Hola, no sé si alguien llegara a leer este cuaderno, la situación es bastante critica y va empeorando cada día pues me estoy quedando sin comida, tendré que salir a buscar provisiones y enfrentarme a “ellos” de nuevo, el problema es que me siento más débil que antes, el tiempo no pasa en balde y ya soy dos años más viejo que cuando empezó todo, la última vez que me aventure fuera de mi casa fue hace tres meses.

Pero que os voy a contar, si habéis sobrevivido es que ya sabéis todo lo que debíais saber acerca de la devastación actual, sabéis lo del virus “VR” que volvió rabiosa a gran parte de la población mundial, todos sabéis ya que lo desarrollaron los americanos.

Al igual que sabéis lo del atentado nuclear de los islamistas, que hicieron volar la ciudad de nueva york con un artefacto cedido por Irán, también sabéis que la semana siguiente a aquel atentado y ante las amenazas yanquis, los iraníes se cabrearon y lanzaron un misil de cabezas múltiples sobre territorio estadounidense, las ocho cabezas que transportaba detonaron sobre poblados núcleos urbanos de la costa este de aquel país, pero aquellas cabezas no llevaban carga nuclear, eran “bombas sucias” liberaron una considerable cantidad de radiación contaminante y altamente radioactiva sobre los núcleos urbanos, matando lentamente a varios millones de personas y animales, además de saturar de radiaciones letales tanto los edificios como el terreno que dichas ciudades ocupaban, el viento arrastro aquella radiación durante millas y millas, también fueron culpables los supervivientes que escapando en sus vehículos contaminados, evacuaron las ciudades y se diseminaron por el país, contribuyendo a contaminar los campos y los cultivos por donde pasaban, así como los animales de granja de los buena parte de aquella zona del pais se alimentaba.

Los americanos decidieron entonces joder a quien les jodía y liberaron aquel virus en Irán, así como en los de la zonas próximas que poseían núcleos mas radicales del islamismo exacerbado, la operación ”VR” (Venganza Rabiosa) fue liberada treinta días después por los satanes americanos, varias bombas de tipo aerosol fueron lanzadas por los infieles sobre objetivos en África, Asia y sobre buena parte de Oriente medio, entretanto los especialistas de la CIA contaminaron 52 depósitos de agua en otras tantas ciudades y pueblos hostiles, al mismo tiempo y con dicho virus.

Naturalmente en poco tiempo escuchamos por la radio noticias alarmantes de aquellas zonas, mas tarde vimos escenas sobrecogedoras en la televisión, diez días después nuestro país tuvo sus primeros casos de rabia humana y algunos supimos que el fin estaba cerca.

El Virus VR.

¿Qué hace el VR? Os lo explicare como si vinieseis de Marte y no supierais nada de lo ocurrido ¿vale? Pos fale ahí va, ¿habéis visto esas pelis de zombis de toda la vida? Pues es parecido solo que los afectados no están muertos, están vivos y locos de rabia, solo viven para morder y comerse todo lo que pillan, dado que se huelen unos a otros no se suelen atacar entre sí salvo cuando están realmente hambrientos, buscan y muerden a los “normales” propagando así su infección y pasan de una víctima a la siguiente, sus mordiscos propagan unas bacterias que transforman a cualquier persona normal en uno de ellos en 24 horas, al principio solo devoraban a estas victimas si tenían mucha hambre, ahora y dado que siempre tienen hambre es su modus operandi habitual, el virus solo se contagia de esa manera, si no hay contacto físico por un corte o herida con su saliva o sangre estas a salvo, a no ser que alguno de sus fluidos se meta en tu boca, pues algunos hasta escupen como supe cuando a un vecino mío que estaba mofándose de ellos a través de la verja de su casa le escupieron varios, algún lapo le entro en la boca y al día siguiente él era uno más del grupo de los infectados.

