QUIEN SERA LA MEJOR

LA MADRE O LAS HIJAS.

 

Era el año de 1981, un año muy violento para Centro América, dos países hermanos sufrían en carne propia un estado de guerra interna, producto de una revolución sandinista y el otro de una lucha fratricida en el país más pequeño de américa central.

Una cadena de televisión de Sudamérica, me contrato para cubrir los acontecimientos que se estaban desarrollando en esos países.

Estaba bien pagado en dólares, y hay que decirlo la televisión es un mundo apasionante, porque la rutina no existe, ya que todos los días se viven historias diferentes y es muy parecido al arte, porque todo es creatividad y tú tienes que imaginarte como se presentara la noticia, desde el principio hasta su final, además te codeas con la gente que maneja el poder detrás de un escritorio y eres bien recibido y a veces hasta cobras, porque salgan diciendo, una serie de mentiras y pendejadas y a ese servicio se le conoce como relaciones públicas.

Otro de los privilegios de la profesión, es que tu micrófono y tu cámara, te abren puertas que para muchos, solo sueñan con entrar.

Dicho de otra manera, el militar tiene poder a través de su uniforme, el político detrás de su curul o escritorio, el religioso por la sotana o la biblia en la mano y por último el periodista con sus herramientas de trabajo.

Todo lo anterior significaba, que cuando uno se movía en busca de la noticia, por lo general y no todas las veces, eres bien recibido cuando llegas a cubrir algún evento noticioso, y te vuelves el centro de la atención, porque muchos se creen importantes que hasta pagarían de cualquier forma por salir en pantalla.

Hice toda esta introducción, para darles una idea del porque y cómo sucedieron las cosas, en este relato, ahora entremos de lleno en la trama.

Me encontraba en mi oficina, cuando recibí una llamada del secretario de prensa, comunicándome que una enorme cantidad de personas se encontraban en una de las fronteras y que funcionarios del gobierno como también embajadores de gobiernos amigos llegarían al lugar para ser testigos de la marea de gente que en calidad de refugiados y otros como sobrevivientes de atrocidades  venían huyendo de sus perseguidores,

 Pedían asilo para entrar al país.

Busque a mi camarógrafo y tomamos una camioneta Toyota de doble tracción, que nos servía para movilizarnos por cualquier carretera.

Tras varias horas de jornada llegamos a nuestro destino, hicimos tomas, entrevistas y tratamos de buscar el interés humano para trasladarlo al público y para el final los representantes del gobierno nos dieron, logística, información y alimentos que también eran servidos a las delegaciones diplomáticas.

Estando en la frontera, y caminando a la par de mi camarógrafo le pido que caminemos en medio de la gente para captar en sus rostros, el  sufrimiento que vivió esa población al salir huyendo de su país,

En medio de esa cantidad de personas algo me impresiono de gran manera, la vi de espaldas y ante mis ojos vi, el cuerpo más curvilíneo y hermoso que se podía esperar de una mujer.

 Tenía el pelo muy largo de color castaño y su piel blanca. Vestía unos sensuales pantaloncitos cortos, con una blusa manga larga y su estatura cuando mucho 1.65 mts.

Además note como que temblaba porque la temperatura se sentía muy baja en esa hora y apenas comenzaba la noche.

Me acerque donde ella y al llamarla diciéndole señorita, se da la media vuelta y una cara de niña de lo más preciosa, me sonríe al verme,

¿Cómo te llamas?

KARLA

¿Qué edad tienes?

Voy a cumplir 17 el próximo mes

¿Estás sola?

No, estoy con mi madre y mi hermana, que andan buscando comida, ya que no hemos comido nada desde ayer,

¿Tienes frio verdad, estas temblando?

Mucho y no tengo suéter.

Era lindísima con una inocencia que te robaba el corazón con solo verla y escucharla.

Sígueme al carro y te daré algo de comer y creo que mi abrigo te servirá para el frio.

Íbamos en camino cuando se escucho

¿Karla adónde vas?

Eran la madre y la hermana.

Mama él es el periodista que vino a ver qué nos pasa.

Yo solo me reí  y me presente con ellas.

Yo soy Héctor y él es Luis mi camarógrafo, y queríamos ayudar a su hija con algo de comer y un abrigo para el frio.

Su madre, con lo mal vestida que andaba no parecía gran cosa, porque usaba unos pantalones que no eran de su talla y se cubría el pelo con una especie de gorro en punta, pero su cara era de rasgos finos, y una estatura de 1.70 mts,

Por su parte la hermana, estaba más desarrollada pero igual de preciosa y era la más alta de todas, y un cuerpazo, que mostraba un redondo y escultural trasero en unos jeans todo sucios

´Por favor síganme, nuestro carro que está a unos quinientos metros y luego veremos qué puedo hacer por ustedes.

