
13 de marzo de 1096 Cinco años. Años de guerra, sangre y sinsabores en donde derrotamos a los cumanos a orillas del río Temes y finalmente en Orsova. Vi las crueldades de la guerra justificadas en nombre de la religión y el reino de Hungría, y dentro de mí desfilaron incontables dudas cada vez que un enemigo probaba el acero afilado de mi espada. Pero el infierno quedó atrás, llegó el descanso para el guerrero porque por fin, cinco años después de partir, estaba de nuevo en casa. Contemplé el oscuro río Danubio acaparando todo el horizonte como si fuera […]