Vane me había sometido en la cabaña, aprovechando mi cansancio y el de Guille, se escapó de la habitación que compartían con sigilo. Las sogas no fueron difíciles de hallar, las obtuvo de una vieja hamaca que estaba a la entrada de la cabaña, pero que nadie usaba.

Ahora que lo recuerdo, entre mis sueños sentía que me movían, pero dado mi mareo y cansancio no le preste importancia, ya que ebrio suelo cambiar seguido de posición en la cama al dormir.

El resto es sabido, Vane prácticamente abuso de mi… o según ella se cobró su revancha, venganza, como quisiera llamarlo ella para justificar su ego herido de mujer, de hija y todos los demás traumas que tuviera por no ser la primera opción de su entorno… al final se las desquito conmigo.

Tras buscar a Mili y poseerla en el rio, y ver que Vane aun nos fisgoneo… yo no quería cruzarme con ella en el camino. No sabía cómo actuar, aun no digería toda la situación. Así que entretuve un rato a Mili en el camino y no fue difícil, con lo satisfecha que estaba tras sus dos orgasmos, se había puesto cariñosa y cada cierto tiempo me colmaba de besos y abrazos en el árbol que más le gustara.

Al retornar al club fuimos directo al restaurante a desayunar, yo iba medio paranoico viendo cada cierto tiempo a todos lados, esperando que Vane aparezca y me malogre el día y quizás la vida, puede sonar dramático pero recuerden que mi suegro militar podía dejarme invalido.

– ¿Qué te pasa? Estas distraído… ¿esperas a alguien?… pregunto Mili notando mi ansiedad.

– No… es solo que… no quiero… (no quiero ver a la perra de Vane, pensé)… no quiero decir algo fuera de tono y que tus padres me sorprendan… seria vergonzoso… dije inventando cualquier tontera.

– Jajaja… ah sí… y ¿qué me querías decir?…

– Palabras cariñosas, bromas sexuales, sucias, etc… dije y vi cómo se sonrojaba.

– Déjalo para la noche… dijo sonriendo coqueta y pasando su pie por mi entrepierna

Afortunadamente el mantel de la mesa cubría todo, y su desnudo pie hizo una maniobra sobre mi verga, que llego a soltar una gotita de leche ante tan audaz maniobra, robándole otra sonrisa.

– Además… No te preocupes mis padres seguro ya desayunaron y no vendrán por aquí.

Me relaje un poco, si se armaba un escándalo al menos sus viejos no estarían. Vane no aparecía, Guille tampoco. Creo que el escandalo no era una opción para Vane, tampoco querría quedar como mujerzuela en el club, pero estoy seguro que algo tramaba. Era como un juego de ajedrez, solo me quedaba esperar que ella hiciera su siguiente movimiento y ver como contrarrestarlo.

Pero el siguiente movimiento lo hicieron los viejos de Mili… al ir a su cabaña, ella me hizo pasar y encontramos a sus viejos haciendo maletas. A mi aun suegro le asignaron un trabajo de emergencia, un personaje político quería irse de vacaciones y necesitaba guardaespaldas… trabajo es trabajo…

La mama de Mili tenía consulta médica al día siguiente y quería ahorrarse el estrés del viaje a la ciudad a última hora… y Mili, bueno, quería quedarse en el club conmigo… solo había un pequeño detalle… tendría que convencer a sus viejos que la dejen con el enamorado que recién conocían…

Era una conversación familiar, así que me hice el desentendido y salí de la cabaña a esperar el veredicto… minutos después se abrió la puerta, sonreí pensando que era Mili… mi expresión cambio al ver la silueta oscura del gigante de casi 2 metros con cara de pocos amigos…

– Hablemos… me dijo a secas.

– Si señor… respondí siguiéndolo, mientras veía que por las cortinas se asomaba Mili.

– Lamentablemente en mi casa se practica la democracia… 2 votos a 1, la madre es convincente y rara vez le niego algo a mi hija… ella se queda un día más, además ya estaba pagado…

– Entiendo señor… dije con una leve sonrisa que no pude evitar y que él me borro al instante.

