Tras la espectacular venida que tuve… escuchar aquella frase de satisfacción me dejo perplejo…

– ¿Queee?… exclame atónito.

Aquella frase solo se la había escuchado a ella en momentos de placer… si… a… Vane… si aquella niña ricachona gringa mimada y alienada que en momentos de excitación y placer profería frases en inglés (oh my god)… y no solo eso, era el tono de voz… no era el de Mili…

Quizás estaba equivocado, tal vez seguía ebrio, quizás era un sueño… para verificar, me di otro palmazo en la frente… auuu, eso dolió… luego aparte la maraña de cabellos de su rostro…

– Por la put… madr… suspire lamentándome en voz baja.

– Te dije que me lo harías de nuevo… sin ataduras… dijo Vane sonriendo satisfecha.

La conch… su madr… en ese momento mis bolas se hicieron canicas, mi verga parecía un globo largo desinflándose… no di importancia a los líquidos que escurrían sobre los muslos de Vane y salían de su ano extasiado… Mierd… me deje caer a un lado del colchón, devastado casi parapléjico… mientras Vane seguía descansando, disfrutando su momento triunfal…

Carja… pero ¿Cómo?, comencé a pensar… había mucha oscuridad para diferenciar colores de piel y cabello. Mi ebriedad y sentidos adormilados no notaron la diferencia entra las nalgas pulposas de Mili y las musculosas de Vane… también recordé que Mili dormía de lado y Vane estaba boca abajo.

Vane profería sus palabras y gemidos en voz baja, amortiguados por la almohada, más el ruido de grillos afuera, nuevamente mis sentidos no estaban al 100%… caraj… aparte que ella no dijo ninguna frase en ingles hasta el final… no sé si se contuvo a propósito para que no me dé cuenta, porque si lo hacía me daba cuenta y me detenía… al menos eso creo, en momento de excitación ¿Quién sabe? (soy humano)…

Después estaba la entrega… Mili era más floja en el acto sexual, yo era el que proponía y hacia el mayor esfuerzo físico al poseerla. Ella me complementaba poniendo su enorme rabo y yo ponía mi nabo… Vane resistió esa faena en una posición difícil y hasta participando activamente culeándome para que le entre mejor mi verga, esa resistencia era producto de su entrenamiento en gimnasio… ¡Diablos!…

Bueno esa era la justificación de la parte física, y ¿el cuarto?… era el correcto… estaban las cosas de Mili ahí (su ropa del baile y traje de baño)… en algún momento de la noche, Vane le cedió a su anfitriona Mili el cuarto más grande en forma de agradecimiento por dejarla quedarse con ella… eso no lo sabía… lo habría hecho Vane a propósito sabiendo que con lo pipilectico que soy, buscaría a Mili a medianoche…

Después de todo, aquellos continuos sueños que tuve con Vane, ahora parecían más una advertencia de lo que podía pasar que un deseo por ella… interprete mal las cosas… pero eso no fue lo peor…

– Vaneee… se escuchó una voz afuera.

Mierd… ¿están penando? ¿fantasmas? ¿La llorona?, ¿vinieron del más allá a llevarme?… pero no… era la voz de… de… mi enamorada… por la put… madr… se acabó la historia, mi vida, cierren la web, apaguen su compu, tablet o smarthphone… se jodio todo… Mili estaba en la puerta, yo palidecí y hasta escalofríos me dieron… Vane seguía sonriendo coquetamente satisfecha… solo me hizo un gesto de silencio…

– Uhmmm… ¿sí?… replico Vane haciéndose la que recién se despierta.

– ¿Escuchaste un ruido?… pregunto Mili.

– Ahhh… si… debe ser ese vigilante que anda dando vueltas… se justificó Vane.

Sentía que esa respuesta no convenció a Mili… con lo que me quedaba de resto físico, me escabullí a un lado de la cama, luego al suelo, mientras Vane se reía de mí accionar. Después rodé debajo de la cama, escondiéndome como una rata… me sentía sucio… pero esa maniobra fue propicia porque justo…

– ¿Puedo entrar?… insistió Mili.

– Sí, Claro… agrego Vane.

Debajo de la cama, yo estaba sudando frio y respirando apenas, sin hacer ruido. Sentí el colchón moverse, seguro Vane se daba vuelta, no recibiría a Mili con las nalgas abiertas y el ano rebosando en mi leche… escuche la puerta abrirse y vi cómo se formaba la sombra de Mili acercándose a la cama…

– Creo que… el ruido venia de acá… dijo Mili, sonaba un poco enferma.