Las similitudes con una peli de zombis acaban ahí, estos no se levantan al morir, se quedan muertos y sirven de buffet libre a los que pasan cerca de ellos, su cerebro sigue activo aunque son muy tontos ya que solo piensan en comer y buscar presas (se orinan y defecan encima) digamos que entre cinco reunirían la mitad del cerebro de un tonto del culo, pero no os engañéis pues si os ven intentaran agarraros y morderos, pues recuerdan algunas cosas como lo que es correr, también saltan si es necesario así como trepar por las vallas y usar palos, piedras o herramientas para romper cristales o puertas, había que tener cuidado con los policías o soldados armados que se transformaban, algunos usaron sus armas aunque dado su estado acertaban una vez de cada cinco y al acabarse la munición te tiraban el arma a la cara, como francotirador que soy mi misión preferente era eliminar a estos individuos antes que a ningún otro.

Su cerebro se deteriora con el tiempo pero muy lentamente, si entran en una casa saben lo que es una nevera y como abrirla para devorar su contenido, pero las latas se les resisten y son incapaces de abrirlas (para ellos es como el algebra, saben que existe pero no para que se usa) generalmente las revientan a base me morder los envases metálicos para comerse su contenido, recuerdan para que son los grifos y los abren para beber pero no los cierran al acabar, con lo que el problema del agua potable es como comprenderéis tremendo.

Sus cuerpos se debilitan por falta de comida y al cabo de un tiempo mueren, siendo rápidamente canibalizados por los demás, últimamente ya no se encuentra mucha comida y los he visto hacer de todo, si no hay “normales” u otros afectados a los que morder y comer se comen la hierba, vi a uno podar un árbol a bocados pues comenzó mordisqueando la corteza del tronco y siguió masticando hasta que se le cayó el árbol encima apastándolo, también he visto a varios comerse un coche desde los asientos a las ruedas, un día me partía de risa cuando un grupo de ellos entro en la gasolinera y se zamparon todo lo que encontraron, incluidas las latas y botellas de plástico con anticongelante y aceites diversos, pues salir de aquel suelo resbaladizo fue una ardua tarea para ellos.

Pero perdonad mi torpeza pues no me he presentado, me llamo Antonio pero mis amigos cuando vivían me llamaban Toni, era buena persona y trabajaba de Policía, en realidad mi puesto era francotirador de los GEOS, ahora soy un cabronazo con suerte, maña y buena puntería, como atestiguan los casi 300 esqueletos que tengo a cien metros de mi “domicilio” en este antiguo cuartelillo de la guardia civil, es parecido a un torreón y está en un pueblo no muy lejos de donde vivía, cuando todo se descontroló salí de mi ciudad sabiendo que aquella antigua torre que ya conocía de antes, me serviría como un buen punto de defensa contra los infectados, cargue mi coche con todo lo que pude de municiones comida, bebida etc. Prácticamente huyendo me fui de allí aquella madrugada para salvar mi vida.

Al llegar a la torre aquella mañana saque mi pistola Glock de la sobaquera, le pegue un tiro al agente Peláez entre los ojos cuando este salió corriendo del cuartelillo hacia mí, gritando con la camisa y la cara rebozada de sangre seca y dispuesto a que yo fuera su desayuno, en el patio no había ningún vehículo así que deduje que alguna patrulla no había vuelto, dentro de la torre estaban los restos del menú del día anterior compuesto por el sargento Bravo y los guardias Pérez y Macias, como rezaban las tirillas de tela en sus chaquetas de uniforme, tanto el sargento como el primero de ellos habían sido mordidos y medio devorados por todo el cuerpo, Macias era una mujer joven y descubrí horrorizado que el cabrón de Peláez la había literalmente comido el coño hasta la pelvis donde contrastando con la sangre de alrededor blanqueaba el hueso.

El tiro había alertado a toda la población de afectados del lugar y estos comenzaban a llegar a la torre, metí mi todo terreno cargado hasta los topes en el recinto amurallado y cerré el portalón de doble hoja de recias maderas, retrocediendo seguidamente con el vehículo y apoyando su trasera contra las grandes y pesadas puertas para asegurarme de que no se abriesen a pesar de los empujones de los de fuera, recorrí toda la muralla viendo como la población entera se hacinaba contra las murallas de piedra de algo más de tres metros que rodeaban el torreón.

