En la cabaña había dejado a Guille sumido en pensamientos, quizás en dudas por lo que vio. ¿Estaría sospechando?¿se le habría antojado la misma situación?… o quizás la imagen de verme amarrado quizás le trajo a Guille recuerdos de su depa, cuando Vane era la amarrada.
– Guille, me llevas a mi casa por favor… le había pedido Vane avergonzada en aquella ocasión.
Guille bajo con ella al estacionamiento. Vane estaba nerviosa, contrariada, por momentos temblorosa, había sido una terapia de shock la que se le impuso. Por momentos lucia ida, Guille quería direccionarla al auto o quizás confortarla con su mano en su hombro… pero Vane reaccionaba huyendo.
Evidentemente Guille al notar lo turbada que estaba también sintió remordimiento, lo audaz que sonó aquel engaño para neutralizar a Vane, también tuvo consecuencias. Solo habíamos pensado en como bloquear sus chantajes, pero no se nos ocurrió como reaccionaria, como la afectaría. Olvidamos que a pesar de todos sus arranques, Vane también tenía sentimientos.
Subió al auto, Vane por instinto se sentó detrás… quizás acostumbrada a que cuando ella no manejaba, lo hacia el chofer de la familia, un mestizo como Guille. Esta vez el entendió la situación, no se molestó, solo le pidió amablemente que lo acompañe adelante, total más de lo que le hizo en el departamento no le podía hacer ya en el auto.
Ella acepto, pero apoyaba su hombro contra la puerta, tomándose la cabeza con la mano y su brazo apoyado en el espejo. Estaba pensativa, tras intentar conversar con ella sin mayor respuesta, Guille decidió dejarle su espacio. Hasta que al fin pareció reaccionar:
– ¿Por qué siempre eras bueno conmigo?… pregunto Vane saliendo de su mutismo.
– Y ¿Por qué no debía serlo?… replico Guille.
– Porque… no lo sé…
En el esquema mental de Vane, seguro bajo lo que le inculcaron, los mestizos solo eran buenos cuando querían algo a cambio. Obviamente Guille no quería ningún tipo de favor o retribución económica de la niña rica, en principio quería su amistad y quizás ganarse su cariño porque le atraía Vane.
– Lamento haberme distanciado de tu amistad… le dijo sinceramente.
– No te preocupes… respondió Guille compungido.
Luego le explico que varios de sus amigos (blanquitos) habían notado que Guille se le pegaba mucho y algún comentario se les escapo en su casa. Su abuela al enterarse puso el grito en el cielo y Vane para evitarse problemas, comentarios, decidió alejarse.
Si bien Vane podía lucir independiente para muchas cosas, aun la unía esa especie cordón umbilical con su familia. Guardaba gran respeto por su abuela, porque ante la ausencia de sus padres ella prácticamente la crio, esa anciana descendiente de los alemanes de la segunda guerra mundial. Así Vane durante su crianza a manos de ella asimilo varios de sus complejos nazis.
7Obviamente las explicaciones de Vane, enterarse de todos sus traumas y complejos, tampoco le hacían mucha gracia a Guille… evidentemente ella no decía las cosas de mala fe, pero eran chocantes para Guille notar como era visto por su abuela y amistades, así como, en parte, por la misma Vane.
– Mejor no digas más… ya me di cuenta como me aprecian en tu entorno… dijo Guille.
– Pero yo no soy así…
– Uno es lo que hace, no lo que dice… replico Guille.
Vane se dio cuenta que en realidad sonaba feo discriminar a la gente, seguro era partidaria en contra, hasta daría discursos. Sin embargo su manera de actuar se contradecía con lo que decía, alejo a Guille solo para estar bien con sus amigos y su abuela.
– Entonces… no quiero ser así… dijo Vane nuevamente llorosa.
En este punto Vane estaba confundida, entre sus caprichos, lo que creía correcto, lo que le inculcaron, lo que sucedió y con quien. Guille procuro entenderla y no abrumarla más pidiendo explicaciones.
Solo después Vane recordó lo que le pidió a Javier, que aprovechara su encuentro conmigo para tomarnos fotos. Recordó su venganza y a lo que nos llevó y comenzó a arrepentirse, quiso cortar esa cadena de revanchas… pero era muy tarde para advertirme.
