Desperté descansado… la luz del día entraba por la ventana, el canto de las aves, era un día cálido con una fresca brisa, todo parecía perfecto… pero estaba solo… ¿dónde estaba Mili?… otra vez se me activo en mi cabeza la alarma paranoica por lo que pudiera hacer o decir Vane….

Esa loca podía cambiar de humor y planes fácilmente, si nos escuchó anoche en el baño y se puso celosa… podía contarle a Mili todo… total ya era de día y podía largarse cuando quisiera en su auto… salte de la cama y me disponía a salir en busca de Mili…

– ¿A dónde vas?… me pregunto una voz detrás mío.

– Ufff… que susto… iba a buscarte… repuse viendo a Mili en la puerta del baño.

Ella sonrió coqueta y volvió a entrar al baño… creo que tras todas las veces que la poseí en ese club y en todas las formas posibles… estaba por muy satisfecha y despertó de muy buen ánimo… yo más aliviado aún tenía la duda de donde estaba Vane… así que le saque la información a mi manera.

Me acerque al baño, Mili ahora tenía un polo translucido, que igual le llegaba hasta la mitad de la cadera, dejando ver sus gordas nalgas, el camisón de la noche anterior estaba deshecho en una esquina… Mili orgullosa de lo que sus formas causaban en mí, me miraba a través del espejo del lavabo…

– ¿Estamos solos?… pregunte, abrazándola por detrás y sintiendo sus formas.

– Uhmmm… si… dijo complacida de sentirme, luego agrego… Guille vino a buscar a Vane temprano, creo que para disculparse, salieron juntos, seguro estarán desayunando…

Yo comenzaba a acariciarla por encima de su corta y delgada ropa… Mili procuraba hacerse la difícil, la desentendida… pero viendo sus gestos a través del espejo, sabía que estaba cediendo… más aun cuando yo tenía la clásica y habitual erección matutina intentando abrir sus gordas nalgas…

– Ay… yaaa… no te basto abusar de mi anoche… se quejó ella pícaramente, apartándome un poco.

A decir verdad me dio un culazo para hacerme retroceder y me causo gracia. Mili tenía el cabello desordenado, parecía escoba vieja… dándose cuenta tomo una liga y levantando los brazos fue acomodándose el cabello hasta formar una cola… mientras yo me morboseaba mirando su otra cola, la de sus apetitosas nalgas.

Al levantar la vista y ver su sonrisa mientras ella miraba abajo buscando la pasta de dientes… me di cuenta que Mili cometió el error de que al hacerse la cola en el cabello, dejo descubierto su cuello, su punto débil que aprovecharía para abusar nuevamente de su otra esponjada cola.

La abrace por detrás nuevamente, empujando con mis manos su vientre para que su trasero se hunda en mi ingle otra vez… y bese su cuello desnudo… aquel punto débil que le hizo erizar la piel y ponerse nerviosa… soltó el cepillo y la pasta de dientes…

– Qué terrible eres… repuso con los ojos entrecerrados.

– Sera la última antes de irnos… insistí, porque debíamos partir más tarde.

– Nooo… esperaaa un pocooo… refuto Mili.

Seguro quería que me aguante hasta que termine de acicalarse, para que se siente mejor… pero para mí ese era el momento… Mili procuro no prestarme atención, aunque tenía mi verga dura dividiendo sus gordos glúteos. Siguió echando pasta de dientes al cepillo y luego se lo metió a la boca…

Esa espuma blanca que se formaban en sus labios, me recordó como la noche anterior mi leche la salpico por todo el rostro y como incluso se le metió a la boca… no resistí más… me baje el short, le subí un poco el polo y mi verga rebusco entre sus infladas posaderas…

– Ohhhh… exclamo sorprendida al sentirme piel con piel.

En ese instante, la mezcla de agua y dentífrico, se le escapó de la boca, yendo a parar sobre sus senos que ya traslucían a través del polo delgado… pero que ahora mojados se mostraban en todo su esplendor, más aun con su pezón endurecido…

Ella miro sus enormes melones con satisfacción, tratando de oponerse a esa febril excitación… con un dedo tomo un poco de pasta que había chorreado en su seno izquierdo y se lo metió con su dedo en la boca, casi chupándoselo… en una infartante imagen provocadora… eso era todo… no podía masss…

– Ayyy… ouuu… se quejó Mili al sentir mi verga la perforándola otra vez por donde le gustaba.

