En un exclusivo barrio residencial a las afueras de la ciudad, donde las mansiones son de dos a tres niveles, con muchísimas habitaciones, rodeadas de muy cuidados jardines y árboles frondosos al frente, a los costados y sin dejar de lado la elegante piscina trasera de la mansión, la agitada vida de una familia continúa sin novedades aparentes. James Baxter esta sentado a la mesa de la cocina leyendo el periódico del día, mientras todo el lugar se llena con el aroma del café mañanero preparado por su empleada Rossana que ahora viste su usual uniforme blanco y negro de empleada doméstica mientras termina de preparar el desayuno para Susan Baxter que se ocupa apuntando cosas en su agenda electrónica justo antes de salir para comenzar un nuevo día de trabajo.

Escaleras arriba el murmullo de sus hijas llena la casa pues ambas se preparan a irse de fin de semana a las montañas nevadas donde sus amistades darán una fiesta de despedida de vacaciones.

– Niñas a desayunar, es la tercera vez que les llamo, no estoy para perder el tiempo.

La voz de Susan llena la casa al tiempo que mirando a Rossana le ordena.

– Ve y diles que bajen de una buena vez pues si no, no podré despedirme de ellas, debo salir ya o llegaré tarde a la oficina otra vez.

– Si señora.

Rossana sube al primer piso y tocando la puerta de la habitación de Melissa, Rossana toca dos veces más y luego de murmullos y cuchicheos una muy molesta Melissa abre la puerta gritándole a la cara a Rossana

-¿QUÉ?

– Señorita Melissa su madre dice que por favor baje a desayunar por que…

– No me jodas…

Rossana no ha terminado de hablar y la puerta del cuarto se cierra con un sonoro golpe. Melissa camina descalza hacia su cama vistiendo un cortísimo “baby doll” casi transparente, lo que dificulta sobremanera ocultar sus hermosos senos y sus muy bien torneadas caderas y nalgas, justo antes de llegar a la cama, la puerta del baño de su habitación se abre y una hermosa chica de cabellos castaños oscuros y brillantes ojos miel sale solo envuelta en una toalla blanca, camina hasta el borde de la cama donde Melissa ya esta sentada y le pregunta.

-¿Qué fue tanto alboroto?

– La estúpida desubicada de la empleada que viene a tocarme la puerta, ¿Quién se cree ella para venir a apresurarme en mi propia casa? La deje hablando con la puerta en las narices y le dije que no me jodiera la mañana.

Valeria sonríe al ver irritada a Melissa y sin decir nada suelta el nudo de su toalla, la cual cae libremente al suelo revelando su cuerpo desnudo en el cual destacan sus preciosos y redondos senos con aureolas rosadas, su abdomen planísimo, su depilado coño, que junto a su trasero respingo, sus delineadas caderas y su carita de muñeca aun tienen la piel húmeda después de la ducha mañanera. Melissa la observa a los ojos y va bajando su mirada hasta su coño mientras entre risas Valeria le comenta.

– Muy bien Mely en esta casa las únicas con derecho a joder somos nosotras.

Sin decir más Melissa se levanta sonriendo y rodeando la cintura de Valeria con sus brazos la atrae hacia ella y la besa apasionadamente, mientras Valeria con extrema destreza desliza sus dedos índices debajo del baby doll de Melissa y con un movimiento practicado mete sus dedos debajo del elástico de las bragas de Melissa y esta última abriendo ligeramente las piernas hace caer al suelo la tanguita a juego con el baby doll, justo después Valeria se va arrodillando frente a Melissa y recibe en su nariz el delicioso aroma proveniente del coño de Melissa, que sin intercambiar palabras recibe la lengua de la chica desnuda recién bañada en su coño mientras con sus manos acaricia los cabellos castaños de su amiga.

En el pasillo Rossana camina el corto trecho que separa las habitaciones de las chicas y casi esta por llegar al cuarto de Samantha. Dentro de la habitación Samantha conversa con su novio que no ha visto en meses, en su computadora personal esta abierta una sesión de webcam y ella conversa con el a través de un micrófono audífono inalámbrico.

– “… pero es que mis padres han estado fastidiando con esto de estar más tiempo juntos y sus tonterías de ser una familia feliz… “

– “Oye estoy fastidiado con eso Samantha, desde que nos vimos en Roma no he estado contigo y sabes cuanto me cabrea eso”

– “Lo sé muy bien baby ¿pero que quieres que haga?, mi madre presiona mucho y mi padrastro es una verdadera molestia… ya pronto inician las clases y tendremos tiempo para ambos, en la fiesta tendremos tiempo… te apetece, tengo para ti una muestra de todo lo que podrás disfrutar los próximos meses…”

Diciendo esto Samanta desliza por sus hombros las dos pequeñas tiras de tela que sostienen una minúscula blusita sin mangas que cubre sus redondeados senos que se mueven libremente sin sostén, lentamente va tomando con sus manos los hermosos senos y la blusa cae enrollada en su cintura mientras sus manos cubren sus pezones

– “Ummmmm Sammy ya me había olvidado lo grande que son esos senos y las ganas que tengo de mordértelos”

– “Yo no olvido lo rico que es sentir tu boca en ellos mientras me llenas el coñito”

– “Masajéalos, aprieta los pezones nena…”

– “Eres un pervertido… por eso me encantas…”

Samantha empieza a masajear sus senos y a apretar sus pezones mientras pone su mirada más puta y saca la lengua sugestivamente hacia la cámara. Una de sus manos abandona sus pechos y haciendo hacia atrás la silla de escritorio que ocupa separa sus piernas dejando a la vista su depilado coño sin bragas debajo de la minifalda azul que usa. Rápidamente mete dos dedos en su boca y los llena de saliva, llevándolos a sus labios vaginales los cuales igualmente húmedos reciben sus dos dedos dejándoles entrar y salir rápidamente de aquel hermoso coño, mientras con su otra mano acaricia esos pechos que ya muestran unos duros pezones frente a la cam.