Pase por mi coche y recogí mi rifle Remington de mira telescópica y algo de munición, seguidamente subí a lo más alto del torreón y me hice cargo de la situación, casi 200 personas venían por tres lados gritando y rugiendo hacia mí, dispare 20 tiros y volé otras tantas cabezas, mis objetivos no estaban junto a las murallas sino más lejos, no quería que sus cuerpos sirviesen de rampas para que los demás trepasen dicha muralla exterior y entrasen en el torreón, el ímpetu de los atacantes se desmoronó a los pocos minutos y regresaron al pueblo, donde aun debían quedar algunos “sanos” menos belicosos, algunos de los que se retiraban se pararon junto a los que había liquidado a tomar un tentempié.

Aproveche aquella pausa para recorrer el torreón y hacer un inventario de lo que había en el lugar, habitaciones, literas, armeros etc. Descubrí un cetme viejo del 7´62 y casi 200 proyectiles para él, el resto eran tres cetmes modernos del 5´56 y casi 1000 proyectiles en un cajón, cuatro pistolas y un revolver con abundante munición para ellas, en el almacén de decomisos encontré varias escopetas de caza y algunos cartuchos, también había decomisado dos rifles de caza mayor con munición y algún silenciador, en la entreplanta estaba el almacén de comida, ristras de embutidos y un jamón entero junto con latas y mas latas de fabada y cocido barato, unas 50 latas de atún, anchoas y algo más lejos vi sacos de arroz, lentejas y una caja llena de paquetes de espaguetis, en un rincón había una caja de latas de comida para gatos.

En el piso bajo vi el grupo electrógeno y varios barriles de combustible, además yo había visto la gasolinera a la entrada del pueblo según venia, bajé al sótano y encontré las celdas eran tres y todas estaban ocupadas.

Un viejo, un gañan de unos 30 años y una tía de unas 20 eran los huéspedes de las celdas, los tres estaban infectados y al verme se abalanzaron contra los barrotes para cogerme y morder lo que pudieran, saque mi pistola Glock del 9 parabellum y de un tiro le saque la dentadura postiza por la nuca al viejo, el gañan descubrió tras mi siguiente disparo que si se te junta el puente de la nariz por la coronilla te mueres, me quede apuntando a la chica pero no me decidí a matarla, aquellos ojos fieros y el ovalo de su cara me recordaban a mi ex, ella tenía en la camisa manchas de sangre y pensé que sería la que mordió a Peláez, decidí que esta no merecía un final tan rápido.

Subí a la planta principal donde tras registrar los cuerpos de los tres guardias muertos quitándoles documentos y armas los saque al patio, pase por mi coche y recogí mi porra eléctrica que era una de las cosas que si que funcionaban para atontar a los afectados, como descubrimos en la ciudad cuando nos atacaban en masa y las porras normales solo les hacían cosquillas, baje a las celdas y le di una buena sacudida a la chica, cuando cayó al suelo inconsciente abrí las otras celdas, encontré en el suelo de la del gañan al gato del cuartel muerto y prácticamente devorado, lo eche fuera de la celda y saque los cuerpos del viejo y del gañan al patio, comprobé desde la muralla que no había nadie cerca del torreón, pero se escuchaba algo de barullo en el pueblo a unos 500 metros, rápidamente le di un entierro digno al gato tirándolo bien lejos fuera de la muralla, bajé y aparte el coche abriendo una de las grandes y pesadas puertas, seguidamente cogí el cuerpo del sargento y cargándomelo a cuestas lo lleve cerca del de Peláez, allí lo deje caer y recogí el arma y la munición de este volviendo rápidamente al torreón, repetí mis viajes sacando a todos los difuntos del lugar pues no quería correr el riesgo de infectarme ni pretendía oler a cadáver el resto de mi vida.

Volví a pegar mi coche al portalón poniéndole un calzo bajo las ruedas como precaucion adicional, enseguida me dedique a descargar mis cosas y almacenarlas debidamente, tenia mas munición para el rifle y la pistola así mi botiquín con ¿condones…? Bastantes antigripales, pastillas y fármacos diversos, así como bastante comida más o menos fresca, huevos y frutas, también tenia raciones del ejercito y paquetes de comida china deshidratada de esa que solo has de calentarla y añadirle agua, al no tener fecha de caducidad decidí dejarlas al fondo para ser las ultimas raciones en comer.