Luego sucedió lo ya sabido, Vane intento congraciarse con nosotros, llamo a Mili para disculparse, luego Guille le pidió que nos acompañe y fue a su casa donde me esperaron. Ante mi cara de decepción por su presencia, Vane en el camino al club se dedicó a retomar su amistad con Guille.
Ya en el club, Guille aprovecho la situación para profundizar su amistad en todo el sentido de la palabra, sobre todo en el rio. El pobre Guille intento llevar a Vane por algunos rincones del club sin mayor suerte, Vane no era tan tonta y se daba cuenta que la situación del día anterior lo había dejado con ganas de más… pero ella no estaba segura si deseaba lo mismo.
Estuvo esquivando cada propuesta, cada insinuación… hasta que Guille se dio maña, gracias a mí también, ya que me vio persiguiendo a Mili por ese camino de tierra. Le hizo ver a Vane mis intenciones y eso dio cabida a que nos siguieran… no con la misma rapidez, para darnos nuestro espacio.
Así que en el camino, Guille la desvió del buen camino… creo que ya lo había hecho la noche anterior, y creo que Vane no andaba por el buen camino desde que me vio con Mili en el baño… en fin, el asunto es que Guille vio su oportunidad en el primer desvío del bosque, y Vane cayo redondita.
En el camino la mantuvo distraída con conversaciones que ni el mismo recuerda, solo sabía que su corazón latía fuerte, con ansiedad de volver a poseer a esa blanquiñosa engreída que lo traía loco. Por momentos también tuvo temor de como reaccionaria ella si el intentaba nuevamente sodomizarla…
En menor medida Guille tenía algo de temor…. Porque no sabía dónde mierd… estaba ni a donde ir… si bien había ido al club un par de veces, pero le tenía cierta fobia a los bosques. Me conto que cuando era niño hizo un viaje familiar a la selva, y en el camino al hospedaje en el medio de la selva una pequeña culebra le cayó de una rama, eso dice su padre, si le preguntan a Guille les dirá que fue una anaconda.
El asunto es que poseer nuevamente a Vane, esta vez esperaba que sea por voluntad propia de ella, lo tenía con la adrenalina al máximo que se arriesgó a adentrarse al bosque, claro que evitando chocar con ramas…
– ¿Te pasa algo?… pregunto Vane viéndolo un tanto paranoico con los sonidos del bosque.
– No… nada… estoy bien… replico Guille, disimulando mientras sudaba.
Vane quiso distraerlo, pero quizás no eligió el tema de conversación adecuado:
– Hace cuanto que Dany y tu son amigos…
– Desde que empezamos la universidad… respondió Guille algo incómodo, no la llevo a esos parajes para hablar de mí, sin embargo era el buen Guille y agrego: …es buen amigo.
– Y ¿desde cuando sale con Mili?…
– Me parece que hace no mucho, pero creo que lo engancho… dijo Guille viéndome enamorado.
– Si lo vi en el baño… dijo con mueca graciosa Vane recordando cómo nos vio.
– Jajaja… no me refiero a eso… creo que Mili hizo que se enamorara de ella… dijo Guille, en parte también para quitar a Vane la idea de que aun yo seguía disponible.
– Si, nunca lo vi con una chica en la facultad… siempre amable, caballeroso, pero perfil bajo… como si ocultara algo… ahora se atreve a pelearse con Javier frente a todos por ella… dijo Vane.
– Bueno, él tuvo un amorío complicado con una chica parecida a Mili… dijo Guille y dándose cuenta que no le correspondía hablar más de mi intimidad, prefirió no continuar.
– Oh… ya veo… asintió Vane, quizás dando sentido a mi predilección por Mili en vez que a ella.
– Si creo que las morenas son su debilidad, lo vuelven loco… afirmo Guille como para sentar la idea a Vane que se olvide de mí, que no era mi tipo.
No la había llevado en medio del bosque, venciendo sus miedos y en busca de en un romántico atardecer para hablar de su amigo con la chica que le gustaba. Guille quería crear su oportunidad y el destino se la dio…
– Wow… que hermoso paisaje… exclamo admirada Vane.
Habían llegado a la rivera del rio… la arena empezaba a lucir naranja por la puesta del sol entre las montañas, era un paisaje verde surcado por un rio tranquilo, un clima tibio con una brisa refrescante.
