
Heredé a las mujeres de mi hermano 2. Esa mañana tardé unos instantes en recordar que me encontraba en el interior de la que iba a ser mi casa en el futuro si no renunciaba a la herencia. Al girarme descubrí que a mi lado, seguía durmiendo la diosa de raza negra con la que había retozado la noche anterior. Sacerdotisa de un culto creado por mi hermano, esa mujer era una de las cinco que había separado de su extenso rebaño para dármelas a mí. Haciendo memoria, recordé mi entrada a ese lugar y cómo Lis, una virgen rubia […]