– No, no entiendes… conozco gente aquí, me tendrán informado si te ven rondar esta cabaña… recuerda que ahora conozco tu apariencia y tu nombre… comete un error y me encantaría salir a cazarte y provocarte dolor… ahora si… ¿entendiste?… me dijo con fuego en los ojos.

– Está claro señor… dije tragando saliva y sudando por donde no sabía que podía.

– Ahora dame la mano y sonríe, disimula para las espectadoras en la ventana… dijo sonriendo.

Me apretó con inusual fuerza y resistí lo más que pude, me soltó cuando escucho la voz de Mili en la puerta… su padre nos dejó un rato. Mientras la sangre volvía a mi mano, Mili me dijo que los ayudaría a hacer maletas, que almorzaría con ellos (en familia, no me opuse) y que en la tarde nos veríamos.

Yo también debía regresar a mi cabaña a asearme, aunque en realidad no quería… quería evitar a Vane y Guille, pero no tenía salida, mis cosas estaban allá. Entre con sigilo, escuche sus risas en el cuarto de al lado… había que reconocerlo, era buena actriz, no solo eso, sin remordimientos…

Procure no pensar en ellos más de la cuenta, me duche y caí rendido en la cama. Bueno, antes revise si no habían sogas a lado de mi cama, le puse seguro a la puerta y ventanas, para evitar otra visita de Vane. También por si acaso mire en el closet y debajo de la cama, por si esa bruja se escondía ahí.

Creo que me sugestione pensando en Vane, al final soñé con ella… al inicio la imagine algo así como Gollum, el atormentado personaje del Señor de los Anillos, con sus cambios de actitud, por momentos gentil por momentos macabro… yo era como su precioso anillo que quería pero a la vez detestaba…

Luego se volvió sexual… yo la sometía analmente y me gustaba, ni ella estábamos amarrados, lo hacía libremente por mi voluntad. ¿Sería a manera de castigo por lo que me hizo? O ¿sería porque inconscientemente deseaba hacerlo?… esas dudas me asaltaban en mi sueño.

Aquello tenía algo de similitud con el sueño que tuve con mi ex, Viviana, cuando le clavaba mi verga desde arriba y ella en 4 lo resistía sufridamente, llorosa… en cambio en este sueño era Vane quien disfrutaba esa posición y me pedía más… Vane y Vivi eran parecidas, de piel clara, estatura similar, cabello del mismo color… solo que Vivi tenía cuerpo de modelo y Vane era mas carnosa…

Sería que ese sueño era un presagio, que en mi mente Vane era una versión mejorada de Vivi, es decir, bonita, inteligente, buena familia y a la vez una golosa sexual como Mili… ese pensamiento me trajo de vuelta a Mili a la cabeza y me sentí culpable de soñar con esas cosas… quería despertar…

– Mierd… desperté sudando, aturdido y con una floreciente erección.

Ya estaba oscuro, ¿Cuánto dormí?… Oí un golpeteo, vi la puerta y no era eso… gire a la ventana y vi a Mili tocando el vidrio asustada… ¿ya le habría ido Vane con el chisme?… abrí la ventana y le dije que fuera por la puerta, al parecer no había nadie. Mili me conto que vio a Vane y Guille por la piscina.

Le conté que por cansancio caí rendido, creo que Mili tenía otras intenciones… pero tras lo sucedido con Vane ahí y el sueño que tuve, ese cuarto estaba maldito para mi… no me podría concentrar, y pensar en ir a su cuarto era tentar mi suerte… su viejo prácticamente me amenazo para no acercarme ahí…

Al final el sonido de mi estómago vacío mato toda pasión, terminamos yendo al restaurante, no había almorzado y me moría de hambre, ya eran más de las cinco. Mili comió algo ligero, se la notaba un poco aburrida… el inicio del día fue auspicioso en el rio, pero luego paso el día con sus padres, yo me desaparecí, además andaba medio ido con los recuerdos de Vane y la expectativa de lo que diga.

Pensé que toda pareja tiene momentos así, no todo siempre es diversión… tratando de ponerme en su lugar, quizás en algo envidiaba a Vane y Guille que parecían iniciar su romance, y disfrutar más su estadía… pero si ella supiera que todo eso era tan frágil y artificial…

– Disculpa que este así… es que… Es mi madre… me dijo melancólica.