– “¿Así te gusto baby o me quieres mas puta?”

– “Eres una zorra con esa boquita… date más fuerte y más rápido, así te daría yo…”

– “Si baby así quiero que me des… “


Samantha sigue metiendo y sacando sus dedos de su excitado coño y gotitas aperladas de sudor aparecen bañando su frente y sus pechos, su excitación aumenta a cada segundo y empieza a llegar a su anhelado orgasmo mientras cierra los ojos y escucha como su novio le dice lo puta zorra que es, ese trato que el le da es tan humillante pero a ella siempre le había gustado ser tratada así, claro todo esto solo entre su novio y ella, pues ella es la hija de los Baxters y debe cuidar de su imagen pública. Una especie de descarga eléctrica recorre su espalda y siente que por fin esta por llegar a aquel orgasmo que la tiene loca de tanto buscarlo, hacia más de tres semanas que por alguna maldita razón siempre terminaba frustrada masturbándose sin llegar al orgasmo, empieza a temblar mientras escucha “Eso putita..”, “mira que mojada”, “Sigue…” y…

Tres golpes en la puerta la traen de vuelta a su realidad y antes de atender la puerta se empieza a ajustar la ropa, avanza a la puerta y se encuentra con Rossana.

-¿QUE?

– Disculpe señorita Samantha pero su madre dice que la esta esperando para desayunar.

Esta vez Rossana pudo entregar el mensaje completo antes de casi recibir en la nariz la puerta del cuarto de la mayor de las niñas Baxter.

Unos 20 minutos después Samantha baja lista para salir, seguida por Melissa y Valeria igualmente listas. Susan Baxter esta sentada a la mesa y mira incrédula como sus hijas entran a la cocina y toman un vaso de jugo de naranja y una o dos tostadas, y se disponen a irse.

– Un momentito señoritas yo no estoy pintada en la pared.

– Hola Mom, estamos retrazadas y no queremos llegar tarde.

– Su padre y yo las hemos esperado por lo menos tengan la amabilidad de despedirse niñas.

– Bye mon…

Michael Baxter no aparta la vista de su periódico mientras escucha la usual discusión madre hijas, escucha a las chicas ir abandonando el cuarto.

– Niñas su padre esta aquí también…

– Mom estamos retrazadas…

Susan Baxter se levanta de la mesa y las observa con su mejor rostro de “Hagan lo que yo digo o…”, desde que se había casado con James Baxter cuando las chicas eran adolescentes las cosas habían cambiado, unas para bien otras para mal. Las relaciones entre padrastro e hijas siempre fueron tensas, la frase “el no es mi padre” siempre se escucho en las discusiones, pero por otro lado Mr. Baxter les había dado a ellas posición social, estabilidad económica y lo más importante muchísimo poder, por lo que ellas cambiaron su apellido; ambas chicas se detienen y justo en la puerta de la cocina ambas dicen en coro.

– Bye Jimmy…

Mr. Baxter sin siquiera apartar la mirada de su periódico levanta una mano a modo de saludo y las chicas salen de la casa y suben a la camioneta todo terreno de Samantha, Melissa sube al asiento del acompañante del conductor, mientras Valeria se instala en el asiento trasero de la camioneta. Las hermanas para variar discuten sobre el disco compacto que escucharan en el viaje, finalmente el auto avanza mientras ahora la discusión gira en torno a cual es la vía más rápida para salir de la ciudad y llegar a las montañas.

– Te dije que tomaras la ruta del parque, vamos a estar atascadas aquí por horas Sammy.

– No creí que estaría tan mal este maldito tráfico y ya deja de decirme lo que tengo que hacer.

– Niñas, niñas basta… acepte viajar con ustedes pero no para escucharlas pelear todo el camino.

Rato después la camioneta esta casi inmóvil ante una fila de autos, en una de las vías que sale de la ciudad.

– Así nunca vamos a llegar a… ufff Sammy que tal si te digo que tenemos que volver a casa.

– Que tal si te digo que te bajes de mi auto y vuelvas caminando.

– Noooo en serio Sammy necesitamos volver, por favor, por favor…

Varios minutos después y varios gritos histéricos de Samantha luego de que Melissa la convenciera de volver a casa y de sortear el tráfico de la ciudad en dirección contraria a su destino, una enfadada Melissa baja del auto frente a su casa y camina rápidamente hasta la mansión y abre la puerta trasera de la casa, toma las escaleras subiendo a su cuarto donde bajo su cama tiene guardada una bolsa de papel de donde extrae un nuevo consolador con correas para ajustarlo a la cintura. Este nuevo juguete le proporcionaría horas de diversión junto a Valeria… La misma Valeria que en ese mismo momento aburrida de esperar a Melissa se acomoda en el asiento trasero del auto de Samantha, apoyándose en el respaldar del asiento del conductor y con su mano derecha la lleva hacia delante y acaricia sin rodeos el abdomen firme de Samantha que con una mano en la cabeza esta contando hasta 10 antes de perder completamente la calma por el enfado.