– ¿Ah sí?… bueno… repuso Vane un poco nerviosa ante la insistencia de Mili.

Este era el punto de quiebre… Vane tenía todas las de ganar, hasta el momento me había tenido a salvo, quizás para torturarme cruelmente… ahora me tenia del cuello, podía darme el golpe de gracia en ese momento y decirle a Mili que su enamorado estaba escondido bajo la cama, tras propinarle un placentero orgasmo anal… y tenía las pruebas escurriendo por sus intimidades…

– ¿Y bien?… insistió Mili.

– Es que… me da vergüenza… replico Vane.

Yo estaba a la expectativa de lo que dijera, una palabra suya me llevaría al cielo o al infierno… en ese momento me arrepentí de todas las oportunidades que tuve de confesarle a Mili y Guille lo sucedido, hubiera alejado a Vane del club y de nuestras vidas desde antes… pero me calle para no hacerlos sufrir ni malograrles el momento, ahora terminaría pagando las consecuencias de mi silencio…

– ¿Por qué?… pregunto curiosa Mili.

– Es que… tuve uno de esos sueños (húmedos)… agrego Vane con voz pudorosa.

– Ahhh… exclamo Mili avergonzada, no creo que quisiera preguntar detalles.

Vane me había salvado… ahora yo recuperaba la respiración, sentía la sangre volver a mi rostro y el alma al cuerpo… pero ella no hacia las cosas sin planearlas, era hasta cierto punto maquiavélica Creo que sabía que si me delataba, la historia terminaría ahí para ambos y una pelea en media noche no tenía sentido… Vane aun quería tenerme en sus garras, a su merced para lo que dispusiera esa lady ladilla…

– Pensé que… que Guille había venido… agrego Mili con voz rara.

– Ay no… no me hables de ese… ese… tu sabes… dijo Vane, creo que recordar a Guille le malogro esos instantes de victoria y satisfacción.

– Es que… dijo Mili un poco ida.

Vi su sombra tambaleante, emitió unos sonidos guturales raros… luego salió cerrando la puerta presurosa, seguramente para que Vane no oyera lo que pasaría… por mi experiencia entendí que salió raudamente al baño, se le venía el vómito por la borrachera… por eso sonaba rara, enferma… aún seguía medio mareada (igual que yo) por lo de la fiesta, ella no acostumbraba tomar mucho…

Al lado se escuchó el ruido de la puerta del baño, y el sonido de lo que expulsaba su cuerpo… entendí que era mi momento para huir, aprovechar el malestar de Mili que la entretuviera unos minutos… Salí de debajo de la cama, me recompuse sin hacer mayor ruido, no quería ni ver a Vane… solo que…

– Me debes una… me dijo Vane jalándome de un brazo hacia ella.

En un acto reflejo voltee a verla… ella aprovecho ese descuido, ese momento de titubeo para estamparme un jugoso beso y hasta su lengua sentí… luego Vane me guiño un ojo y me dejo ir…

Esta loca habrá pensado que todo esto fue planeado por mí para cogérmela, no se habrá dado cuenta que esto fue involuntario… bueno cada quien piensa o ve las cosas como quiere… más aun en la mente retorcida de Vane… tampoco tenía tiempo para explicarle lo que sucedió… solo sabía que debía huir…

– Hey… me susurro Vane y luego señalo mi cuerpo.

Mujer golosa, seguro quería más… pero al ver mi ingle note que seguía desnudo… Maldición ¿Qué me pasa?… tome mi short y polo a un lado de la cama y me los puse como pude. Solo con el short casi pierdo el equilibrio y me saco la mierd… lo que le hizo gracia a Vane que disfrutaba la situación…

Después vi como Vane se dejó caer rendida sobre la cama, con una sonrisa de oreja a oreja, saboreando lo sucedido, su victoria y su orgasmo, resoplando de cuando en cuando, aun exhausta por lo ocurrido. Conociendo su falta de conciencia, seguro dormiría tranquila y sin remordimientos.

