
Peter y su mujer, Silvia, tenían una vida acomodada. Él era directivo de una gran empresa informática y con su sueldo, vivía n cómodamente los dos. Además, debido a ciertos trapicheos con hacienda, se sacaban un sobresueldo, que nunca viene mal. Llevaban casados 15 años, y aunque ya no eran muy jóvenes, se conservaban bien. Peter siempre había tenido buen físico pero empezaba a notarsele la edad en las canas que iban asomando en su cabellera, en cambio, Silvia, aguantaba mejor el tipo, entre que era unos años menor que Peter y que tenía el suficiente tiempo libre […]