– ¿Qué sucede con ella?… pregunte, no recordaba haberle faltado el respeto o algo.

– Ella sufrió de cáncer… y cada que va a esos chequeos, me da miedo… … ya pasamos por la quimio… mi papa dejo el ejército para estar más con nosotras… repuso casi lagrimeando.

– Amor… todo va estar bien… no te preocupes… dije abrazándola.

Me conto que en su adolescencia prácticamente la paso sola, su padre se dedicó más a su madre, y cuando le tocaban trabajos como esta vez, ella era la que se quedaba cuidando a su madre. En parte ahora entendía que Mili no tuvo tiempo de ser adolescente, no tuvo fiesta de quince años, no fue a su fiesta de graduación de colegio…

No tuvo la atención de su padre cuando la necesitaba, sus problemas de adolescente no eran tan grandes como los de su madre. Tal vez por eso el militar me decía que rara vez le negaba algo a su hija, por ese sentimiento de culpabilidad de no haber estado tanto para ella como debió.

A medida que conoces a alguien y descubres sus capas, lo que paso, su historia, le das sentido a como son ahora, me da por analizar a veces esas cosas… como con Vane… en el caso de Mili, viendo fotos de ella de su temprana adolescencia, no usaba ropa llamativa, al contrario era muy conservadora.

El quiebre en la manera de vestir de Mili se da gradualmente tras la enfermedad de su madre, hace sentido que buscaba la atención que no tuvo en casa, en la admiración de los demás llevando ropas pegadas o cortas, quería sentirse querida, quizás deseada, suerte que en su caso no llego a más.

También me parecía raro que el padre siendo militar no fuera más estricto con la vestimenta de su hija, pero parecía que con el consentimiento de la madre optaron por dejarla que se sintiera cómoda, ya suficientes cosas le negaron por esa maldita enfermedad.

Intente confortarla, pero no sabía cómo alegrarle el día, ¿qué podía decirle?, no había sufrido lo mismo tan de cerca, algún familiar lejano… pero para mi suerte… o desdicha… el mozo nos dejó un panfleto colorido en la mesa… no le preste mucha atención, pero luego se me ocurrió algo.

– Esta será como tu fiesta de graduación… le dije y vi como de a pocos se le iluminaba el rostro.

Habría una fiesta en el restaurante unas horas después, estaban alistando un espacio para la banda y decorando con globos y demás. Era el primer fin de semana da vacaciones, la decoración iba más con los carnavales… pero era cuestión de darle el sentido que quería.

Quedamos en cambiarnos y que la recogería a las diez, la música ya sonaba desde las 9. Por suerte había empacado un pantalón drill claro y una camisa blanca. Escuche el ruido al lado, eran Vane y Guille que llegaban de la piscina, nuevamente risas… ni una pizca de remordimiento de Vane, pobre Guille.

No sé por qué recordé lo sucedido la noche anterior… como Vane se movía encima de mí como licuadora, incitándome y excitándome… como a pesar de mi rencor hacia ella me hizo llegar… luego el sueño… ¡Diablos! Esta mujer se me está metiendo en la cabeza, quizás eso quería… pensé, pero si la dejo, ella gana… se estaba convirtiendo en la versión de Rubí de Bárbara Mori, mujer sensual y fatal.

Suprimí esos pensamientos y el amago de erección que tuve, pero con el ruido al lado volvían a mi mente… entonces salí a buscar a Mili, aun no terminaba de cambiarse, así que espere afuera. Ahí note que había una persona de seguridad haciendo ronda… debe ser este el tipo que el viejo de Mili dejo a cargo de su castidad… Estaba distraído en eso… cuando de pronto…

– Wow… exclame gratamente sorprendido al ver a Mili.

– Uhmmm gracias… que guapo… respondí ella sonrojada y dándome un beso.