– ¿Se puede saber que intentas?

– Nada yo solo te veo demasiado tensa y tu cara enfadada pues no le hace justicia a tu belleza.

– Déjate de idioteces y siéntate a esperar OK

Valeria desliza su mano desde el vientre de Samantha y rumbo al sur pasa por su cadera y la coloca debajo de la minifalda de la chica acariciando el muslo de la mayor de las hermanas Baxter.

– Por favor Sammy tú sabes que no me gusta verte enfadada, me gusta más verte reír o… gemir.

– Aun no me explico como mi hermanita no se ha dado cuenta lo puta que eres Valeria.

– Si soy tan puta como dices no sé por que entonces te dejaste hacer tantas cosas aquella noche, aun recuerdo lo rico que la pase mamándote ese delicioso coñito y esas tetas hermosas.

Samanta toma la muñeca de Valeria justo en el momento que la mano de esta última empieza a entrar más y más profundo en su entrepierna rumbo a su coño, tomándola con fuerza la retira de sus piernas y la lanza a un lado con total desprecio.

– Tu lo dijiste “me deje hacer” pues ese día estaba ebria y a parte de todo eso solo fue una vez y fue hace un año, igual no soy lesbiana y mucho menos puta como tu, así que deberías superarlo nena.

– ¿Olvidarlo? Como crees si desde que volvieron solo pienso en el momento de meterle mano y comerme esas deliciosas nuevas tetas que tienes Sammy, no sabes lo apetitosas que te han quedado.

Dentro de la casa Melissa baja del primer piso y decide salir por la puerta del frente, avanza por el pasillo y al acercarse a la cocina escucha ruidos y voces, le es extraño por que a esa hora solo la empleada quedaría en casa, en su mente le viene la idea de que pudiera ser que su putita empleada luego que todos se vayan reciba compañía. Lenta y silenciosamente se aproxima a la puerta de cristal que separa la cocina del resto de la casa, en primer lugar puede ver a Rossana acostada en la mesa de la cocina, sus piernas abiertas de par en par mientras con sus manos masajea sus grandes pechos. Las sospechas de Melissa son confirmadas, un hombre se deleita comiéndole el coño a aquella zorra justo en la mesa donde sus padres desayunaban hacia solo una hora.

– “Así que esta es la forma en que pasas tus ratos de ocio en casa zorrita, ya veras cuando mi mami se entere de esto”

Mientras Melissa la observa repara en lo bien formado del cuerpo de su empleada, hermosas y largas piernas, pechos perfectos y por lo que se ve una completa golfa en la cama, seria posible que antes de decirle a su madre sobre la conducta de la empleada, pudiera ella chantajearla y pobrar si así de bien como se ve también es una buena comedora de coños, ummmm no, eso seria demasiado bajo y ella es una Baxter, jamás se involucraría con una zorra del servicio de su casa… Aunque la morbosa idea le resulta tan caliente que tanto sus pensamientos como la escena empiezan a hacer que su coño se humedezca. Rossana sigue gimiendo y se aprieta los pezones y Melissa delicadamente empieza a acariciar su coño sobre sus bragas que momento a momento se van empapando con esa nueva experiencia vouyerista, un segundo después el hombre levanta el rostro mojado en jugos vaginales y el mundo se detiene para Melissa al ver a James Baxter saborear los jugos de su empleada.

– “Maldito hijo de perra… como puede hacerle esto… a mi madre”

Mr. Baxter continua lamiendo el coño de su empleada y ahora desliza dos dedos en el canal húmedo de Rossana la cual responde con una serie de descontrolados gemidos mientras su cuerpo se convulsiona de placer sobre la mesa del desayunador, en la mente de Melissa las ideas se estrellan con la realidad de ver a su padrastro siéndole infiel a su madre en su propia casa con nada más y nada menos que con la puta de la empleada

“Que original, que original ya sabia yo que este idiota se traía algo entre manos, nunca me termine de creer lo buena persona que decía ser”

Los intensos gemidos de Rossana la sacan de sus pensamientos y su coño termina de encharcarse de sus propios jugos mientras Mr. Baxter solo con sus dedos y su lengua hace que Rossana se corra una y otra vez al llegar a un número incontable de orgasmos, los cuales la tienen tan caliente que su exquisito cuerpo tiembla sin control y toda su piel que ahora es visible gracias a que su uniforme de empleada esta enrollado en su cintura esta cubierto de una fina capa de sudor que la hacen casi brillar. Melissa nunca hubiera imaginado ese cuerpo de infarto de su empleada debajo de aquellas horrorosas ropas de doméstica, los dedos de Melissa sigue jugando con su coño y no se decide a entrar y detener aquella escena pues en realidad todo esto le resulta de lo más morboso.

Rossana deja de temblar por un momento y Mr. Baxter como si fuera la cosa más común del mundo le da a lamer sus dedos a Rossana que los limpia con presteza y luego él se dispone a terminar su café y leer las últimas paginas de su periódico. Rossana sigue sobre la mesa con sus piernas separadas ofreciéndole su coño a Mr. Baxter mientras ella misma se masturba con sus dedos mientras con la otra mano levanta sus senos y lame y muerde sus pezones. Esto es casi demasiado para Melissa que siente que esta a punto de correrse por todo lo que ve.

Melissa ahoga un grito al sentir como una mano la toca desde la espalda, al voltear observa a Samantha que aun la toca sin mirarla pues también observa la escena que se esta dando en la cocina. Hablando en voz baja ambas hermanas comentan entre ellas.