Mientras yo salí casi de puntitas de la habitación, cerré la puerta, como Mili lo hizo. Con todo lo que paso, la embriaguez se evaporo de mi cuerpo. Ubique mi puerta de escape, en el camino vi que la puerta de Mili estaba abierta y aun se la oía arrojando sus entrañas… ufff… al menos está ocupada…

Me senté al lado de la puerta y fui abriéndola de a pocos, hasta que… caraj… mala suerte la mía… vi la luz de la linterna apuntando cerca de la cabaña… así que volví a cerrar la puerta y esperar que la luz se alejara… sabía que esos minutos de espera podían jugarme en contra… había dejado de escuchar vomitar a Mili, pero tampoco había ruido, así que seguro seguía en el baño…

Una vez que vi la luz alejarse, nuevamente abrí la puerta… no sé por qué en mi aturdimiento decidí sacar primero las piernas, luego empecé a sacar mi pecho… sin querer aquella maniobra me salvo…

– ¿Dany?… dijo una voz.

A la mierd… es el colmo caraj… no podía tener tanta mala suerte, como decía mi padre en momentos muy jodidos: a mí no me han parido, me han cagado… voltee el rostro y si… era ella… era Mili…

– ¿Qué haces aquí?… insistió Mili.

Yo estaba gélido, casi temblando… en shock, casi al borde del paro cardiaco… di algo animal…

– Yo… yo… yo… comencé a tartamudear en voz baja.

– ¿Tú qué?… replico Mili.

Solo atine a hacer un gesto de silencio, para ganar tiempo mientras pensaba en algo… Mili entendió que debía ponerse a mi lado agacharse para oír mi explicación, para no alertar a Vane… ¡que pesadilla!…

– ¿Sí?… insistió Mili que parecía perder la paciencia.

– Yo… yo… yo vine… vine… por ti… agregue languideciendo, fue lo único que se me ocurrió al ver que mi posición en la puerta más que de salida parecía de entrada a la cabaña.

– Ohhh… ¿En serio?… replico derritiéndose.

Aquella frase sin querer funciono de maravillas… Mili me abrazo y me dio un suculento beso que casi me mata… ¡tenía un olor a vomito espantoso!… dada la situación y mi sentido de culpabilidad, no me quedo otra que soportarlo todo, con decir que también a mí me dieron ganas de vomitar… hasta que…

– Ohhh no… dijo Mili retorciéndose de nuevo.

Se paró bruscamente y otra vez se fue corriendo al baño… aun le faltaba vomitar más. Yo caí rendido en el piso, con medio cuerpo afuera de la cabaña… esto no puede estar pasando, me decía… ¿Sera el karma por lo que le hice a Vivi?… me repuse, estaba exhausto pero no podía irme, Mili me había visto…

Ya no tenía más leche que votar… supuse que en el estado de Mili, no querría nada sexual, solo que la reconforten… en fin… no hay de otra… volví a entrar a la cabaña y cerrar mi puerta de escape. Mientras me dirigía a su cuarto, escuche los ronquidos de Vane… cayo dormida rápido, la deje muerta, pensé.

Entre al cuarto de Mili y a su baño… vi a la pobre de rodillas, con la cabeza frente al sanitario…

– ¿Te sientes bien?… fue la pregunta más boba, pero a esa hora no pensaba.

– No… me quiero morir… decía casi sollozante, y agrego… nunca más vuelvo a tomar…

Casi le digo que esa es la mentira más grande, pero dado su estado, solo opte por sentarme a su lado y acariciar su espalda. Mili estaba vestida con un camisón translucido que dejaba ver sus senos y que apenas llegaba a la mitad de sus nalgas desnudas. Seguro era algo que usaba de más pequeña y que ahora apenas le cabía y se veía sexy… aunque por su mal estado, en realidad no me excitaba mucho…

– ¿Necesitas algo? (¿una menta para el aliento?)… pregunte intentando ayudarla.

– Si… pásame un poco de papel porfa… me pidió desfalleciente, bajando la palanca del baño.

Mili seguía con la cabeza apuntando al sanitario, en 4 patas, el papel estaba del otro lado, para alcanzarlo debía pasar detrás de ella. Para que no se sienta sola, continúe acariciando su espalda y cabellos, pasando casi arrodillado en ese ambiente poco espacioso. Una vez detrás suyo, como que quede aprisionado entre la pared y ella… pero esta vez estirándome si alcanzaría el papel.