Recogiendo todo aquel desorden y fregando el lugar limpiándolo de sangre y restos me dieron la hora de comer, me lave a conciencia y cambie de ropa, comí con avidez pues el ejercicio me había abierto el apetito, al terminar decidí ver como estaba mi amiga la de la celda y llevarla los restos de mi comida en un plato de plástico, cogí también el botiquín de emergencia y bajé cuando me vio salto hacia mi furiosa dándose contra los barrotes.

La di otra generosa ración de corriente con la porra eléctrica por cuenta de la casa y cuando cayó al suelo entre en su celda, había quedado bien dormida y procedí a dejarla el plato dentro, mire su cuerpo inspeccionándola sin delicadezas hasta que encontré el lugar donde la habían mordido, era en la pantorrilla y por el radio y el tamaño de la herida había debido de ser un niño el causante, por si se despertaba la sujete con unas esposas las muñecas entre los barrotes de la celda, mis ojos la recorrieron de arriba abajo deleitándome en cada curva de su cuerpo, llevaba algún tiempo sin pareja y la naturaleza… se me irguió, estaba buena la condenada si pasamos por alto el tono pálido de su piel y su propensión a morder, descarte la idea de tener nada con ella al recordar que el virus se transmitía por sangre o fluidos, me senté a su lado y seguidamente procedí a limpiar y desinfectar su herida para posteriormente inyectarla un antibiótico, pues no necesitaba para nada a una huésped con una herida gangrenándosele en mi celda, hasta no encontrar a nadie vivo este era el único chochete de reserva disponible y… me recordaba tanto a mi puta ex.

¿Continuara…?

Bueno lectores, este relato es consecuencia de haber leído los libros de Manuel Loureiro (recomiendo su lectura) titulados “Apocalipsis Z” y “Los días oscuros.” No seáis gorrones (como yo) y compradlos en una librería, mi agradecimiento también a anonimus3 que con su relato:” Uno de… ¿ zombies?” me ha despertado la imaginación para perpetrar este relato.

Como habréis imaginado, el Toni tontea con la idea de tirarse a alguien… ¿comol…? No es zoofilia pues es un ser humano, no es necrofilia pues está viva, creo que lo podemos poner en: no consentido, pero repito la pregunta ¿comol…? Sabiendo lo de los fluidos y la sangre, no digamos si te escupe en la boca y además con un hándicap, que a Toni le encanta hacer y sobre todo recibir sexo oral.

EL VIRUS VR (2)

Aquella noche cerré la puerta del torreón a cal y canto como vulgarmente se dice, dos vueltas de llave y una mesa apoyada contra la puerta con unas cuantas latas vacías encima, para que si alguien empujase dicha puerta se cayeran y el escándalo producido me despertase, dormí bien y me desperté tarde pues el sol ya estaba alto y los pájaros cantaban alegremente, relajado me puse a pensar en qué bien se lo debían estar pasando los pajarillos viendo como los humanos nos autodestruíamos, ellos en caso de apuro solo echaban a volar y se posaban 200 metros mas allá a salvo sobre un árbol.

Desayuné y me fije en las cámaras de circuito cerrado que el torreón tenía en sus muros, el día anterior no las había visto sin duda por tener tantas cosas nuevas a mi alrededor, inspeccione el lugar y descubrí el monitor que las controlaba en el antiguo cuarto de guardia al lado de la cocina, tras un par de intentos conseguí que funcionaran debidamente, ahora podía controlar los alrededores sin exponerme, durante mi búsqueda entre en un pequeño cobertizo que había en la parte este del torreón, encontré útiles de jardinería y semillas, también había dos taquillas sin llave donde encontré dos pares de guantes de boxeo y varias raquetas, dos balones de futbol y tres pelotas de tenis, así como un collar y una correa de cuero para algún perro que habían tenido, se veía que hacía tiempo que no se usaban.

