
Esa tarde al salir de la empresa, estaba con ganas de ponerme el mundo de chistera y aceleré para llegar con mis mujeres. Cuando digo mujeres en plural no se debe a un lapsus, en ese momento sentía mías a la dos y estaba dispuesto a olvidar que solo era un medio con el que podían conseguir sus metas. Por eso, cuando María salió a recibirme no lo pensé y levantando su falda, directamente la empotré contra la pared sin darle opción a quejarse. – ¡Como vienes! – exclamó divertida al sentir sus bragas hechas trizas. Mi respuesta fue apoderarme […]