
25 El destino hizo que Gonzalo confirmara que no era un hombre normal cuando todavía no habían aterrizado cuando la azafata le ofrece ayuda. Queriendo agradecer el detalle, nuestro protagonista le acaricia la mejilla y ante su sorpresa, esa preciosa rubia SE CORRE… Pocos minutos antes de aterrizaje, Gonzalo vio que Antía y Estefany caían en trance. Preocupado por si con el avión parado seguían en ese estado, se puso a observarlas sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor. Por eso no cayó hasta que fue tarde de que la azafata las miraba con una rara expresión […]