Comencé a estirarme y sin quererlo, mi ingle se fue hundiendo entre las deliciosas y morenas nalgas de Mili… esto es otra cosa me dije, tiene consistencia y suavidad (comparándolas con las nalgas de Vane). Sin animo sexual también comencé a acariciar sus muslos, quería hacerla sentir bien… y tras mi reciente error con Vane, mi conciencia también me obligaba a hacer lo más reconfortante posible.

Le alcance el papel y ella procedió a limpiarse la boca… Mili seguía en la misma posición sumisa, en 4 frente al sanitario, por si volvía a darle otro arranque de nauseas… y efectivamente tuvo otro ataque, su vientre empezó a retorcerse un poco y con eso el resto de su cuerpo…

Yo que me había mantenido pegado a ella, porque me gustaba sentirla así, con su gran trasero presionando mis genitales… esta vez sentí aquellos temblorcillos, la compadecí… pero… esos movimientos involuntarios estaban surtiendo un efecto inesperado e impensado…

– Wow… exclame asombrado sintiendo mi verga crecer.

– Ay no Dany… no… en serio que no estoy para eso… se quejó Mili, previendo lo que pasaría.

– No, nada… yo solo juego… le dije, pensando que no había posibilidad de algo más.

Pero el morbo me empezó a invadir cuando no solo comencé a sentir, sino a ver también… baje mi vista, y pude apreciar tras el camisón translucido como su bronceada espalda terminaba en su pequeña cintura y la tela le daba forma a su figura… siguiendo más abajo, como se iba formando aquel carnoso trasero en forma de corazón, con esa deliciosa raja…

– Lo siento… le dije suspirando abrumado.

– ¿Por qué?… pregunto Mili fatalista, seguro esperaba una confesión.

En realidad, ya mi verga increíblemente estaba tiesa a mas no poder… y el pretexto que mi mente estaba usando para convencerme era que: debía hacerlo para borrar mi involuntaria equivocación con Vane en el cuarto de al lado… me baje el short, Mili ya estaba en 4 hace buen rato y su camisón ya había descubierto sus imponentes caderas…

– Lo siento… por lo que voy hacer… agregue.

– ¿Qué?… ouuu… nooo Dany… nooo… se quejó Mili.

Era tarde, mi verga ya había hecho diana en su flexible ano. Tras un entrenamiento intensivo anal que le di a Mili en las últimas semanas, su esfínter ya no necesitaba tanto de cremas lubricantes como Vane… Mi verga ya se sabía el camino y su ano sabia como estirarse para comerse gustoso mi pene.

– ¿Por qué eres así?… estoy mal… ayyy… me reclamo graciosamente Mili.

– Para mi estas muy…. pero muy bien… la halague acariciando su cintura y muslos.

Ese cumplido la hizo sonreír y relajarse, lo que aproveche para perforarla más, mi verga ya había entrado completa. Vi como un temblorcillo recorría su columna y la piel se le erizaba. Su ano ansioso palpitaba sobre mi endurecida verga… no habiendo mayores síntomas de nauseas, procedí a bombearle sus jugosas y redondas nalgas…

– Uhmmm… estoy ebria… ohhh… estas abusando de mi… uhmm… gimoteaba Mili.

Seguía con la cabeza en el baño pero instintivamente su posición en 4 se fue amoldando más para recibir una cogida, es decir, encorvando la espalda y abriendo las piernas para que esas dos voluptuosas nalgas se abran de par en par y reciban más profundamente mi verga.

De mi posición arrodillada fui pasando cada vez más a sentarme sobre mis pantorrillas, Mili se estaba agarrando del borde del sanitario y empezaba a empujarme su enorme rabo contra mi ingle… después de todo no era tan flojita como pensé…

– Ayyy amorrr… ohhh… uhmmm… comenzaba a disfrutarlo a pesar de su mareada cabeza.

Tomo mis manos que apresaban su cintura y las dirigió a sus senos, que gustosamente bailaban con cada clavada a la que sometía el goloso esfínter de Mili… podía sentir sus pezones a través del camisón… pero ella quería sentir mis dedos sobre sus senos desnudos…

Entonces ella misma, loca de pasión, no aguanto y tomo su camisón por el borde de cuello y lo jalo, rasgando la débil tela y liberando sus henchidos melones… mis dedos ahora estrujaban sus senos desnudos y jugaban con sus pezones, llenándola de más placer…

– Ouuu… ufff… uhmmm… exclamo desfalleciente en un inusual pero placentero orgasmo.