Se había puesto un vestido blanco que le entallaba perfecto al cuerpo, no era ceñido, pero con sus voluptuosas formas no era necesario porque se dibujaba bien su silueta. Era un poco escotado en el pecho y terminaba en una mini discreta por encima de las rodillas…

Es hermosa… pensé, y yo pensando en tonterías con esa bruja de Vane… fue suficiente, me dije. Escolte a Mili a la fiesta, a pesar de ser temprano se estaba llenando, habían muchos adolescentes de últimos años escolares, otros recientemente universitarios y nosotros estudiantes de último ciclo.

La estábamos pasando genial, bailando, bebiendo, nos habíamos embriagado… era su fiesta de graduación y quince años juntas… ella lo disfrutaba como nunca, era perfecto… hasta que…

– Mira… se animaron a venir… me dijo Mili.

Voltee a ver… y si… eran ellos… Guille y la insidiosa de Vane, que me sonreía como si nada hubiera pasado… por un momento se me descompuso el rostro, pero disimule, no quería que Guille o Mili se dieran cuenta… procure no prestarles atención ni darles importancia… pero…

– Cambiamos de pareja… me propuso Guille.

Sin darme cuenta, entre baile y baile… se nos habían acercado, el buen Guille con ánimo de confraternizar y zanjar rencillas se le ocurrió intercambiar parejas de baile… inocente, si supiera… no quería aceptar, pero de hacerlo, mataría el momento, empezarían las preguntas, etc.

Tome de mala gana a Vane, a diferencia de Guille a Mili, la canción termino rápido por suerte… luego vino una música lenta, iba a volver con Mili, pero Guille me hizo una seña para que continúe… ingenuo enamorado, creía que estaba limando asperezas entre su enamorada y su amigo…

– ¿Ahora que te propones?… pregunte, alejándome de Guille y Mili, viendo que Vane callaba.

– Nada… todo está hecho… respondió fríamente Vane, sin embargo sonreía para disimular.

– Osea que todo quedo acá… estamos a mano… repuse incrédulo pero algo aliviado.

– Así es… la próxima, no me amarraras, ni te amarrare, será porque ambos lo queremos… dijo sonriendo con malicia y hasta con convicción.

– No habrá próxima… replique cortantemente pero sonriendo, ¿sabrá lo de mi sueño?.

– Eso lo veremos… respondió Vane con una sonrisa entre coqueta y desafiante.

La música había terminado, sin embargo seguíamos juntos… esa situación y el juego de sonrisas no le estaba gustando a Mili, que vino a recuperarme. Había visto que el alcohol le hizo efecto, eso en general la ponía coqueta, pero ante la presencia de Vane se le activaron los celos…

Pusieron otra música lenta, esta vez bailaba con Mili… no sé por qué ahora se me escapaba la vista hacia Vane. Las situaciones vividas, el sueño que tuve y la conversación reciente hacia que mantuviera mi fijación sobre ella… Vane parecía saberlo porque me sonreía provocativamente…

No le había prestado mucha atención, recién aprecie que ella había venido con un micro short ajustado que terminaba en su entrepierna, poco más y dejaba sus bien trabajadas nalgas casi al aire. Creo que cada vez que se activaba su peor versión, de femme fatal, se vestía más provocativa…

Luego Vane traía una blusa blanca algo ceñida, semi escotada pero sobre todo translucida… se apreciaba su blanco brasier y las dimensiones de sus apetitosos senos y las pecas que las coronaban que me hacían recordar a Viviana y que eran también una de mis debilidades…

Al terminar la canción… Mili prácticamente me dejo sobre la pista de baile, salió del local tranquila, la seguí pensando que iba al baño, en mi distracción seguro me dijo algo y no lo note… pero no era eso…

– Hey ¿a dónde vas?… le pregunte, mientras veía que se perdía entre los arbustos y árboles.

– Quiero estar sola… me dijo de mala gana casi sollozante, deteniéndose frente a un árbol.

Se había mantenido tranquila para no darle el gusto a Vane de vernos pelear en la pista de baile, pero ahora se la veía despechada, decepcionada… sin darme cuenta ella había notado mi distracción hacia Vane… lo que debió ser su baile, se malogro por ella…

– ¿Qué te traes con Vane?… me pregunto molesta.

– ¿Qué?… estas loca… caíste en su juego y ya viste donde estamos… intente calmarla.

