
Aurora estaba despierta. Se encontraba boca arriba en su cama, mirando al techo y lamentándose de su mala suerte. Lo tenía todo o, mejor dicho, había estado apunto de tenerlo. Pero todo se había torcido. Su maldita nuera la había descubierto en el peor momento y el pusilánime de su nieto no había ayudado mucho en su comprometido lance. El mismo pusilánime que se encontraba ahora entre sus piernas follándosela. Su nieto jadeaba en su oído con cada envestida mientras sobaba sus tetas como si fueran masa de pan. De vez en cuando se llevaba un pezón a la […]