Nos siguieron y les dije que subieran al automóvil por el frio, y les fui a buscar raciones de comida que habían sobrado en las oficinas de la aduana.

Muy amables me dieron lo que les pedí, incluyendo algunas bebidas para ayudar a digerir los alimentos, que realmente eran deliciosos.

Volví con ellas y verdaderamente devoraron lo que les lleve y al terminar  pedí que me contaran su historia.

Su odisea comienza así, según lo que me conto la madre.

Eran una familia, que tenían una buena posición económica ya que su esposo y padre de las niñas había sido un coronel activo de las fuerzas armadas que se encargaba de la contra inteligencia y además especialista en lucha contra insurgentes y era el que tenía a su cargo el interrogatorio y el destino de todo aquel que caía en su jurisdicción.

En una revuelta en la pequeña ciudad donde habitaban, todos los elementos del gobierno, fueron asesinados por las tropas rebeldes.

El coronel fue de los últimos en caer y fue colgado en uno de los arboles más altos del parque central de la ciudad.

El odio hacia la persona del coronel no tenía límites, porque era conocido como el principal responsable de muchas muertes y desaparecidos en la zona, como también de las peores atrocidades en sus interrogatorios, cuando una persona estaba en sus manos.

La venganza del pueblo fue salvaje y a su mujer e hijas tuvieron que salir huyendo, solo con lo que tenían puesto y hasta tuvieron que disfrazarse, para no ser reconocidas y huir con la multitud que salió en veloz carrera con rumbo desconocido, hasta llegar a la frontera.

Durante la fuga, recibieron ayuda de almas caritativas pero también habían soplones que deseaban una recompensa por descubrirlas ante sus perseguidores.

Tuvieron que esconderse y viajar de noche, algunas veces en automóvil y otras simplemente a pie.

Nos contó que su marido no tenía familiares en el país y que realmente ella creía que era un mercenario que trabajaba para el gobierno de turno.

Nos dijo también, que ella conoció a su marido en un país de sur américa, cuando este llego a estudiar a una de las academias de su nación. Ahí se conocieron y el la trajo a centro américa donde nacieron sus hijas.

Además nos explicó, que sentían mucho miedo de ser reconocidas, porque la vida de sus hijas como la de ella, estarían en gran peligro porque dentro de los exiliados venían familiares de insurgentes y eso les provocaba una enorme inseguridad y no sabían que hacer para seguir adelante o ese lugar se convertiría en su trágico final.

Realmente su historia me conmovió y me atreví a decirles que yo sería su amigo y protector y que las llevaría conmigo, y trataría que la pasaran más o menos, mientras se mejoraba la situación en su lugar de origen.

Me vieron al rostro con mucho agradecimiento y no se cansaban de darme las gracias por la ayuda que les estaba ofreciendo.

Fui a buscar al coronel que tenía el mando en esa región fronteriza y amablemente le expuse mi deseo de ayudar a esas mujeres y que yo me haría cargo y responsable por ellas y que deseaba llevármelas a la capital en vista de que su seguridad estaba en riesgo por ser hijas y esposa de un  coronel  que fue asesinado en una zona próxima donde se presentaron las contingencias.

El coronel al darse cuenta que eran familia de un ex compañero de armas, me dio todas las facilidades y me asigno un oficial para que aligerara los trámites para su ingreso legal al país.

Se hicieron todos los arreglos y con ellas abordo, iniciamos nuestro regreso.

Durante los primeros kilómetros confirme los nombres de las tres.

Katia la madre

Karen la hija mayor y

Karla, la más tierna y menor de las hijas.

Después de unos minutos se durmieron, como si no lo hubieran hecho en días y despertaron hasta llegar a ciudad capital.

Llegamos en la madrugada y las lleve a mi departamento para luego irme a la oficina y editar  las tomas  y pegarnos al satélite para enviar la información.

Quiero aclarar que el trabajo de corresponsal, no significa que tengas que reportear todos los días, el trabajo se hace cuando hay una noticia, que pueda trascender a nivel mundial o es muy importante para la región, donde se viven los hechos.

Regrese a mi condominio, pero al entrar me fui directamente a mi habitación donde dormían en un profundo sueño y no quise despertarlas por lo que me quede en el sofá.

Cuando me desperté, ellas velaban mi descanso y me sentí apenado por lo tarde y porque sabía que no habían comido.

Como solo traían lo que tenían puesto era imperativo comprarles una muda de ropa y les dije.

Vamos a organizarnos, y por favor hagan una lista para el súper mercado, para víveres y todo lo que falte en la cocina para la preparación de la comida, y recuerden que hay que llenar el refrigerador para que no falte nada, postres, carnes y todo tipo de vegetales y bebidas.

También necesitamos una cama para usar la segunda habitación, Otra cosa es que necesitan ropa  y algunos accesorios que es propio de mujeres, les daré mi llave para que saquen copia y puedan entrar y salir cuando yo esté ausente.