Baje a ver qué hacia mi amiga la del calabozo, de pasada mire en el cuaderno que había en el pequeño cuarto al lado de las celdas y vi la fecha de hacía dos días, allí estaban los nombres del viejo y del gañan muertos, además de un nombre de mujer: Cecilia Borrás de Palo Alto, caramba por el nombre tenía pinta de hija de papa, recordé su ropa y pensé que no parecía la de una campesina, entré y la mire mientras ella me hacia su numerito habitual, lanzándose contra los barrotes y sacando los brazos estirados engarfiando las uñas e intentando cogerme mientras gruñía, la enseñe la porra eléctrica y se echo hacia atrás mientras gruñía sin dejar de mirarla, después de dos sacudidas había aprendido a reconocer y temer aquel objeto, entonces di un paso hacia ella mientras decía:

– Buenos días Ceci, ¿has dormido bien?

Ella me miro inclinando un poco la cabeza y prestándome más atención, ¡había reconocido su nombre! pero la calma no duró mucho pues empezó de nuevo a gruñirme, puse cara de cabreo y la enseñe de nuevo la porra diciéndola:

– Vamos a llevarnos bien ¿vale? Si eres buena comerás, en caso contrario no ¿me entiendes Ceci?

Ella no decía nada y yo aproveche para fijarme en su aspecto y su ropa, era rubia y con el pelo muy largo, unos ojazos de gata de color verde, con la parte blanca surcada de venitas muy rojas me observaban fijamente con furia, bajo ellos una nariz fina y recta de tipo romano, ya sabéis de esas que parecen señalarte de forma agresiva, su boca de labios llenitos tenía esa curvita en el labio superior muy acentuada, ya sabéis era de esas que parecen pedir besos con solo mirarte y te incitan a meter algo en ella, como la lengua ó…algo mas, su camisa abultaba bastante a la altura del pecho y sus grandes pechos se medio distinguían bajo la tela de su escote, lucía un canalillo profundo que en otras circunstancias me produciría un deseo intenso, se apreciaba poco de su cintura pero destacaban mas sus caderas algo más anchas y rotundas, bajo su falda larga se distinguía un trozo de unas piernas firmes y bien torneadas, tenía un par de anillos en los dedos y parecían de los caros, la ropa tampoco era de saldo y aunque rota y manchada la camisa y falda larga eran de marca, mirándola bien en ese momento me di cuenta de que se había hecho de todo encima, tanto el vientre como el culo tenían una gran mancha que pegaba la tela a su cuerpo, por las piernas la bajaba un hilillo húmedo de heces y orina que olía bastante, deje la porra y enganche una manguera a un grifo que había cerca para lavar las celdas, la metí un buen manguerazo lavándola a fondo mientras ella se acurrucaba al fondo de la celda mezclando gemidos, gritos y rugidos a medio camino entre el temor y la furia, despuer la tire una toalla y me fui del calabozo.

Salí al patio a hacer una ronda por mis “dominios” recorrí la muralla y observé, vi los cuerpos de los que mate ayer además de los de los guardias y detenidos que saque del torreón, todos ellos ya eran solo montones de huesos y jirones de ropa, los del pueblo habían tenido cena abundante y gratis esta noche, esperaba que no lo tomasen como una costumbre y se auto invitasen a cenar hoy, estaba ensimismado en mis tonterías cuando recordé lo que había pasado en los calabozos, me llame idiota hasta en suajili pues había desperdiciado un montón de valiosos litros de agua en duchar a la cagona de la Ceci, volví a revisar el torreón y sus alrededores con mis prismáticos hasta descubrir el pozo y su pequeña bomba de agua que proporcionaba el suministro de esta al torreón, estaba a 100 metros de la pared sur de la muralla, si los del pueblo me cortaban la corriente ó esta simplemente se agotaba por cualquier causa, me quedaría seco y podía morir de sed.

