasar a […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 07” (POR MARTINA LEMMI)

Hacía ya un par de horas que Jack había partido hacia su trabajo y, sin embargo, Laureen seguía casi en la misma posición en que él la había dejado al marcharse.  Sentada sobre la cama y abrazada a sus piernas recogidas no dejaba de echar cada tanto inquietas miradas al androide que yacía a su lado.  Tal como ella le había pedido, Jack había dejado el robot en off pero, viéndolo ahora, dudaba acerca de si no era peor el remedio que la enfermedad.  El símil de Daniel Witt ya no respiraba; su formidable y hermoso pecho ya no le […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 06” (POR MARTINA LEMMI)

  El robot que llevaba en volandas a Laureen, una vez traspuesto el umbral, se movió en la casa como si la conociese.  No le costó ningún trabajo hallar el camino al dormitorio en el cual justamente se hallaba la cama matrimonial.  Delicadamente pero a la vez con un toque de animal salvajismo, depositó sobre el somier a Laureen, quien aún no terminaba de asimilar una situación que la superaba.  Los juguetes tecnológicos aplicados a la vida sexual siempre le habían despertado una cierta resistencia y muy especialmente a partir del episodio que casi había enviado a la tumba a […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 05” (POR MARTINA LEMMI)

Miss Karlsten no cabía en sí de la sorpresa ni de la indignación; no lograba dar crédito a sus oídos.  Era tanto su enojo que hasta tironeó inútilmente de los grilletes que retenían sus muñecas aun sabiendo bien que no podían ser abiertos por quien permanecía cautivo. “¿Qué… estás diciendo?” – masculló, mostrando los dientes y girando la cabeza por sobre su hombro. “Lo que oye, Miss Karlsten – respondió el androide -; el mandato de mi cerebro positrónico me impide hacer daño a una persona” “¡No me vengas con tecnicismos absurdos! – vociferó Miss Karlsten, cada vez más contrariada […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 02” (POR MARTINA LEMMI)

La alarma automática del tablero del auto, como era habitual cada día, despertó a Jack Reed cuando ya estaba llegando a su lugar de trabajo.  En efecto, apenas entreabrió los ojos pudo ver que el vehículo estaba subiendo por la calle en espiral que rodeaba el edificio de la corporación Vanderbilt en la que él se desempeñaba.  Alrededor el paisaje sólo estaba poblado de las altas torres de Capital City en lo alto sobrevolaba Joy Town, el parque de diversiones volante que se sostenía con suspensores antigravitatorios.  Echó un vistazo hacia su robot conductor y pudo comprobar que, como siempre, […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 04” (POR MARTINA LEMMI)

El mini módulo espía se introdujo por la ventana de la habitación que, afortunadamente, los Reed habían dejado abierta.  Desde el cuarto de su  casa al que había convertido prácticamente en centro de mo nitoreo, Luke lo iba guiando y así oteando el panorama.  Al parecer y por fortuna no había rastros del perro – robot, el cual seguramente andaría correteando por el parque sobre el lado opuesto de la propiedad.  La luz matinal que, entrando por la ventana, bañaba la habitación, era más que suficiente y no necesitó, por lo tanto, activar la visión infrarroja con la que había […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 03” (POR MARTINA LEMMI)

Esa tarde, mientras Jack Reed regresaba por la atestada autovía camino de su casa, no cabía en sí mismo de las ganas de llegar debido a la ansiedad que tenía por cargar el VirtualRoom con los nuevos datos y así poder hundirse en su nueva y doble fantasía… Poco antes de salir del trabajo había pasado por el despacho de Carla Karlsten, encontrándose con el patético espectáculo de ver al muchacho nuevo lamiéndole el calzado; el joven, semidesnudo, lucía marcas tanto sobre sus nalgas como sobre su espalda que evidenciaban que la perversa jefa lo había sometido al látigo y […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 01” (POR MARTINA LEMMI)

Al principio Jack Reed avanzó sigilosamente por entre la floresta.  Aun a pesar de moverse por entre un mundo paradisíaco, no podía evitar sentir una cierta inquietud cada vez que volvía a transitar por el mismo.  Por mucho que quisiera hacerlo, costaba asimilar la idea de andar por un mundo en el cual no había otro hombre más que él.  Apartó las hiedras y lianas que caían a su paso, casi siempre jalonadas por grandes coronas de flores que, en tonos blancos, amarillos o anaranjados, pendían desde lo alto cual si se tratase de una lluvia que caía desde un […]

Relato erótico: “la vida da revancha 4 y final” (POR MARTINNA LEMMI”

               Al regresar a casa no hubo palabras entre los esposos y, por cierto, tampoco casi las hubo durante el resto del día.   Lo que habían vivido era lo suficientemente impactante como para ameritar el silencio.  Y a la noche, una vez más, vuelta al trabajo, al signo de interrogación que constituía cada noche en ese bar en donde nunca se sabía qué podía pasar.  Fernando volvió a ser vestido como una chica para hacer de camarera puesto que ése era el rol que, ya de forma definitiva, Ofelia le había asignado.  Incluso y […]

relato erótico: “La vida da revancha 3” (POR MARTINNA LEMMI)