Nuevamente soltó el dentífrico y el cepillo, esta vez no los quiso recuperar, solo se aferró a los bordes del lavabo sintiendo sus entrañas invadidas por mi erección matinal… tenía los ojos entrecerrados, una expresión de disfrute, aun se escurría algo de espuma entre su mentón y sus senos…

– Nooo… yaaa nooo… insistía Mili resistiéndose a lo inevitable.

Procuro volver a sostener el cepillo, como para continuar limpiándose los dientes… abrió el grifo de agua para enjuagarse, se inclinó para tomar agua y lo hizo… pero fue una mala jugada para ella y buena para mi… en esa inclinación, sus nalgas se abrieron de par en par y no desaproveche la ocasión para hundirle unos centímetros más de tiesa estaca, apretándola más contra mí con mis manos en su cintura…

– Oufff… Ouuu… uhmmm… gimió casi ahogándose.

Ante esa brutal clavada, su vientre se contrajo, obligándola a votar de su boca todo el agua que recién acaba de absorber para enjuagarse… nuevamente su pecho se llenaba de humedad, su polo ya parecía el de esos concursos de camisetas mojadas… donde se aprecian por completo los senos…

No me resiste a jalonear esos deliciosos globos… Mili me miraba sorprendida por el espejo, respirando aun forzadamente… luego volteo aun con la boca, abierta… su cuerpo había despertado hace poco y esa avalancha de sensaciones la estaba inundando y sacándola de sus cabales…

– Ayyy… ¿qué me haces?… uhmmm… gimoteo sorprendida casi sin voz.

Tenía apresada a Mili por todos lados, como un pulpo: una mano apresando su vientre y jalándola hacia mí entrepierna que a su vez apresaban sus pulposas nalgas, mi otra mano estrujaba sus senos que se inflaban con su respiración agitada… y obvio, mi verga empalándola dulcemente por su arrugado anillo…

Mili en vez de intentar huir, más bien frotaba su cuerpo contra el mío nerviosamente, producto de su excitación… tanto que casi me hizo perder el equilibrio porque se apoyaba mucho en mi… en rápida maniobra me recompuse parándome mejor… pero prácticamente la levante un poco… la tenía como bandera en ristre y en vez de quejarse lo disfruto…

– Ohhh… uhmmm…

En mi nueva posición, dada nuestra diferencia de altura hasta ella misma se había empinado un poco como para acomodarse, para evitar que mi verga saliera de su ano… quería conservar cada centímetro llenándola hasta la raíz… en esa extraña posición sus nalgas se abrían más aún…

Mi verga atorando sus entrañas era nuestro punto de apoyo, su senos subían y bajaban con su agitada respiración… sin embargo, se dio maña para voltear el rostro y robarme un jugoso y desesperado beso, mezcla de todas las sensaciones que disfrutaba… al menos ahora su aliento era a fresca menta…

Cuando no soporto más, nuevamente se apoyó contra el lavabo, yo abrí un poco las piernas para no tenerla empinada en esa forzosa posición… ella sola se rindió, ya había olvidado el cepillo y la pasta, esa labor quedo a medias dejando huellas blancas en sus labios, mentón y senos…

– Ayyy… me encanta lo que me haces sentir… uhmmm… dijo en voz ahogada.

Mili solita se iba inclinando y empinando su gordo rabo, para que lo fustigue en una cabalgata feroz, esta vez con los codos y brazos apoyados en el lavabo y las manos aferradas al borde, para resistir todo.

No necesite mayor consentimiento para comenzar a taladrarle su cálido esfínter que ya palpitaba ansioso sobre mi verga… la tome de la cintura y empecé a estamparla contra el lavabo. Era temprano, había descansado bien y tenía todo el ímpetu de tener las cosas más claras respecto a Mili, la adoraba.

– Uyyy… que biennn… asiii… uhmmm… exclamaba satisfecha.

En esa posición semi agazapada, me dejaba su culo a mi merced, para que se lo rompa a placer… mientras veía sus senos saltar… con cada incursión veía sus nalgas remangarse en mi ingle y rebotar, yo estaba aferrado a su estrecha cintura que por momentos parecía que se iba a quebrar…

Puse mis manos a los lados de lavabo para apoyarme en él y darme impulso, ahora los recorridos de mi verga en sus entrañas no eran tan largos, más bien eran más rápidos y cortos pero con mayor impacto…

– Ayyy diosss… que fuerteee… me partesss… siii… uhmmm… gemía enloquecida.