Claro que podía llenar botellas y bidones de agua, pero cuando me disponía a hacerlo recordé que en la gasolinera cercana, vendían bidones de 35 litros de agua de manantial, de esos de plástico que venían precintados y por tanto durarían mas en condiciones de uso, que cualquier cacharro que yo pudiera rellenar de forma individual, además tenía que repostar el coche y llenar al menos un par de bidones de combustible para el generador o me quedaría sin luz cualquier día, ¿Por qué esperar? Miré cuanto combustible quedaba y baje dos bidones vacios al coche, así como uno de los cetmes cargado y me puse unas trinchas, con una cantimplora y cuatro cargadores de 30 balas además de mi pistola con dos cargadores de reserva, baje a la celda y sin mediar palabra aplique la porra eléctrica a una de las manos que Ceci saco rabiosamente para cogerme al verme entrar, ella cayó hacia atrás y yo abrí la celda para darla otra corriente en el pecho, aquello la mandó al mundo de los sueños instantáneamente, sin dudarlo la desnude totalmente y tire su ropa fuera de la celda, Salí de allí y mientras cerraba la puerta mire y admire su bonito cuerpo desnudo, mis acciones tenían un motivo, siempre es más fácil lavar un cuerpo desnudo que rodeado de ropa sucia y llena de mierda, se ahorra más agua y si hacia frio la tiraría una manta para que se resguardase y calentase un poco.

Monte en mi coche y salí de allí cerrando bien la puerta desde fuera, tenía claro lo que quería hacer, pues la carretera hacia una forma de U rodeando el pueblo, yo conocía un camino de mis tiempos de excursionista que cerraba aquella U y me permitiría rodear el pueblo totalmente, conduje hacia el sur en lugar de ir hacia la gasolinera que estaba al norte, me encontraba de vez en cuando con algún coche tirado en los arcenes, cuando calcule que estaba lo bastante lejos tanto del torreón como de la gasolinera me pare y con precaución pistola en mano me acerque a un coche que estaba vacío en el arcén, revise su carga y le cogí una mochila con provisiones y alguna herramienta, en el maletero tenía una botella de camping gas que también requisé, las llaves estaban puestas y al girarlas me di cuenta de que el coche tenia batería pero estaba sin gasolina, tome una rama de un metro de larga y la encajé de un empujón entre el techo del vehículo y el volante haciendo que sonara el claxon, volví a mi coche y seguí mi camino rodeando el pueblo hasta la gasolinera, a mi espalda el claxon sonaba haciendo de imán a los infectados pues estos siempre acudían a los ruidos fuertes.

Detuve el todo terreno al llegar a la gasolinera unos 5 Km después, salí del vehículo con el cetme firmemente empuñado, recorrí todo el edificio y su sótano buscando a alguien sano o infectado, pero aquello estaba vacio así que busque el cuadro eléctrico, me daba prisa pues sabía que me podía encontrar en cualquier momento con uno de ellos de camino al sonido de claxon que aun se escuchaba aunque en dirección opuesta al centro del pueblo, localice el cuadro eléctrico y activé los surtidores, sin perder tiempo volví al coche y mientras se llenaba el depósito saque los bidones para rellenarlos de fuel, en ese momento dejo de oírse el sonido del claxon.

El depósito se llenó y puse la manguera en el primer bidón, fui rápidamente a la gasolinera a por los bidones de plástico transparente con agua de manantial, pues sabía que un hombre andando recorre 15 Km a la hora, yo estaba a 5 del vehículo que con su fuerte sonido había atraído a todos los afectados del pueblo, seguramente le habían dado un montón de golpes al coche y finalmente la rama simplemente se cayó dejando de accionar el claxon, ahora todos los que el ruido había atraído se estarían dispersando, tenía como máximo 20 minutos hasta que alguno llegara hasta aquí simplemente andando por la carretera, debía darme prisa.

Cargue dos bidones de agua en el asiento trasero, cambie la manguera al segundo bidón de fuel y volví a por mas agua, repetí la operación volviendo cargado al coche y sacando la manguera del segundo bidón ya lleno del preciado combustible, volví al edificio de la gasolinera y desconecte la corriente para evitar accidentes u otros percances, llene dos bolsas con lo que encontré de refrescos, zumos y golosinas que encontré por el suelo y los estantes, pues aunque los infectados habían estado allí debieron ser pocos los que entraron, pues se dejaron bastantes cosas tiradas pero aun útiles, junto a la caja habían unas revistas guarrillas, pasatiempos y pilas de varios tamaños me lleve un poco de cada cosa, pues pensé que estando tan solo me vendría bien un desahogo de vez en cuando, salí del edificio y baje la persiana metálica aunque sin asegurarla pues no encontré la llave, pero pensé que disuadiría a los afectados a entrar por simple costumbre, además pensé que la siguiente vez que volviera si veía que estaba abierta entraría dispuesto a pegar tiros.