                Ofelia giró sobre los tacos de sus botas y se marchó.  El hombre agradeció su presencia en el lugar y luego se dedicó de lleno a Eliana.  Subiendo con la verga por entre los muslos llegó hasta la entrada de su concha, la cual acababa de ser inspeccionada por Ofelia.  Apenas introdujo la punta de su miembro, Eliana soltó un gritito que se mezcló con un jadeo.  El sujeto hizo una pausa; jugó con el momento.  Habiendo logrado el efecto de que ella estuviera excitada al punto de sentir ansiedad, jugueteó un […]

Relato erótico: “la vida da revancha 2 ” (POR MARTINNA LEMMI)

Una de las chicas se adelantó unos pasos hacia Eliana.  Sorprendió a Fernando que no fuera la misma que había ido a buscar la fusta o el taco; parecía como si hubiera una red de asistentes de Ofelia con las funciones bien determinadas, donde cada una sabía cuándo tenía que actuar.  En un gesto que a Fernando hasta se le antojó piadoso, la chica apoyó una mano sobre el vientre de Eliana y otra sobre la parte superior de la espalda, entre los omóplatos; le susurró algo al oído y, empujándola levemente, la impelió a inclinarse hacia adelante.  Una vez […]

Relato erótico: “La vida da revancha” (POR MARTINA LEMMI)

          Eliana y Fernando eran el matrimonio perfecto hasta que ocurrió el desastre.  Por lo general, los noviazgos de la secundaria no duran de por vida, pero a veces hay excepciones y el caso de ellos parecía ser.  Él era en aquellos días el alumno perfecto, atractivo y ganador con las chicas, además de brillante en los estudios.  Ella era lo mismo pero puesto en términos de mujer: es decir, muy cortejada por los varones y también con altísimas calificaciones.  Durante bastante tiempo, Fernando se dedicó a sus correrías de adolescente pirata y quizás por eso no […]

Relato erótico: “Hechizo de una noche 2” (POR MARTINA LEMMI)

Cuando salí de la carpa y dejé la playa, caminé largo rato meditando sobre lo que acababa de ocurrir y lo que me estaba pasando.  ¿Era po sible?  ¿O era un sueño?  Unas chicas adolescentes pasaron en un auto y me gritaron cosas de un modo totalmente desinhibido y desaforado:                     “Mmmm…, ¡Bombón!  ¿Cómo hacés para ser tan lindoooo????”                     “¡Guauuuu! ¡Te bajo el pantalón con los dientes, preciosooo!!!”                     “¡Haceme un hijo!!! ¡O dos!!! Jajaja….”                      Eran las típicas adolescentes de veraneo que no escatiman absolutamente nada cuando se trata de piropear a un chico porque están de vacaciones […]

Relato erótico: “Hechizo de una noche 1” (POR MARTINA LEMMI)

             Me llamo Abigail.  Y todos me conocen como Abi.  Si tuviera que decir si soy lesbiana, me encontraría sin respuesta, pero lo cierto es que los varones no son mi foco de atracción o, por lo menos, sé que dejaron de serlo cuando tenía doce años, si es que alguna vez lo habían sido.  Es decir, puedo apreciar un cuerpo masculino bello pero, al momento de generarme deseo sexual, lo que me produce el cuerpo de una hermosa mujer es único.  Y, sin embargo, la realidad marca que, por lo menos hasta los hechos […]

Relato erótico: “Diario de una Doctora Infiel (11): Final” (POR MARTINA LEMMI)

           En fin… No necesito decir al lector que tuve que practicarle sexo oral nuevamente, esta vez arrodillada en el interior de un probador.  Tampoco necesito decir que tuve que comprar el conjunto de lencería y, una vez más, pagar en efectivo para evitar el que mi nombre quedara involucrado y expuesto en una compra con tarjeta…, con la tarjeta de Damián, por cierto, de la cual yo tenía una extensión.   Nos intercambiamos, por supuesto, los números de celular con la vendedora; lo cómico del asunto fue que ni siquiera le pregunté su nombre al momento […]

Relato erótico: “Diario de una doctora infiel 10” (POR MARTINA LEMMI)

 No sé a qué hora terminé regresando a casa, ya que después del delirante episodio en la estación de servicio, todavía tenía que volver a pasar por el consultorio para ducharme y cambiarme, cosa que en definitiva no había hecho en mi pasada anterior  aun cuando fuera justamente a eso a lo que había ido.  Damián, por supuesto, ya dormía; nuestra relación se estaba volviendo cada vez más fría y distante.  Era impensable que no fuera así: mis salidas hasta cualquier hora con las consecuentes sospechas, sumadas a mi propio alejamiento de él, no podían llevar a otra cosa más […]

Relato erótico: “Diario de una Doctora Infiel (9)” (POR MARTINA LEMMI)

 Estuve largo rato recorriendo la sandalia derecha de la trola con mi lengua.  Al igual que ocurriera antes, no hubo tampoco esta vez contraorden alguna al respecto; estaban, por otra parte, demasiado entretenidos.  Fui, por lo tanto, una vez más, yo misma quien decidió cuándo dar por terminada mi labor y, por alguna razón, permanecí allí, arrodillada junto a ellos, quienes se seguían besando al tiempo que ella persistía en masajearle la verga en tanto que él, ahora, le sobaba las tetas por encima del vestido.  Estuve un rato mirándolos estúpidamente y en algún momento me pregunté qué diablos hacía […]