
Si mi primera noche con mi cuñada fue en gran medida sexo forzado, en la segunda Nuria se entregó a mí voluntaria y totalmente. Habiendo descubierto un placer que hasta entonces le era desconocido, decidió que junto conmigo iba a explorar todas sus facetas y comportándose como una autentica zorra, buscó una y otra vez mis brazos aunque eso supusiera traicionar la confianza de su hermana. Aunque durante años, esa morena y yo no nos podíamos soportar después de la experiencia vivida, comprendió que su rechazo no era más que una forma de ocultar la atracción que sentía por mí […]