– Vaya susto que me has dado Sammy… ¿puedes creer esto?…

– Lo veo y no lo creo, que mierda es esto como puede hacer… este hijo de puta desgraciado…

– Baja la voz o nos descubrirán.

Ambas chicas sigue mirando la escena y ahora Mr. Baxter aun sentado se separa un poco de la mesa y Rossana simplemente se sienta sobre él y empieza a subir y a bajar siendo empalada en la verga erecta de Mr. Baxter que ahora se deleita lamiendo y mamando los senos de Rossana, mientras que con sus manos acaricia su espalda y a ratos toma su cintura para marcarle el ritmo de la cogida que cada vez se hace más y más rápida mientras la cocina se va llenando de los gemidos de Rossana que a todo esto solo puede abrir su boca en busca de aire y cierra sus ojos mientras su patrón se la coge, Melissa y Samantha se agachan casi hasta el suelo mientras observan como su padrastro lleva a su empleada una y otra vez al orgasmo, todo esto no hace más que calentarlas de una forma tan extraña. No es como ver una porno en la TV o en las fotos del Internet, es ver a dos personas reales coger frente a ellas verlas y oírles, casi sentir ganas de ser parte de todo eso, sus senos se ponen tan duros y sus coños se mojan más a cada segundo y ya Samanta no puede contenerse más, nuevamente coloca su mano en el hombro desnudo de su hermana para ordenarle que se vayan de allí tan pronto como puedan y Melissa voltea hacia ella.

– Melissa… tenemos… tenemos que irnos…

El rostro de Melissa queda a centímetros del rostro de Samantha y la escucha hablar sin entender mucho de lo que dice pues un calor se esparce por su cuerpo como fuego por combustible desde su hombro donde la mano de Samantha aun la toca, ambas se miran a los ojos y Melissa aproxima su rostro a su hermana y la besa delicadamente en los labios, el cerebro de Samantha prácticamente se desconecta y en vez de rechazar el beso, deja que la lengua de su hermana explore su boca mientras su mano lentamente se desplaza del hombro a la nuca de Melissa y se funden en un beso, Melissa coloca sus manos en el torso de Samantha acariciando su piel sobre la suave y fina tela de la blusita de su hermana. Sus cuerpos se van uniendo y sus pechos se aplastan unos contra otros sintiendo los duros pezones de una y otra mientras sus manos se acarician y sus lenguas danzan en sus bocas.

James Baxter sostiene la cintura de Rossana que empieza a temblar y a gemir y finalmente se desploma sobre el cuerpo de Mr. Baxter que la sostiene desnuda aun penetrándola y con una mano la toma del cabello y separa el rostro de Rossana de su propio hombro donde había caído al acabar el orgasmo de la chica. Como si de un juguete que se le acaba la cuerda se tratara y casi como una marioneta jalada por los cabellos la besa mientras ella solo se deja hacer, los besos de Baxter pasan a su cuello y lentamente bajan a sus senos donde atrapa con su boca su pezón izquierdo y lentamente empieza a morderlo a lo que Rossana responde con un fuerte gemido, el gemido que saca a Melissa y a Samantha de su apasionado encuentro en el suelo de la antesala a la cocina. Las chicas se apartan y sus cuerpos siguen calientes y sus respiraciones pesadas mientras sus bocas y sus coños están empapados. En sus caras se puede ver la vergüenza de la situación pues sus mejillas se han puesto tan rojas como un par de cerezas, voltean ambas a mirar desde donde proviene el gemido de Rossana y lentamente se van reincorporando sin hacer ruido.

– Tenemos que irnos ya…

El la cocina pueden ver como Rossana se levanta desnuda y se aleja un poco de la mesa donde Mr. Baxter aun sigue sentado, Rossana se coloca recostada a uno de los muebles de la cocina y sigue acariciándose lentamente su cuerpo cubierto de sudor y sus propios jugos humedecen su coño, James Baxter se empieza a levantar de la mesa y con una mano toma el extremo de una cadena de perro, poco a poco va apartándose de la mesa y desde abajo de la mesa a cuatro patas va saliendo a gatas la señora Susan Baxter, que aun vestida justo como la dejaran sus hijas, ahora lleva al cuello el collar de cuero negro de donde se engancha el otro extremo de la cadena que sostiene su esposo, ella camina siguiendo con su mirada y su lengua la verga de Mr. Baxter que asoma por fuera de sus pantalones a través del cierre. Con dos jalones a la cadena Baxter hace que Susan se levante del suelo y la coloca al lado de la desnuda Rossana, Mr. Baxter hace que Susan se arrodille y empiece a mamarlo hasta que esta a punto de correrse, saca su verga de la boca de Susan y hace que su semen caiga en chorros sobre el depilado coño de Rossana la cual toma parte de ese semen que mancha su piel y con sus manos lo esparce sobre su propios pechos.

– Hora del desayuno Sussy…

Susan se levanta y empieza a lamer y limpiar con su lengua los hermosos pechos de su empleada mientras su esposo la toma de la nuca apretando su cabeza contra esos senos y con la otra mano le acaricia su firme y redondeado trasero cubierto por el momento con una elegante falda ejecutiva.

– Así Sussy… buena chica, lame todo y deja muy limpios esos hermosos senos, buena chica, muy buena chica.

