
INGRESO: El Jueves por fin había llegado. Por la mañana desperté alerta, despejada, con los sentidos en tensión. Por fin había llegado el día. Esa misma tarde pertenecería por completo a mi señor. Para siempre. Mario, el dulce Mario, había percibido que esos días estaba un poco rara. Equivocadamente, pensó que era por culpa suya, que me sentía molesta por sus continuas ausencias por su trabajo. En otro tiempo fue así. Ahora ya no. El pobre se había levantado antes que yo, para prepararme un delicioso desayuno que me diera fuerzas para el duro día de clases que me […]