Mierd… nooo… me faltaba poquito, me dije un poco decepcionado… pero no me importo, corregí el error de la noche haciéndoselo a la chica correcta en esa cabaña… había ido por Mili y la tuve… esperaba haber terminado con la maldición.

– Ay amor… se me viene otra vez… salte… me advirtió.

Pensé que se le venía otro orgasmo, pero fue otra descarga de vomito… creo que la ajetree mucho… saque presuroso mi verga a punto de explotar en leche… Mili arrojo más lo que parecía agua o saliva, no le quedaba nada solido en el estómago… fue entonces que ella cometió un error…

Aun sentada al lado del sanitario, levanto el rostro, lejos de parecerme asquerosa esa imagen, por el morbo del momento… aquella baba que cubría sus carnosos y enrojecidos labios, parecía más restos de mi leche… eso término de incentivar mis genitales…

– Nooo Mili… sal de ahiii… le advertí.

– ¿Queee?… exclamo ella asombrada de ver mi verga a pocos centímetros de su boca.

Quise contener el torrente de leche que se me venía, ahorcando mi verga, pero mis dedos en vez de detener este aluvión, al frotar mi sensible pene, terminaron por incitarlo más… era muy tarde…

– Ohhh… ufff… resople aliviado, mi verga comenzó a escupir leche a montones.

– Ahhh… cofff… cofff… se quejaba Mili casi ahogándose.

Mi intención fue descargar mi leche en el sanitario, pero el rostro y sobre todo la boca de Mili se interpusieron en mi camino. Una lluvia de semen cayo en sus parpados, mejillas, labios, mentón y sobre dentro de la boca abierta de Mili y su lengua…

Esta excitante imagen fue un peor aliciente, mi verga no dejaba de contraerse, mi miembro era ahora el que vomitaba a más no poder, litros y litros de leche… comencé a exprimir mi pene para que no quede nada… y Mili atónita continuaba sin moverse, recibiendo toda esa viscosa salpicada.

– Asuuu… ufff… dije terminando, casi creí que me orine, pero me vine como nunca.

Viendo mi placentera venida, creo que Mili no me quiso malograr la experiencia con reclamos, seguro que también la excito ver lo que me causo… para rematar mi fantasía, ella sin limpiarse o escupir nada, se asió de mi verga y comenzó a limpiarla, en el proceso se habrá tragado algo, pero en su estado no le importo… con ese excitante panorama logro exprimirme algunas descargas más de leche…

– Wowww… eres… la mejorrr… ufff… la halague plenamente satisfecho, acariciando su cabello.

Mili sonrió agradecida, aun con mis líquidos en su rostro, sus labios melosos y mi leche escurriendo por su mentón y resbalando hacia sus senos… hasta que… Otra vez le dio un arranque de náuseas y voto todo, incluyendo mi leche… eso en parte mato la pasión… pero esos momentos e imágenes excitantes quedaron bien grabados en mí.

Volví a confortarla, por suerte fue el último vomito de la noche… después me dijo que había despertado con nauseas, por la bebida, y que había oído ruidos raros en el cuarto de Vane, al entrar y acercarse a su cama, sintió un olor raro (nuestro sudor, mi leche y sus jugos) y eso le activo las náuseas… no dije nada…

Luego nos aseamos entre juegos y nos fuimos a dormir en esa enorme cama donde sus viejos durmieron la noche anterior. Como lo había planeado desde el inicio me acurruque con Mili… La incursión a esa cabaña, como pensé, con sus sorpresas y todo acallaron el recuerdo de Vane, mi obsesión temporal.

Aunque vi la luz de la linterna reflejada en los muros, no me importo, porque antes de entrar a la cabaña note que el vigilante no se acercaba tanto, seguro temía que Mili lo delate como fisgón con su viejo…

Por otro lado, a través de las paredes escuchaba algunos ronquidos de Vane que descansaba placenteramente… esa bruja creyéndose la gran ganadora de la noche, se durmió satisfecha sin asearse, con mi leche adentro de sus entrañas como grato recuerdo…

Decidí perdonarme a mí mismo por lo sucedido, no fue enteramente culpa mía: la primera vez Vane me amarro y la segunda fue una equivocación en la oscuridad y por mi embriaguez, hasta con matices de ser una trampa tendida por Vane… Así que al menos esa noche al lado de Mili, dormí tranquilo…

Pero igual aún tenía el recelo de que es lo que haría Vane… aun le “debía” un favor…

Continuara…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *