
Universidad de Detroit. Viernes Amy llevaba unos días con un humor de perros y sus amigos no entendían qué le pasaba. En las últimas semanas tres profesores de la universidad habían sido asesinados. Tres asesinatos que habían ocurrido enfrente de sus narices y no tenía ninguna pista sobre el móvil del crimen ni la conexión entre las víctimas. Únicamente conocía la causa de la muerte, una potente toxina inyectada en el cuello a través de algún tipo de aguijón o jeringuilla Aquel día Amy estaba especialmente de mal humor, no solo no tenía ninguna pista sino que además sus amigos […]