– Ah… crees que no me di cuenta como la mirabas… replico más molesta aun.

– Ya, párala… está bien que me guste cogerte por atrás, pero tus celos tontos ya me están aburriendo… le dije de mal animo viendo que venía otra pelea para mí, absurda.

Plashh… recibí una sonora bofetada por desatinado comentario que enfureció a Mili. A mí se me escapo ese hiriente comentario más por la molestia de mi situación con Vane, la pobre Mili termino soportando mi desquite de frustración de esas cosas… además ambos estábamos semi embriagados, lo que nos hacía exagerar la situación…

En parte también me sentía frustrado, ¿Qué más tenía que demostrarle a esa mujer?… deje a Viviana por ella, me pelee con Javier por defenderla, le hice el amor en todos los lugares más peligrosos por ella… bueno por mí también… invente un embrollo para que Vane no la desprestigie en la facu, me arriesgue a buscarla en ese club a pesar de su viejo… ¿Qué más debía hacer para demostrar amor?…

– Diablos… ¿qué te pasa?… le dije tomándome el rostro rojo de ira.

– ¡Eres un imbécil!… solo eso soy para ti… ¿una buena cogida por atrás?… me reclamo, alzando nuevamente su mano para dirigirla a mi mejilla hinchada.

– Hey… no te atrevas… le dije deteniendo su mano.

Sin embargo ella levanto la otra mano… que también la cogí… y lleve ambas manos suyas para su espalda… casi abrazándola, mientras ella tenía sus senos clavados en mi pecho, su escote subía y bajaba en su airada respiración… igual sus nalgas que sentía sometiendo sus manos detrás… ella estaba apresada entre mi cuerpo y un árbol.

Mi cabeza hacia amagos de besar y ella me recibía con los dientes, queriendo morderme… hasta que hice un amago y termine besándole el cuello… ella cedió, se le doblaron las piernas y comenzó a mover nerviosa su torso, hasta creo que froto la raja de su trasero contra el árbol para acallar la picazón que empezaba en su esfínter… pero volviendo en sí, no quiso ceder… me mordió el cuello…

– Mierd… ahora vas a ver… dije, sintiendo que se pasó, esta hembra debía ser domada.

La di vuelta toscamente, aun con sus manos atrás, sus senos entre el árbol y su rostro queriendo voltear a ver… preso de la ira la imagine como una potra salvaje que tenía que ser domesticada… o como una niña malcriada que merecía ser dada de nalgadas… la aleje un poco del árbol.

– ¿Qué haces? Suéltame… reclamaba casi pataleando.

– ¿Qué crees?… le dije, mientras separaba sus manos haciéndola apoyarse en el árbol.

Ella contrajo la espalda al sentir sus nalgas abriéndose por la erección contenida en mi pantalón. Tenía sus dos manos apresadas por una mía contra el árbol, me baje el cierre con mi mano libre, levante la falda… no hubo que escudriñar mucho en su delgada ropa interior, fácilmente se hizo a un lado…

A pesar de su fiereza inicial sentía que no oponía mucha resistencia… por el contrario… veía que sus piernas se retorcían, como cuando excitas a una mujer y la humedad comienza a perturbarla… quizás en su mezcla de furia y excitación, no quería que lo note… quizás me usaba para someterla…

– Ouuu… vocifero Mili al sentir que me la clave sin piedad por el ano.

Para nuestra suerte estábamos casi en la oscuridad, entre los árboles, unos halos de luz se filtraban entre las hojas y el ruido de la música impediría que alguien la escuche. Con sus manos aun contra el árbol, contenidas levemente por la mía, soportaba mis brutales embestidas…

– ¿Esto querías?… para que no vuelvas a dudar de mi… le susurre al oído.

– Auchhh… ouuu… se quejaba pausadamente.

Ella permanecía con el rostro hacia el suelo, envuelta en una maraña de pelos… quizás no quería que la vea sufrir mis arremetidas, o tal vez no quería delatar que lo estaba disfrutando… o era solo que esta vez, como Vane, no quería ver, solo dedicarse a sentir…

– Uhmmm… Ahhh… parecía que comenzaba a disfrutar Mili, pero luego agrego desafiante… disfruta que es la última vez que me haces esto… uhmm… Ahhh…

– No… serás la última a la que le haga esto… replique martillándole el culo.