– Sentémonos un rato… dijo Guille, haciendo su jugada.
– Pero… Mili y Dany… replico Vane recordando porque habían ido allá.
– Ya aparecerán… respondió Guille.
Al final Vane en el fondo sospechaba lo que se venía, dejo las cosas fluir o que Guille las hiciera fluir a su modo… al final Guille fue una de las pocas personas que la trato con cariño y respeto, sus amigos por demás eran muy confianzudos y más de uno intento embriagado caerle a la mala en alguna reunión.
– Me preguntaste porque te trataba bien… dijo Guille adivinando sus pensamientos.
– Sí… replico Vane sabiendo que se venía una declaración.
– Me gustaste desde la primera vez que te vi… en realidad si soy gentil con las chicas, pero contigo me nace ser más amable, cariñoso…
– ¿Pero que tengo yo que te guste?… pregunto Vane, iba más allá de lo físico y Guille lo entendió.
– Eres inteligente, amable, graciosa… solo que cuando estas con tus amigos te transformas… no eres tu… te dejas llevar… y…
– Lo se… lo se… lo siento… no quiero ser así, ya no… dijo Vane, tapándose el rostro queriendo sollozar de nuevo.
Entonces Guille busco que reconfortarla… alejo sus manos, vio su rostro enrojecido con la algunas lágrimas y los ojos entrecerrados mirando abajo, ella siendo altiva en las ultimas semana sentía vergüenza que la vuelva a ver así, como una mujer débil… Guille aprovecho el momento y la beso…
Vane en ese momento quería sentirse querida, valorada y las palabras de Guille alabando sus cualidades le daban a entender que el veía más en ella que su rostro o su cuerpo… él la trato bien, y si estuvo equivocada eligiendo chicos que no la querían… que de malo tenía en darle la oportunidad a alguien que si buscaba su amor…
– ¿Qué haces?… pregunto Vane ofreciendo algo de resistencia, mientras Guille comenzaba a acariciarla por debajo de la ropa.
– Tenerte de la manera correcta… con amor, como te mereces… replico Guille entre jadeos.
Aquella respuesta termino por desarmar a Vane, que fue dejándose caer de espaldas sobre la arena, mientras Guille se posicionaba encima de ella, sin dejar de besarla… Vane aun no preparada mentalmente para seguir esa situación, seguía con los ojos cerrados, igual que la vez anterior, solo quería sentir… sentirse amada…
Vane llevaba una blusa suelta y una falda también holgada, después de vestirse el día anterior como prostituta de lujo y viendo lo que causo las veces que se vistió así, ese día prefirió vestirse como antes, nada llamativa… aun así Guille ya sabía lo que había debajo de esas fachas…
Mientras Guille aun ansioso y tembloroso pugnaba por desabotonarle la blusa, mientras que vane instintivamente le jaloneaba la correa. Él le subió presuroso la falda, mientras ella le bajo un poco el pantalón y su verga salió disparada, empapada en sus líquidos por su ansiedad, que a su vez hizo que le ladeara la ropa interior de ella.
– Ouuu… uhmmm… gimió Vane al sentir la verga mestiza del apurado Guille metiéndose en su aun poco lubricada vagina.
Guille se la empujo con rapidez lo más que pudo, no quería que Vane se arrepienta, que dudase y se le escape… así que le zampo media verga sin miramientos… ella se estremeció adolorida, pero no quiso oponerse, en parte porque le gustaba sentirse deseada y en parte por temor a como reaccionaria Guille si lo rechazaba.
– Más despacio… si… le pidió ella mordiéndose los labios.
A tanto había llegado el frenesí de ese momento para Guille, que sentía que no tardaría en venirse… una cosa era someterla analmente cuando ella no se daba cuenta que era el por estar amarrada, pero ahora era diferente… la tenía como él quiso desde que la vio… por las buenas, con cariño, con su consentimiento, con su entrega… con ese paradisiaco paisaje… era perfecto… mejor de lo que imagino…
– Si… asiii… oh my god… uhmmm…
Ahora Guille se movía más armónicamente, se había acomodado mejor sobre ella… intento dominar su mente para evitar venirse precozmente. Intento no pensar en aquella humedad que Vane le ofrecía, producto de su excitación, procuro no prestar atención a sus gemidos satisfactorios.
