
No me podía creer que en menos de tres días en Oviedo me encontrara en esa situación.Sé que si habéis leído los capítulos anteriores, es normal que penséis que es una paja mental de un salido y digo que es normal porque si, a mí, alguien me hubiese prometido que sin comerlo ni beberlo me encontraría en la cama con una preciosa madura y su hijita todavía virgen, ¡Lo hubiese llamado loco! Joder, ¡reconozco que suena a fantasía adolescente! Nadie en su sano juicio se creería que nada más llegar a esa ciudad, dos magníficas hembras se hubiesen entregado a […]