Vamos a ir al banco para darles dinero y ustedes hacen las compras y como el departamento está muy cerca del centro comercial compren lo más necesario y lo demás lo compramos por la tarde, como es la cama.

Pero primero vamos a desayunar y comprar su ropa.

Retire dinero, y les entregue una buena suma y les dije que lo supieran administrar.

El dinero lo iba a recuperar y con bastante ganancia y me fui a la secretaria de prensa para pedir ayuda al ministro, consistente en una donación para realizar el proyecto humanitario de proteger una familia, que venía huyendo de la guerra.

Las autoridades al saber que yo era el protagonista del cuidado de esas mujeres, me asignaron una partida de fondos para los próximos tres meses, con la promesa de que ellos me seguirían ayudando  con toda seguridad para no desamparar a esa gente.

Por otro lado hice varias llamadas a empresarios solicitando ayuda en especies  y de todos, recibí notas especiales para entregarlas en los almacenes de su propiedad y que me fueran entregados los  artículos de acuerdo a las cantidades apuntadas en las mismas.

Eso es parte del poder que ofrece la profesión cuando hay credibilidad o hay el respaldo de un medio de información muy importante.

Cuando regrese para ir a comprar la cama, me estaban esperando modestamente vestidas con pantalones jeans y camisas y me di cuenta que la madre también era un espectáculo con un soberano trasero sumando a eso, una cara con un poco de maquillaje, que la hacía lucir realmente atractiva.

Nos organizamos, me prepararon la cena que resulto apetitosa y les dije que al día siguiente tendríamos otra jornada de compras y que se prepararan porque compraríamos un guardarropa completo para cada una.

La más alegre era la pequeña Karla, que se acercó a mí para abrazarme y darme las gracias a nombre de todas ellas.

Fuimos de tiendas y todas me llegaban a modelar para ver si me agradaba lo que estaban escogiendo.

Terminamos y regresamos a casa.

Yo tuve que salir y les aconseje que fueran al cine, porque habían unos multicines muy cerca y yo me fui de juerga a buscar los colegas para enterarme de las últimas novedades.

Al regresar me encontré a Katia despierta que me estaba esperando a media noche por si se me ofrecía algo, porque eso era lo que hacía cuando su marido salía por las noches, ya que algunas veces regresaba con hambre.

Insistió por ofrecerme algo, y de tanto, le pedí unos huevos a la ranchera.

Mientras comía me relato su vida de casada, diciéndome que la pasión entre ellos había terminado, y que si seguía con él era simplemente por las hijas, pero que su matrimonio hacía tiempo que había acabado.

Me conto que su marido la conoció cuando ella hacia vida nocturna como vedette en su país, y que al principio lo que la atrajo de su persona, es que se miraba muy importante, porque siempre andaba acompañado de altos oficiales de las fuerzas armadas.

Gastaba mucho dinero y daba excelentes propinas, y cuando la empezó a enamorar le obsequiaba costosos regalos.

También me explico que una vedette, no era una prostituta sino que una bella mujer, que monta un show de baile, en poca ropa.

Con el tiempo descubrió que su marido era un verdadero déspota en la casa y que sometía a sus hijas a duros castigos especialmente si fraternizaban con cualquier muchacho de la vecindad porque era extremadamente celoso.

Es por eso del comportamiento de sus hijas, que no se sentían tan adoloridas por la muerte de su padre, en verdad lo querían, pero ahora se sienten con más libertad y no tienen que ocultar sus deseos o su forma de ser.

Me decía que de dos años atrás ella estaba pensando en abandonarlo y que sus hijas la animaban a hacerlo, pero por temor al poder que tenía, tuvo miedo de provocarlo y que le hiciera un daño.

Se acercó a mí y me dio un beso muy cerca de los labios para hacerme la siguiente promesa.

Héctor, usted es el hombre de nuestra familia y de parte de todas nosotras, cualquier cosa que usted desee solo tiene que pedirla que nosotras estaremos para atenderlo.

Mi hija Karla lo adora porque siempre está hablando de usted, de lo guapo y varonil que luce como hombre.

Por su parte Karen, dice que usted es  el hombre perfecto para casarse con ella y esas declaraciones hacen que se produzca una riña de niñas enamoradas del mismo hombre.

De mi parte, desde hace tiempo que nadie me hace la corte, y todavía tengo mucho que ofrecer  y como muestra me dio un beso en la boca que me dejo con las ganas locas de cogerla en ese instante.

Pasaron los días, las semanas y de pronto se cumplió el mes de su estadía en mi casa.

Terminaba el mes de febrero, y las oleadas de calor se hacían presentes en el ambiente con temperaturas que llegaban en promedio a los 35 grados Celsius y el único cuarto que tenía aire acondicionado era el mío.

