
Esperas, mientras tras del biombo despojo de mi cuerpo sus más íntimas prendas, la cita médica así lo requiere; sin embargo, vibro al sentirme cubierta tan solo por la ligera bata que me entregas. Vacilante me acerco a la camilla, tomas mi mano en un gesto de ayuda y me pides recostarme. Enciendes el equipo médico y al notarte distraído no resisto la tentación de examinar tus rasgos masculinos, sin duda tus casi cuarenta años no te quitan lo atractivo; me detengo unos segundos en tus manos, las imagino suaves, cálidas…. mi atrevimiento pareciera ser premiado pues volteas inesperadamente y […]