
2 En mi vida había gozado tanto. Si el sexo siempre iba a ser tan intenso como acababa de experimentar, le iba a coger mucho gusto a mi intención de descubrir a Lucía. Estaba cubierta de sudor, con el cabello alborotado, mi coñito aún húmedo, y mi mano perfumada con el excitante aroma de mis fluidos, así que esforzándome para levantarme de la butaca, me dirigí al baño y decidí probar uno de los pequeños lujos de mi nueva vida: la bañera de hidromasaje. Relajado, salí de la bañera y me vestí con ropa cómoda para estar en casa: un […]