Susan solo sigue lamiendo mientras bajo su falda sus medias se van humedeciendo por los jugos que salen de su coño que arde en ganas de ser penetrado. Mr. Baxter, aun sosteniendo el collar de perro de Sussy, con sus manos presiona los hombros de su dócil esposa que simplemente reacciona arrodillándose hasta quedar a la altura del coño de Rossanna, Mr. Baxter ahora toma por la cintura a Rossana y la gira hasta que sus nalgas quedan frente al rostro de Sussy.

– Roxy ofrécele el culo a mi putita y tu putita has un buen trabajo con esa lengua.

Rossana toma sus redondeadas nalgas con ambas manos y las separa ofreciéndole su rosado esfínter a Sussy. Sussy saca su lengua y empieza lentamente a lamerle el culo a quien hasta hace un tiempo era solo su empleada doméstica.

Las dos hermanas permanecen de pie como dos estatuas de piedra al ver a su madre siendo usada como un juguete sexual en su propia casa, no atinan a moverse y cuando ambas son sacadas de su estado de shock por los sonidos de la bocina del auto de Samantha. Mr. Baxter mira hacia a la puerta y ambas se agachan para no ser vistas y corren a la salida más próxima y no paran de correr hasta llegar al auto.

– ¿Donde mierda estaban metidas se hace tarde, por que tardaron tanto?

Samantha pone a andar el auto y ni ella ni su hermana contestan a las preguntas de Valeria. Todo el camino las chicas no se atreven ni a mirarse y en sus mentes lo único que da vueltas y vueltas una y otra vez es ver aquella escena en la cocina donde su madre es participe como una dócil mascota sexual, una mascota obediente de los caprichos de su padrastro.

– Si me hubieran dicho que me iban a ignorar todo el camino hubiera pedido que me enviaran un chofer desde mi casa, ok, ¿que mierda les pasa acaso les comió la lengua el gato?

Ambas hermanas siguen en silencio y cada una recuerda cosas muy específicas de lo visto y vivido. Por su parte Melissa no puede dejar de pensar en el cuerpo de infarto de la perra de su empleada y en la forma en que su padrastro la hacia correrse una y otra vez, y al igual que Samantha no puede dejar de recordar la cadena y el collar de perro que su madre usaba ante ellos.

Horas después las chicas finalmente llegan casi al caer el sol a las montañas nevadas donde se dará la fiesta a la cual han viajado, al llegar a la pequeña ciudad se hospedan en el lujoso Hotel de Montaña Crowell propiedad de la familia de Valeria. Valeria baja del vehiculo hastiada por el viaje y al salir se encuentra con un botones que le saluda amablemente.

– Buenas tardes Srta. Crowell.

– No se que le ves de buena Jaime, sube a mi suite mis cosas y no tardes.

– Si señorita, soy Erick.

– Whatever… no tardes.

Diciendo esto entra rápidamente al hotel sin esperar siquiera que las hermanas Baxter bajen o se instalen en su habitación. Tres botones se encargan de bajar las maletas de las chicas mientras estas aun sin mirarse siquiera se dirigen a la recepción del hotel donde una hermosa chica pelirroja les atiende con una sonrisa.

– Bienvenidas Señoritas Baxter estábamos esperándolas, esta es su habitación ¿que tal estuvo el viaje?

– Bien… heeee creo que hay un cambio de planes.

– ¿Algún problema señorita Melissa?

– Sí. Quiero una habitación sencilla para mí, con vista a las canchas de esquiar

– Me temo que eso será imposible señorita… todas nuestras habitaciones están llenas por el festival de invierno y la fiesta de despedida de los DeLucca.

– Creo que tendrán que hacer un arreglo pues quiero una habitación para mí.

– Disculpe pero eso no puede ser, le repito que todo esta lleno.

– Creo que se te olvida con quien estas hablando… o me consiguen un cuarto o me cambio a otro hotel.

Quince minutos después, varias llamadas histéricas a otros hoteles, una recepcionista llorosa y un par de gerentes a punto de perder su amabilidad, las maletas de Samantha y Melissa son depositadas en la misma habitación que previamente habían reservado para ellas desde hacia 2 semanas.

Aun si hablar entre ellas ambas chicas se alistan para la famosa fiesta y horas después llegan por separado a una de las casas de montaña de la familia DeLucca, quienes son los anfitriones de la mega fiesta de despedida de vacaciones. Al llegar a la fiesta el ambiente es todo celebración con música animada, bailarines y luces como si fuese una discoteca. Muchísimos jóvenes están presentes, sin que falte el licor y por el momento discretamente el consumo de drogas, chicas en la improvisada pista de baile moviendo sus cuerpos sensualmente al compás de la música y pegándose tanto a sus compañeros de baile que casi pueden fusionar sus cuerpos.

Melissa es la primera en llegar y se dirige directamente a la barra donde le sirven un trago doble con el que quiere olvidar su extraño día. Samantha llega unos minutos después y justo al llegar es capturada por su novio Kevin DeLucca que tomándola por la cintura la besa apasionadamente al borde de la pista.

– Hola sexy, no sabes las ganas que tenia de verte, vamos a la pista.

– Hola… yoo…. también…

Kevin la arrastra a la pista donde empiezan a bailar, al principio Samantha se siente totalmente fuera de lugar pues su mente sigue vagando en los recuerdos de la mañana en su casa, pero poco a poco se va animando y el ritmo de la música empieza a hacerla olvidar sus pensamientos. Kevin aprovecha para deslizar sus manos por el cuerpo excitado de su novia y Samantha se deja hacer en medio de la pista de baile repleta de parejas y semioculta por las sombras de la noche que a ratos desaparecen cuando las luces de colores y reflectores iluminan el lugar.

