
Llegó la hora de la verdad, estaba en juego no solo una enorme cantidad de dinero, sino la posibilidad de tener una preciosidad como mujer. Al abrir la puerta, no dejaba de pensar como iba a plantearle a Lucia, el acuerdo que había llegado con su madre (Yo me quedaba con el 50% del dinero y con ella). Tenía que hacerlo a solas, no quería enfrentarme a dos mujeres histéricas. Lucia entró con inseguridad al piso, quizás esperara que mi reunión con su madre hubiera terminado violentamente, razón no le faltaba, había habido violencia pero al final se había solucionado. […]