Solo había una cosa que le molestaba a Guille… Vane seguía con los ojos cerrados, disfrutando eso o tal vez pensando que alguien más se lo estaba haciendo… en ese momento su mente le jugó una mala pasada… comenzó a recordar porque se iniciaron las cosas, era por la Vane que lo desprecio y que estaba tras su amigo Danny, tanto que lo chantajeo para estar con ella… eso lo enojo…
– ¿Por qué no me miras?… le pregunto ofuscado.
– ¿Que?… exclamo Van, abriendo los ojos y saliendo de su trance, ver a Guille molesto la asusto.
– Estas pensando en el ¿verdad?… en Danny… dijo Guille penetrándola fuertemente.
– No… no… Guille… no es asiii… cálmate… le rogaba Vane.
Él estaba endiablado, poseído por la ira… también estaba cansado de ser el segundón, así como Vane no era prioridad para mí, sentía que ella no lo tomaba como prioridad a el… que era su premio consuelo, su peor es nada… no quería sentirse así, también quería su venganza… dejo de ser el buen Guille…
– Te daré algo para que pienses en mí…. Le dijo furioso.
– Nooo… se quejó Vane adivinando lo que venía.
Guille le levanto la cintura a Vane rápidamente, ella quiso contraer sus nalgas para evitar su arremetida, pero fue muy tarde, el envión brusco que hizo Guille la tomó por sorpresa… Guille lo hizo para tener su ano a su merced… y lo consiguió… luego simplemente se la clavo bruscamente…
– Ahhhh…. Ohhh… exclamo Vane sollozante por el dolor.
Con la verga incrustada de Guille en el ano nuevamente… Vane reacciono instintivamente apretando sus músculos, pero era tarde, ya la tenía atorada… y más bien apretar no solo le causo dolor a Guille sino a ella también… comprendió que no podía hacer nada… dejaría que la someta …
– Ves… mira… es mi verga la que te hace feliz… decía Guille febril.
– Siii… siii Guille… eres tu… decía Vane siguiéndole la corriente, intentaría calmarlo.
– Míralo… replico Guille casi obligándola.
Guille quería que Vane levante la cabeza y pudiera ver hacia abajo, en su entrepierna, como se unían, como su mestiza verga entraba y salía infructuosamente de su hasta hace poco el virgen ano. Era la primera vez que ella veía ese espectáculo, la vez anterior Guille la había sometido por detrás. La imagen de ahora fue llenando su morbo, esa oscura herramienta la estaba sodomizando otra vez.
– Ohhhh… goddd… uhmmm… asiii… exclamo Vane.
Ella que inicialmente había sufrido su arremetida, que había clavado sus uñas en la espalda de Guille, cosa que él no sintió por la adrenalina… ahora Vane relajaba sus manos, sus dedos que antes hacían puños, ahora comenzaban a acariciar su espalda… el mestizo la estaba sometiendo otra vez y le agrado.
– ¿Te gusta?… se atrevió a preguntar Guille, menguando su enojo al ver que Vane lo disfrutaba.
– Cállate y bésame… le replico Vane, que también parecía de armas tomar.
Guille empezó a besarla como enamorado, tiernamente… pero Vane no quería eso, lo tomo prácticamente de la nuca y lo jalo hacia su rostro. Mezclaba sus gemidos y jadeos con la sorprendida lengua de Guille, que prácticamente se estaba ahogando.
– Espera… decía Guille, que ahora no podía contener la fiera que había despertado.
– Ohhh… Más rápido… más fuerte… uhmmm… le exigía a su vez Vane.
Si él podía martillarle sus blancas nalgas con su mestiza ingle, clavarle su oscuro miembro hasta sus entrañas por su pequeño agujero… ella también se creía en derecho de disfrutarlo a su manera, con besos salvajes, con sus manos jalándolo hacia ella, apurándolo en sus movimientos para que le dé más…
– Ohhh yesss… ohhh yesss…. Yaaaa casiii…. Uhmmm… exclamo finalmente Vane.