Ella me miraba sorprendida, con la boca abierta en expresión entre aterrada y placentera… yo estaba completamente absorto en sus nalgas rebotando en mí, en esa dulce fricción que me generaba… pero sentí que me miraba… y fue peor para ella…

Note que su otra cola, la de su cabello, también saltaba por el ímpetu que le imprimía a su enorme trasero… me dije ¿Por qué no?… la tome del cabello con una mano y la jale hacia atrás, mi otra mano la apoye en su cintura para evitar que deje esa posición…

– Ahhh…. Ouuu… se quejó levemente por mi accionar.

Más bien en esta maniobra le estaba arqueando la espalda… ella sumisa me seguía en todo lo que hiciera, sabía que también se beneficiaría, que le proporcionaría más placer… con sus manos aun aferradas en el lavabo, los senos saltando, ella lagrimeaba de placer…

En esa posición, la estaba cabalgando en todo el sentido de la palabra… ella nuevamente se retorcía de placer… parecía estar esperando que me viniera para dejarse llevar… pero su cuerpo no pudo más y en violentos pero reconfortantes espasmos termino su dulce agonía en un violento orgasmo…

– Uhmmm… uffff… uhmmm… resoplo finalmente satisfecha.

– No amorrr esperaaa… reclame sintiéndome cerca de llegar.

– Si… si…. Ven… me dijo.

Evidentemente su inflado trasero y su goloso esfínter estaban sensibles tras ese brutal orgasmo… me di cuenta de eso y solté un poco las riendas, dándole cierta libertad…

– ¿Qué haces?… exclame al verla actuar inusualmente.

Ella se desengancho de mí rápidamente, aun la veía agitada… pero inmediatamente se arrodillo frente a mi… al ver que no actuaba o le seguía la corriente… increíblemente… procedió a pajearme y succionarme la verga… terminando la tarea que su delicioso rabo dejo casi por terminar…

– Ay mierd… salteee… le advertí.

Pero no hizo caso, mi verga exploto sobre su garganta, cuando empezó ahogarse la alejo un poco… pero sin dejar de pajearla como para que escupa todo… no le importaba que le manchara el rostro, esta vez se esparció más que el día anterior por todo su rostro…

– Ohhh… ufff… ufff… estás loca… ufff… exclame satisfecho.

Otra vez, en agradecimiento por el fenomenal orgasmo que le di… procedió a limpiarme la verga, exprimiendo hasta la última gota de semen en mí…. Luego se alejó sonriendo, aun con leche escurriendo de su rostro… tomo un poco del mentón y se lo metió con un dedo…

Eso me hizo escupir una gota más que con su lengua limpia… antes se había tragado mi leche, creo que esta vez quiso probarlo… en ese momento de placer y locura dimos rienda suelta a disfrutar sin complejos ni limites… ella me estaba enloqueciendo…

Creo que el día anterior, al notar como casualmente al acabar en su boca me excito al máximo, Mili quiso repetir esa situación… si yo hacia todo por satisfacerla analmente, porque ella no podía complacerme de esa forma…

Había algo de reciprocidad en esto… yo hacia el esfuerzo físico sometiéndola para darle placer y ella me causaba un impacto visual con sus formas, su entrega y ahora con sus mamadas y tragadas de leche…

También creo que había algo de competencia por lo de Vane… Mili quería mostrarse más audaz y atrevida conmigo en el sexo, cosa que seguramente no tendría con la blanquiñosa y desabrida de Vane… así que Mili decidió desinhibirse por completo como para darme la más grata experiencia y que no mire a otros lados…

Por otro lado, luego me dijo que se atrevió a eso porque temía que me canse de ella, que su cuerpo dejara de excitarme… ya que en algunas de las ocasiones en el club yo la hice llegar 2 veces (en el rio y en la fiesta) y ella solo me hizo llegar una vez… entonces pensó que quizás me estaba volviendo inmune a sus encantos… que debía encontrar otras formas de hacerme llegar con ella…

Bueno, no podía decirle que aquellas veces que me demore más fueron porque tenía la cabeza en otro lado por culpa de Vane… al final gracias a ella conseguí mayor satisfacción con Mili… creo que en parte debía estar agradecido porque la presencia de Vane ayudo a mejorar mis encuentros sexuales con Mili…

Volviendo al relato, Mili y yo habíamos quedado extasiados en el baño, recuperando la respiración ambos sin dejar de mirarnos y sonreír satisfechos… yo estaba feliz, encontrar una mujer que haga de todo por complacerte es genial… estábamos tan abstraídos, perdidos en nuestras miradas y sonrisas, que para nosotros no importaba nada más… pero…

– Ayyy… uds. son… son unos cochinos… aggg… exclamo Vane con expresión asqueada.

