
A la mañana siguiente, mi despertar me dio una pista de cómo sería el resto de mi vida si es que no la cagaba y lo digo porque seguía dormido cuando escuché entre susurros a mi secretaria decir: -¿Cuál de las dos quiere encargarse de nuestro amo la primera? Al pedir ambas el turno, Isabel riendo les replicó que ya que se mostraban tan solicitas, Natalia fuera a preparar el baño mientras Eva calentaba el desayuno de su señor. Sin comprender a que se refería, la hija pequeña de mi jefe se dispuso a ir a la cocina, […]