
Segunda parte de La esposa de un narco y su hermana son mis vecinas. Como os comenté en el relato anterior, un día como otro cualquiera, la esposa de un narco al que defendí y su hermana ocuparon el piso pegado al mío. Desde el inicio, la presencia de esas dos rusas cambió mi vida. Si en un principio me jodió por saber que me iban a traer problemas, durante una cena el narco me contrata para defenderlas y para colmo, la más joven muestra una extraña atracción por mí. Todo se complica cuando después de descubrir que las […]