
Segunda Estrofa Elena dormía profundamente cuando un suave tintineo comenzó a escucharse en la lejanía. Al principio no se dio cuenta, pero el ruido fue creciendo hasta que el inconfundible estruendo de unas cadenas arrastrándose por el suelo de su piso la despertó. Elena se incorporó totalmente alerta y despejada. Cuando vio al espectro de su tío y mentor lo primero que pensó fue que aquellas cadenas le rayarían el carísimo parquet de teca. —Hola mi niña. —dijo el espectro con voz profunda y cascada. Elena no dijo nada. Se limitó a observar las ropas andrajosas, la piel llena de […]