
11 Con el culo de Cayetana y las tetas de Ana rondando en su cabeza, Pedro va a ver a la mulata. Esta le recibe llenándolo de mimos mientras le pide que la deje realizar uno de sus sueños. El enano acepta sin saber que lo que quería era masturbarse frente a él. Tardé casi media hora en ir de Orense a su barrio y esos treinta minutos me sirvieron para meditar sobre el comportamiento de Ana y Cayetana durante esos últimos días. Haciendo memoria, asumí que ese cambio debió de empezar antes de la paliza que me dieron en […]