Me metí en el todo terreno y volví al torreón, llevaba dos bidones con más de 100 litros de fuel, el depósito del coche lleno y cuatro bidones de agua de 35 L. con 140 litros en total, además de una carga mixta de zumos, refrescos, chuches y pastelillos además de varias revistas guarrillas y alguna de pasatiempos, además de la mochila cargada de cosas que rapiñé del otro coche y una bombona de camping gas, buena cosecha había realizado en una mañana de trabajo.

Rodee el pueblo según mi plan, por el lado contrario al coche que había usado de cebo, complete el circulo de vuelta al torreón sin ver un alma ni infectada ni sana, metí el coche y di una vuelta inspeccionándolo todo el recinto, descargue el vehículo y metí cada cosa en su sitio ó despensa, después volví a dejar el coche contra el portón de entrada pero esta vez de morro a la puerta por si en algún momento había que salir zumbando.

Vinieron a mediodía, debían de tener hambre y el instinto o el olor de las chuletas que me estaba haciendo antes de que la carne se estropease los debieron atraer al salir el humo por la chimenea, los vi por las cámaras y tome mi Remington con mira telescópica y tres cargadores de 5 balas, subiendo de inmediato a la azotea almenada del torreón.

Eran cerca de 20 venían muy dispersos igual que ayer por tres lados y muy despacio, encaré mi rifle me puse a observarlos por el visor de 8x, estaban los más cercanos a 100 metros y yo les veía hasta los pelos de la nariz, no solo podía volarles la cabeza sino que podía escoger en que parte de ella darles, mi primer disparo tardo unos segundos y el afortunado fue un tío de unos 25 años, el ángulo de tiro era muy agudo pues estaba unos 50 metros de la muralla, le entro por encima de la ceja y la salida del proyectil le arranco el bulbo raquídeo y las primeras vertebras del cuello, una mujer gorda que llevaba lo que parecía un brazo humano fresco y aun goteando sangre en la mano fue mi siguiente blanco, la revente el corazón de un disparo y ella cayó hacia atrás convertida en una gelatinosa montaña de carne muerta, me moví y mate a dos más en distintas zonas del perímetro pero no muy cerca de la muralla.

Baje a la cocina y retire mis chuletas del fuego poniéndolas en un plato y volviendo a subir a la azotea, me senté en una silla que tenía allí de esas de camping y comí, me entretenía viendo como aquellas cosas que antes eran gente se apretujaban contra la muralla pero sin poder hacer nada más, ni trepar podian pues no había cuerpos sobre los que subirse, de vez en cuando decía:

– ¡Tu, el raro! Toma bicho, come algo que me das pena.

Les tiraba un hueso o un trozo de carne a la cabeza, aquello les volvía locos y luchaban entre ellos para conseguir lo que les había tirado, se herían bastante en aquellos ataques furiosos pero pese a las dentelladas y agarrones que se daban no murió ninguno al pie de la muralla, volví al interior del torreón y lave mi plato sentándome frente al monitor a ver qué hacían, media hora después y al no verme en lo alto el grupo se dirigió a los cadáveres recientes y se los comieron, luego volvieron al pueblo.

Yo abrí una lata de comida para gatos y puse la mitad en un plato de plástico, baje a ver a Ceci y le pase su ración por debajo de los barrotes con una escoba, ella agarró codiciosamente el plato y se fue al rincón de la celda donde se puso a comer ansiosamente con los dedos, yo miraba su cuerpo desnudo y algo sucio, el deseo aumento y me hice una paja mirando sus grandes pechos y el leve balanceo de su cuerpo mientras ella comía.

¿CONTINUARA…?

Como veis la idea de Toni de tener sexo con la infectada Ceci, se va abriendo paso en su mente pero ¿es posible, cómo y por donde? Lo descubriremos en el siguiente capítulo, se aceptan sugerencias.

Nota: Todo parecido personal de Hechos, lugares o nombres de este relato es ficticio, no se ha dañado físicamente a ningún infectado del virus VR. Mientras se perpetraba este relato.

¡Sed felices!

Se aceptan ideas.

Para contactar con el autor:
javiet201010@gmail.com

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