
La sorpresa casi me hizo caer de espaldas; ni siquiera había pensado en él ni se me había ocurrido que pudiese estar en la fábrica cumpliendo con su horario de trabajo. En un impulso mecánico me pasé la mano por la boca y escupí al darme cuenta de que había tenido su verga dentro de ella. Las chicas, en tanto, no hacían más que aplaudir y corear una y otra vez el nombre de Milo. Una vez más, busqué con la vista a Flori pero seguía sin estar allí; no había regresado o bien se había marchado… Evelyn tomó a […]