
Esa tarde, entre mi tía y yo dimos buena cuenta de Belén. Nuestra recién estrenada amante se comportó como una hembra ansiosa de sexo y no paro de exigirnos más hasta que tuvo sus dos agujeros casi descarnados. No sé la cantidad de veces que o bien Elena, bien yo o bien los dos juntos hicimos uso de ellos. Ya era bien entrada la tarde cuando viendo lo agotada que estaba, decidimos volver a casa. ―¿Os tenéis que ir?― preguntó mi exnovia al ver que recogíamos nuestras cosas. Fue entonces cuando mi tía acercándose a ella y tras […]