
El bar estaba infestado del gentío y de aquella humareda pesada y grisácea producida por los tantos cigarros que empañaban la vista. El efecto de la potente música rock y las luces verdosas láser bailando, cruzando y traspasando los humos era genial… al menos con algo de alcohol corriendo de mano en mano. Estaba con un par de amigos recostando los codos sobre la barra y observando el local, todos meneando la cabeza al ritmo de la batería ruidosa, uno no paraba de hablar de nimiedades, el otro sin dejar de lanzar piropos hacia las jovencitas más libertinas, quienes, […]