
Mi vida social estaba empezando a ser mucho más intensa de lo que la antigua Lucía jamás habría imaginado. Trabajaba tanto como había trabajado ella, pero en poco tiempo había conseguido cultivar más amistades que las que sus recuerdos me mostraban que ella había tenido en años. Omitiéndolo para siempre como si nunca hubiera pasado, el incidente con mi cuñado y mi hermana había quedado como un excitante y extraño episodio en mis recuerdos. Hablaba a diario por teléfono con ella, y María volvía a ser la hermana cariñosa que siempre había sido con Lucía; estaba encantada de poder hablar […]