No nos percatamos que Vane toco la puerta del cuarto, ni de sus pasos yendo al baño… la imagen que ella encontró fue: Yo aun de pie exhausto apoyado contra la pared con mi verga aun parada y Mili arrodillada frente a mí con todos mis líquidos chorreando por su rostro, sobre todo su boca y labios, y también sobre sus senos…

– No le hagas caso amor a esa reprimida… me dijo Mili en voz baja, luego agregó: esta celosa porque solo puede llegar así en sus sueños húmedos…

– Jajaja… ¿en serio?… reí nervioso recordando y haciéndome el desentendido por lo de ayer.

– En realidad creo que… ella se estuvo masturbando ayer… olía terrible su cuarto… me dijo Mili.

– Ah sí… seguramente… agregue siguiéndole la corriente a Mili y aliviado que pensara así.

No quise profundizar más en lo sucedido anoche, no me convenía… solo le di a entender a Mili que poco importaba lo que pensara la loca de Vane, (total cada quien disfruta su sexualidad como le plazca)… cerramos la puerta, por si acaso el fisgón de Guille se asomaba… después nos reímos de la situación… Vane parecía destinada a atraparnos en las situaciones más íntimas, para incrementar su envidia…

Escuchamos afuera la voz curiosa de Guille preguntando qué pasó… pero oímos que se alejaron de la cabaña para darnos nuestro espacio. Después nos enteramos que habían ido a buscarnos preocupados porque no aparecimos en el restaurante para desayunar… Además debíamos abandonar las cabañas a mediodía, teníamos alistar nuestras cosas para preparar nuestro regreso a la ciudad.

Mili y yo nos acicalamos rápidamente y fuimos al restaurante a devorar el desayuno… la expresión de felicidad que teníamos nadie nos la borraba. Tampoco nadie le borraba la extraña expresión que traía Vane, mezcla de molestia y asco… seguro recordaba lo que había visto… en parte fue bueno, porque por esa aversión que nos tenía, se le había pegado más a Guille y la inhibió de mandarme indirectas…

El problema era que Vane al principio también sintió asco de vernos follando como perros en la casa de Guille y en la oficina del profesor, pero luego se le antojo que le hiciera lo mismo, hasta me chantajeo… ahora, según ella, yo le debía algo… solo esperaba que no pidiera eso… a estas alturas, esperaba que con el shock que le causamos, se le hubiera olvidado eso…

Subimos nuestras cosas al auto de Vane, ahora el problema es quien manejaba… Vane aduciendo que estaba muy cansada no quería manejar, esa fue una indirecta que me mando sonriendo por mi inesperada visita del día anterior… por suerte Mili lo tomo como que nosotros no la dejamos dormir, y bueno Mili tampoco tenía licencia para conducir.

Guille, era el más descansado, quería continuar amistándose con Vane, si ella no conducía era obvio que iría en los asientos de atrás, y el iría con ella… entendiendo eso, me ofrecí a manejar… solo esperaba que no le pasaran factura a mis reflejos lo poco que dormí, todo lo que bebí y lo mucho que cogí esos días…

Con las cosas en el auto y decidido el conductor, almorzamos en el club a manera de despedida y confraternidad… esperaba que después de eso, no volviéramos a estar tanto tiempo juntos otra vez, más que nada por Vane, que con sus locuras y enredos desestabilizaba al grupo…

Enrumbe por la carretera de regreso, con una sonriente Mili de copiloto. A los pocos minutos, producto del calor y de la merienda, mis compañeros cayeron somnolientos. Poco después me di cuenta que el retrovisor frente a mí no estaba ajustado a mi medida, lo iba mover.

En eso note la mirada coqueta de Vane que había despertado y me miraba casi desvistiéndome… no quise distraerme viéndola… pero sentí su mirada persistente… al voltear nuevamente note que me mostraba 2 dedos, en forma de V… luego hizo una mueca a manera de beso entre ellos…

Dándole sentido a sus señas, habían sido 2 veces las que estuvimos juntos en el club, mejor dicho enganchados sexualmente en las cabañas… bueno, para mi ahí quedaron las cosas… pero Vane insistía en distraerme… otra vez al ver por el retrovisor, me hizo los gestos que temía…

– Me debes una… dijo en voz baja, luego haciendo un puño movió su mano como cuando se come un helado, con la boca abierta y lengua hacia un gesto como de una mamada.

Parecía que después de todo Vane, a pesar de lo que me dijo mientras bailábamos, no dejaría las cosas zanjadas en el club y que nuevamente a pesar de todo el asco que mostro… se le antojo lo que vio…

Vane quería prolongar mi agonía en la ciudad… sospechaba que eso no terminaría bien para nadie…

Continuara…

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