
La historia de un culito chino. Nota de la autora: Quedaría muy agradecida con sus comentarios y opiniones, que siguen siendo muy importantes para mí. Pueden usar mi correo: janis.estigma@hotmail.es Gracias a todos mis lectores, y prometo contestar a todos. Calenda dejó de ensortijarse el cabello con el índice de su mano izquierda y desconectó su móvil. Sin ser conciente de ello, sonrió y miró las luces de Manhattan, al otro lado del puente de Brooklyn. ― ¿Era Cristo? – le preguntó May Lin, atareada en freír trocitos de pollo en la sartén. ― Si, el pobre está destrozado… ― […]