
Ese saludo, con sonrisa burlona, provocador solo podía ser para una persona… para Mili… dudo que quisiera sacar de quicio a Guille… yo de mi posición, y sin poder moverme, no podía ver mucho, solo el cielo claro del amanecer… – ¿Por qué hiciste eso?… pregunte.– Se lo merecía… dijo fríamente. Si era la Mili ofuscada que me lanzo cosas, entraría dentro de poco a sacarla a patadas de mi habitación y de mi vida, hasta podría castrarme… pero recordé también que Mili huyo cuando me quise amistar con ella el día anterior… era un enigma lo que Mili pudiera […]