Al otro extremo de la pista en una esquina oscura Melissa esta sentada en un cómodo sillón y sigue bebiendo queriendo olvidarse de todo lo visto esa mañana pero los tragos empiezan a tener un efecto inverso al que ella buscaba y cada vez más y más el recuerdo se hace más fuerte al recordar a Rossana. En serio podía ser tan buena esa perra, que tan delicioso sería ponerla a mamarle el coño, es un asco que su madre este involucrada en todo eso y peor pues ya no tiene siquiera algo con que presionar a Rossana y obligarla a mamarle el coño. En esos distraídos pensamientos la hacen desconectarse de la realidad y solo vuelve a ella cuando siente que alguien se sienta muy cerca a su lado.

– Hola Mely finalmente te encuentro.

– Hola Valeria, llegue hace un rato.

Valeria se sienta mucho más cerca de ella y por el ruido de la música le habla casi al oído.

– Sabes que había esperado esta fiesta por mucho tiempo, no sé por que estas actuando tan extraña pero me gustaría pasar un rato rico contigo…

Diciendo esto desliza una mano detrás de la espalda de Melissa y con la otra mano acaricia la pierna derecha de la chica que sigue mirando distraídamente a la gente bailar mientras acaba su tercer trago de la noche. La mano de Valeria empieza a deslizarse bajo la minifalda de Melissa acariciando la parte interior del muslo internándose en busca de la entrepierna, mientras Melissa mira la gente bailar una silueta que se mueve sensualmente capta su atención, sus caderas y sus brazos moverse al ritmo de la música y sus pechos subir y bajar. Las luces encienden y apagan y en un movimiento la mirada de lujuria de la bailarina se encuentra con la misma mirada de lujuria de Melissa que la observa como un gato que mira a su siguiente víctima, Samantha detiene su baile y solo continua cuando la luz que iluminaba su rostro se apaga.

– Puedes decirme ahora que mierda es lo que les pasa a ti y a tu hermana.

– Disculpa… pero no estoy de humor para hablar…

– ¿No estas de humor, pase todo el día ignorada en el asiento trasero de un auto como si fuera parte del equipaje y ahora me dices que no estas de humor?

– Puedes dejarme sola un momento.

– ¿Sola un momento? No te preocupes quédate sola. Vete a la mierda.

Valeria se levanta hecha una verdadera furia y se aleja de Melissa rumbo al baño, de camino va tropezando a todas las parejas que bailan al borde de la pista y un camarero la esquiva antes de que lo derribe, la chica sigue su rumbo perdiéndose en dirección al baño.

En la pista de baile Kevin tomando de la mano a Samantha la saca de la pista a toda prisa y se dirigen a un área del segundo piso de la casa donde pueden estar más cómodos y solos en improvisadas salas VIP. Kevin rápidamente empieza a besar a Samantha que no deja de acariciar los brazos y abdomen de su novio, Kevin no pierde el tiempo y colocando a Samantha contra la pared desliza sus manos debajo de la falta de su excitada novia que empieza a gemir y a mover sus caderas rítmicamente al compás de los dedos de su novio que se van mojando rápidamente con los fluidos vaginales.

– Vaya Sammy en verdad que me has extrañado, nunca te había sentido tan mojada

– Por favor.. te necesito dentro… necesito que me cojas…

– Así me gusta nena ya te voy a coger no desesperes.

Las manos de Samantha desesperadamente buscan soltar el cinturón y abrir los pantalones de Kevin que ya presenta una dura erección que Samantha toma con sus manos y empieza a masajear, siguen besándose y ya la blusa de Samantha esta abierta revelando sus hermosos senos que Kevin inmediatamente toma en sus manos besándolos y lamiéndolos, la voltea y la presiona contra la pared mientras le levanta la falda descubriendo sus redondeadas y carnosas nalgas que empieza a acariciar besar y hasta morder suavemente, lo que hace que la ya excitada Samantha casi pierda el control de su cuerpo, pues necesita con urgencia que le hagan el amor… No, no, ella quiere que se la cojan, en su mente ella no necesita que la traten con cariño ella necesita que su macho le coloque una mano en el hombro y la arrodille frente a el y le coloque su verga en su boca y que use su boca como una vagina. Necesita que le cojan la boca, que la usen, su novio sigue acariciándola y ella gime con deseo de estar a cuatro patas ante su macho chumándole la verga o estando en el suelo con la cara en la alfombra y sus pechos aplastados contra el piso con sus manos abriéndose las nalgas ofreciéndole su culo y su coño a su macho.

– Cojeme por favor.

Valeria entra al baño de damas hecha una furia y solo dos chicas conversan animadamente en el baño y al verla entrar rabiosa la miran con extrañeza.

– ¿Que me miran estúpidas? lárguense de mi vista.

Ambas chicas salen aprisa del baño y Valeria queda sola mirándose en el espejo del baño super molesta por la actitud de desprecio que recibe de Melissa. ¿Cómo se atreve a tratarla así?, espero por ella tanto tiempo que volviera de su viaje a Europa y luego su indiferencia las semanas después de volver. Entra en uno de los baños y se saca las bragas con ganas de mear, sentada en el retrete aun su rabia no baja solo de pensar en como a sido tratada todas estas horas. Escucha ruido dentro del baño y repentinamente la puerta de su privado se abre y ella intenta levantarse pero es tomada por el cuello y la cintura y es estrellada dentro de una de las paredes del minúsculo lugar. Valeria no puede reaccionar con sus bragas en sus rodillas y su asombro en la cara mientras Melissa la presiona mirándola a la cara.