Guille que llevaba un rato conteniéndose, temía que si se venía antes de tiempo Vane lo golpearía, así que por fin pudo relajarse y eyacular en la tibia y estrecha cavidad de Vane. Guille también quiso durar para no dejar una mala impresión, quería sentar su propia huella para no ser comparado luego.
– Ohhh… ufff… resoplo Guille cansado.
Se dejó caer parcialmente sobre Vane… que también respiraba dificultosamente. Poco a poco la verga flácida de Guille comenzó a salirse del enrojecido y maltratado ano de Vane.
– Uyyy… apártate, me vas a manchar… dijo ella haciéndolo a un lado.
La leche caliente de Guille comenzaba a salir por el esfínter de Vane, ella recogió su falda y el semen comenzó a caer en la arena. Su ropa interior estaba jaloneada a un lado, estirada, la liga ya no le ajustaría… Vane lo entendió y se la quitó, usándola para limpiarse…
Guille a un lado, echado de espalda, aun recuperaba su respiración, quizás esperando como la vez anterior, que Vane en un ataque de locura pasional le limpie la verga…
– Ya estoy… vístete… está oscureciendo… le pidió Vane, matando la fantasía de Guille.
Había sido un encuentro raro, empezó con una Vane sumisa y termino con la chica altiva y mandona que era por momentos. Guille pensó que era su manera de protegerse para evitar sentir algo, para cuidarse.
Vane sabía que Guille esperaba una succión, pero para ella no era habitual hacerlo, era suficiente para un día, se dijo. Tampoco sabía que vendría después, en parte lo dejo hacer para resarcirlo de lo que le hizo, en parte para sentirse amada… lo disfruto, le gustaba que el la adorara como en el curso cuando hacia todo por complacerla… pero sentir algo más por el… más allá de los traumas en su casa o lo sucedido… Vane en realidad no sabía si lo quería de verdad.
Viendo a Guille un poco resentido por su mutismo y aislamiento, incluso la forma mandona en que lo volvió a tratar… Vane nuevamente se sintió culpable y que debía ser más amigable con él. Por momentos ella llego a sentir que Guille era la chica de esa relación, porque lo veía más sensible… así que se le pego y le converso, el paso su brazo sobre su hombro y ella lo dejo.
Sin recordar que fueron so pretexto de buscarnos terminaron ahí, comenzaron su camino de regreso entre los árboles. Guille nuevamente por momentos ansioso, no solo por el bosque sino por pensar en el futuro, que tendría que enfrentar a la familia de ella y sus amigos. Al menos sus pensamientos denotaban que era bastante optimista de lo que pasaría de ahí en adelante.
Así, tras entregarse a Guille en la ribera del rio al atardecer, en una escena por demás romántica y que quedaría en el recuerdo de ambos, de manera diferente en cada caso. Era la segunda vez que Vane estaba con Guille íntimamente, la primera vez conscientemente.
Es por eso que Vane le asaltaron algunas dudas a Vane sobre lo sucedido el día anterior, cosas que no se atrevió a preguntar en el momento por lo vergonzosa de la situación, pero que ahora en más confianza se animó a preguntar… lástima que no fue para bien…
– A todo esto, ¿de quién fue la idea de amarrarme?… pregunto Vane curiosa.
– Fue idea de Danny… replico Guille.
– Pensé que había sido tu idea…
– Bueno, en realidad él tenía la idea en bruto y yo le ayude a pulirla con detalles… agrego Guille que no quería parecer manipulado por mí.
Quizás le habría parecido todo bien hasta ese momento, había asimilado la idea de que Guille en su despecho por no tenerla había ideado poseerla y que aprovechando la coyuntura mía con Mili, Guille propuso esa solución, más que por salvarme a mí, por su amor a ella.
De pronto no le cayó tan bien enterarse que Guille había sido usado por mí, para mis motivos, en parte su ego herido de que el amor por ella no fuera la causa principal de ese engaño. Tal vez ahí volvió a nacer ese resentimiento, odio, de no ser tomada en cuenta, así como sus padres tampoco la priorizaban.
Nuevamente se activó la peor versión de ella, otra vez planearía su venganza en con la persona que le arruino sus fantasías, que le negó lo que Vane creía que le correspondía. Esta vez solo se prometió que sería la última vez que se vengaría… se daría su revancha y ahí quedarían las cosas… al menos para ella.
Continuara…