
Una tía necesitada. Nota de la autora: Quedaría muy agradecida con sus comentarios y opiniones, que siguen siendo muy importantes para mí. Pueden usar mi correo: janis.estigma@hotmail.es Gracias a todos mis lectores, y prometo contestar a todos. Cristo se removió como un congrio en una canasta, alterando totalmente la ropa de la cama. Sus dientes se apretaron con fuerza y sus poros destilaron sudor a toda máquina. De vez en cuando, un gemido surgía de su garganta. Estaba soñando y, lentamente, el sueño se había transformado en una pesadilla que le atenazaba el pecho y la parte baja de la […]