– No vuelvas a tratarme como si fuéramos iguales.

– Pero que te pasa…

Plaff

Una bofetada deja aun más atontada a Valeria y sin quererlo se humedece mientras Melissa la toma por la barbilla y le dice:

– Recuerda que aquí tú eres mi puta y yo soy a quien le perteneces perra.

– Si…

Plaff

– ¿Si, qué mi puta?

– Si ama.

– Asi me gusta putita.

Melissa baja el escote de Valeria y toma los senos de la chica con una mano y acaricia y aprieta sus pezones para luego bajar la mano y meterla en su entrepierna y empieza a masturbarla mientras la besa apasionadamente, Valeria aun no sale del shock inicial y siente como la lengua de Melissa sondea su boca mientras la separa de la pared y lentamente se sienta en el retrete y con sus manos guía a Valeria hasta el suelo donde la arrodilla y abre sus piernas dejando su coño al alcance de la boca de Valeria que sin mediar palabras empieza a lamer y penetrar con su lengua el rico y depilado coño de Melissa que empieza a gemir y a contorsionar su cuerpo en el reducido espacio del privado.

– Aaaaaaggg sigue perra… así usa tu lengua… uffff necesito correrme sigue…

Valeria sigue con su cara metida en el coño de Melissa mientras la ve cerrar sus ojos y apretarse los senos con sus manos, Melissa no deja gemir y en su mente empieza a aparecer una imagen, su excitación aumente al imaginarse de rodillas en el piso y frente a ella el coño húmedo y depilado de Rossana. La lengua de Valeria se movía en su coño y ella empezó a mover su propia lengua, imaginando que lamia un coño pero no cualquier coño, era el coño de Rossana, ella necesitaba mamar ese coño pero ella nunca antes había mamando un coño. ¿Cómo se le ocurría mamar el coño de una simple empleada?, era humillante, una locura… pero era tan excitante…

Kevin sigue acariciando y besando las nalgas de Samantha y ella sigue pensando por que su novio no le da un par de nalgadas y unas buenas cachetadas para luego tirarla al suelo y cojérsela tan duro como pueda hasta que ella grite y se corra como una perra, Kevin la voltea y se levanta mirándola a la cara la va a besar y Samantha reacciona apartándole.

– ¿Pero que te pasa?

– Nada no me pasa nada… lo siento no puedo seguir.

– Pero no me puedes hacer esto Sammy… yo necesito…

– Disculpa debo irme.

– Samantha… espera… Samantha

Samantha se aleja de Kevin arreglando sus ropas mientras Kevin intenta seguirla pero sus pantalones y sus interiores en sus tobillos le hacen tambalear. Samantha sale de la habitación abotonando su blusa y arreglando su falda, baja a la fiesta y se dirige a la calle sin voltear atrás dejando muy lejos los llamados de Kevin.

La lengua de Valeria sigue moviéndose en el coño de Melissa y cuando sus manos empiezan a acariciar los muslos de Melissa ella simplemente la aparta con sus manos y se levanta del retrete. Sin decir palabras sale del privado mientras Valeria intenta reincorporarse y la ve arreglar sus ropas sus cabellos y desbloqueando la puerta del baño sale del lugar

– MALDITA PERRA.

Unos minutos después Melissa avanza por el pasillo del hotel rumbo a su habitación, en su mente hay muchísima confusión al recordar su reacción ante Valeria imaginando a Rossana. Detestaba estar tan caliente y lo peor era estar tan excitada pensando en el coño de la empleada de su casa. Abriendo la puerta de la habitación entra y se dirige al armario de donde saca una pequeña maleta de viaje, un segundo después escucha la puerta del baño y ve salir del baño a su hermana Samantha vistiendo una pijama de seda y encaje.

– Hola… pensé que estarías en la fiesta

– No… yo… no me sentía bien.

– Entiendo

Melissa sigue buscando su pijama en la maleta mientras Samantha la observa.

– ¿No encuentras tu pijama?

– Estoy segura que la guarde aquí.

– Déjame ayudarte.

– No por favor.

Samantha se aproxima a Melissa y ambas sujetan la maleta pero al Melissa apartarse de su hermana termina por volcar la maleta en el suelo de la habitación, todo su contenido queda desperdigado sobre el suelo.

– Lo siento.

– Déjalo así, ok.

Melissa se agacha a recoger sus cosas y Samantha también le ayuda metiendo la ropa en la maleta y poco a poco recogen todo. Finalmente solo queda el pijama perdido que estaba en el fondo de la maleta y al tomarlo ambas sienten que debajo de la suave tela algo más esta en el suelo, al levantarlo descubren el consolador con correas que Melissa trajera al viaje.

Samanta sostiene la verga de plástico mientras Melissa sostiene las correas y ambas se observan un largo momento y sus rostros se van acercando poco a poco hasta fundirse en un beso. Samantha siente como Melissa avanza hacia ella haciéndola caer de espaldas al suelo mientras se coloca sobre ella besándola y acariciándola sobre la delgada tela de su pijama. Las mutuas caricias se propagan como fuego y ambas chicas dejan sus cuerpos desnudos en poco tiempo besándose y acariciando sus senos y sus nalgas, finalmente se suben a la cama. Melissa se acuesta de espaldas y Samantha se coloca acostada de dándole la espalda casi sobre ella, sintiendo los duros pezones de los senos de Melissa en su espalda, las manos de Melissa acarician los senos de Samantha mientras sus lenguas juegan en sus bocas. Melissa va deslizando su mano desde los senos hasta el coño de Samantha y empieza a penetrarla primero con uno, luego dos y finalmente tres dedos que la hacen estar tan caliente que no puede parar de gemir.