Llevado por la intensidad de la situación y el amor que le tenía, di a entender que sería mi última mujer, que quería todo con ella, matrimonio, hijos, etc… en realidad en esas situaciones ofrecemos todo.

Para dar intensidad al halago, me incline y le bese el cuello… eso la desarmo por completo… llego a un orgasmo brutal, hasta les diría que se orino de placer… lo que hacen unos halagos y un beso en el momento y lugar correcto…

Yo sin embargo me sentía mareado por el ímpetu y el alcohol aun en mi sangre… en un momento resbale con algo de barro y caí de espaldas en el pasto… Mili permanecía inclinada y apoyada contra el árbol, en mi ímpetu, la había empujado contra el tronco del árbol, ella se recuperaba y la notaba avergonzada… con lo que resbale fue producto de lo que ella chorreo en su excitación…

Yo intentaba pararme y no podía… se me nublaba todo… mezcla de agitación, embriaguez, cansancio… opte por quedarme ahí, tendido de espaldas, apoyado en mis codos… Mili volteo cansada pero satisfecha, al verme, en vez de compadecerme… cambio de actitud… no sabía si me golpearía o…

– Yo soy tu mujer… y me vas respetar… me dijo seria, luego agrego: y también a satisfacer…

– ¿Qué?… pregunte en mi desvarío etílico, la había hecho orinarse de placer.

No dio pie a que diga otra cosa, se levantó la falda y se sentó frente a mí, sobre mí aun tiesa verga… por la extrema humedad entendí que era su conchita la que quería que fuera satisfecha esta vez… luego ella misma comenzó a brincar armónicamente sobre mi pene…

– Solo me lo harás a mi… ¿entiendes?… uhmmm… exclamo autoritaria, como su viejo militar.

Creo que aquella frase que dije, acerca que sería mi última mujer, le dio un sentido de pertenencia, de propiedad sobre mí, mezcla de seguridad y confianza para su ego, que dio a pie que se transforme, que ella tome las riendas aprovechando mi mareo y prácticamente abuse de mí.

– Ohhh… uhmmm… exclamaba satisfecha.

En cada salto veía su vestido iba cayendo de a pocos y fueron apareciendo sus senos, saltando al ritmo de sus propios movimientos… se recostó hacia atrás, apoyando sus palmas de sus manos sobre el grass, sus piernas ladeaban mi tronco y ella proseguía saltando.

Esta imagen trajo a mi mente el recuerdo de la noche anterior con Vane, en la misma posición… para colmo Mili decidió sacar mi verga de su vagina y metérsela en el ano de nuevo… no quería pensar en Vane, cerraba los ojos y…. era peor… la veía más claramente… Diablos…

– Ahhh… si mi amor… uhmmm… profería Mili, que parecía cercana a otro orgasmo.

Mili meneaba su enorme rabo en mi entrepierna, como para sentir mi verga en toda su longitud y dureza… yo me calentaba más en una mezcla de recuerdos… mientras ella volvía a saltar… cerré los ojos, buscando sentir más y venirme… nuevamente la vi… mierd… nooo…

– Ohhh… ufff… ohhh… exclamo Mili triunfalmente al sentir mi leche y venirse.

– Wow… eso estuvo… ufff… dije aliviado de que terminara.

Me deje caer de espaldas, Mili hizo prácticamente lo mismo… mi verga elástica como chicle aun nos mantendría unidos hasta que se deshinchase. Me sentía como los perros cuando después de tener relaciones pasan una pierna por detrás y quedan tontamente enganchados…

Obviamente no le diría a Mili que llegue con la confusa imagen de Vane, esa arpía polifacética… ya suficientes problemas nos causó esa noche su presencia, para traerla a colación de nuevo… quería que esa sea la noche de Mili…

Solo me quedo en la cabeza aquella advertencia, casi amenaza de Vane sobre nosotros y la posibilidad de otro encuentro, la seguridad que tenía que pasaría de nuevo… ya veremos…

Continuara…

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