Poco a poco Samantha se va volteando hasta quedar frente a frente con Melissa, que le coloca sus dedos llenos de los jugos de Samantha frente a la boca. Samantha simplemente abre la boca y con mucha practica limpia con su lengua todos los jugos de los dedos de Melissa, luego va besando el cuello de Melissa y sus besos van bajando hasta encontrarse con los exquisitos senos de Melissa los cuales empieza a acariciar lamer y besar, para luego dirigirse beso a beso por todo su abdomen pasando por su ombligo hasta llegar al delicioso coño de Melissa que no ha necesitado estimulación para estar completamente mojado. Su lengua y boca se apodera del coño de Melissa y esta no puede parar de gemir al sentir la lengua de su hermana entrar en su coño o hacer círculos sobre su clítoris. Samantha desliza la lengua hasta la entrada del ano de Melissa que sigue gimiendo mientras Samantha sigue mojando su coño de placer, Melissa agarra el consolador que esta tirado en la cama y mirando a Samantha le ordena masturbarse. Samantha se coloca a 4 patas y con sus dedos se bombea el coño que palpita con ganas de ser atendido, se estremece de placer y empieza a gemir más y más fuerte.

Los gemidos de Samantha van excitando muchísimo más a Melissa que la observa en cuatro patas sobre la cama, en su mente solo puede pensar en el momento en que Rosanna este a 4 patas justo como lo esta su hermana ahora ante ella. “Necesito cojerme a Rosanna, lo necesito tanto, necesito comerme ese coño… ¿Pero qué locura es esta, cómo pudo estar pensando en comerle el coño a la sirvienta? Estoy tan caliente”. Se coloca el dildo de plástico, sacando los dedos de su hermana del coño mete los suyos y cuando los siente muy húmedos los saca y empieza a humedecer el dildo con los jugos que escurren de sus dedos para luego lentamente ir introduciéndolo en el encharcado coño de Samantha que no logra dejar de gemir y simplemente va sintiendo como poco a poco es penetrada por el dildo de Melissa.

Finalmente Samantha se siente llena, se siente usada, se siente una puta, solo una cosa haría ahora que se sintiera aun más puta y es el collar de perro y la cadena que vio en su madre esa misma mañana, pero eso es demasiado pedir. Melissa ahora empieza a bombear, al principio lento pero luego más rápido y fuerte el coño de Samantha.

Melisa continúa penetrándola y luego de un momento la hace voltearse y acostarse en la cama y empieza a mamarle y lamerle los senos mientras la penetra, ambas se besan y acarician casi llegando al orgasmo. Samantha se saca el consolador y empieza chuparlo y limpiarlo, lo quita de la cintura de Melissa y Melissa la agarra de la nuca y entierra el rostro de Samantha en su coño y Samantha sumisamente empieza a mamarla.

Hacia unos minutos la puerta de la habitación se había abierto y una persona había entrado sin hacer ruido, sentándose en un cómodo sofá se dedico a ver el espectáculo de las hermanas arrechas y zorras. Melissa voltea un poco y con ojos bien abiertos ve a Valeria masturbándose y lamiéndose los labios. Melissa con una sonrisa de lujuria parece como si la llamara a la cama y Valeria se coloca detrás de ella y agarrándole los senos la besa y la acaricia. Mirando a Samantha comerle el coño, Valeria le comenta al oido a Melissa:

– Samantha necesita una mamada de coño tanto como tu…

Samantha esta tan ocupada que no dice nada y sigue mamando. Valeria se ubica detrás de Samantha y empieza a comerle el coño y Samantha esta a punto de explotar de placer. Valeria se coloca el arnés con el dildo y empieza a lamerle el ano a Samantha y Samantha pierde control, Valeria le mete un dedo luego dos y finalmente cuando Samantha gime sin control entre lamida y lamida al coño de su hermana menor, Valeria le va metiendo poco a poco el dildo. En la saturada y convulsa mente de Samantha solo hay un pensamiento “Soy una puta perra que solo necesita que se la cojan y que la hagan sentir una mascota sexual… justo como mi madre, soy una verdadera hija de puta… esto es tan excitante”

Ambas chicas se cojen a Samantha, Melissa sosteniendo la nuca de su hermana mientras la hace enterrar su lengua en el coño y siente cada bombeo que recibe de la excitada Valeria que sin tregua mete y saca, una y otra vez el dildo en el ano de Samantha que ya a estas alturas a dejado de pensar agotada de tanto placer que ha recibido, finalmente Melissa no puede más y empieza a correrse en la cara de su hermana bañándole los cabellos de sus jugos y convulsionando de placer al imaginar la lengua de Rosanna metida en su coño.

Samantha se queda aturdida y Valeria le saca el dildo del ano y al ver a Melissa levemente repuesta se aproxima a ella y se entrelazan en un beso que se prolonga hasta quedarse aturdidas. Samantha reacciona un momento después y descubre a ambas chicas aturdidas junto a ella en la cama y simplemente se acuesta sobre las piernas de las chicas y se deleita mamando intercaladamente el coño de Valeria y el de Melissa y así se va quedando dormida.

Fin de la Primera Parte

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blackfires@hotmail.com

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