 Cierta mañana entro mi preciosa Karla, con una taza de café como es mi costumbre de tomar en las mañanas y se puso a hacerme cosquillas para que me levantara, me senté en la cama para tomarlo y ella se tiro en mi cama, y aspiraba fuertemente las sabanas porque decía que mi olor lo sentía en ellas.

De repente se levantó y se puso de pie frente a mí y me pregunto.

Héctor tengo un fuerte dolor aquí y se levantó la falda enseñándome su ropa interior blanca y se podía ver muy fácil ese pequeño chochito con escaso bello y se observaba el canal que la seda hacia dentro de sus labios vaginales y tomo una de mis manos para que palpara su entrepierna.

Mi verga inmediatamente cobro una erección salvaje, que para mí era muy difícil de disimular y que me duro todo el día y era peor cuando estaba cerca de mí.

Sus provocaciones siguieron y lo máximo fue, cuando estábamos cenando que se sentó a la par mío y bajo su mano y busco mi bragueta y me estuvo sobando la tranca por encima de la tela,  por momentos la apretaba para calcular sus dimensiones y me miraba con  una sonrisa maliciosa, como preguntándome si me gustaba.

Me fui de farra otra vez y cuando regreso, Katia me estaba esperando despierta, esa noche estaba vestida con un minúsculo pantaloncito y una camiseta de algodón producto de la gran ola de calor que se movía en el interior del departamento.

Vestida así, observe que tenía unos pechos muy redondos y de gran volumen, que se miraban impresionantes porque no usaba sujetador y aun así  lucían excepcionalmente firmes sobresaliendo la punta de sus pezones.

Su trasero era divino, con unas curvas y unos glúteos que daban cuenta de lo perfectos que eran debido al ejercicio de largas horas de baile, lo mismo que sus robustas y largas piernas y todo ese cuerpo serbia de base, a una cara tan bella que confirmaba lo dicho por ella con respecto a su trabajo como vedette en su juventud.

Me ofreció que me apetecía y le conteste que una cerveza.

Me la trajo con un vaso, y ella se sentó frente a mí tomándose un refresco de cola.

Sabes una cosa Katia…

Tu hija Karla, ha pasado todo el día provocándome y recuerda que soy hombre y no sé hasta cuando pueda soportar.

Ella me quedo viendo y me dijo, yo perdí mi virginidad a los 16 y fue muy dolorosa, que pase mucho tiempo odiando al maldito por el daño que me causo.

Mi hija está en esa etapa, cuando está descubriendo todo su potencial de mujer y te ha elegido a ti para que le enseñes el camino, para hacerse una mujer completa.

Prefiero que seas tú y no que se tope con un energúmeno, como me tocó a mí.

Karen y yo, vimos tu cara y tu reacción y no dijimos nada, pero sabíamos que algo estaba sucediendo porque Karla tenía su mano abajo y la estiraba para tocarte.

Por favor trátala con ternura y no hables de esta plática con ella porque la podría acomplejar o dañarla psicológicamente.

¿Pero a poco, no es bellísima mi hija? ¿O es que no te gusta?

Si pudieras leer mis pensamientos. Sabrías de mis deseos por ti y tus hijas.

Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla y se despidió sonriendo empinando su cuerpo para que viera su trasero en su máxima expresión al caminar.

Pasaron dos días y la ola de calor aumento de intensidad y cuando regrese muy noche de la oficina encontré nuevamente a Katia y me dijo que las muchachas no aguantaban el calor y se durmieron en mi cama.

Llegue hasta mi habitación y Katia las quiso despertar y le dije que no lo hiciera, por lo que me quite la ropa y me quede en bóxer y le dije a Katia que se quedara pero que no cabríamos los cuatro en la cama y ella escogió traer una almohada y tirarse al suelo muy cerca de mi lado.

Karen estaba en el extremo y vestía un pantaloncito igual a la madre y Karla quedo en el medio de nosotros vistiendo un coqueto camisón de jersey hasta la media pierna que apenas enseñaba sus preciosas nalgas.

Me dispuse a dormir y solo habían pasado una media hora cuando sentí la mano de Karla acariciando totalmente mi verga y la apretaba y  deslizaba su mano de arriba abajo como si estuviera masturbándome, acerco su pequeña boca y me dio un beso que duro una eternidad, para luego darse la espalda y acercar su trasero para pegarlo completamente a mí y jalar mi verga para colocarla entre sus piernas muy cerca de su chochito, usando los dedos de su mano para pegarlo lo más posible a su virginal entrada.

Lentamente se movía para provocar que mi glande hiciera fricción contra su clítoris que estaba protegido por una delgada y fina tela.

Pasamos como 20 minutos en esa deliciosa y erótica situación y fue cuando sus dedos separaron la  diminuta y delicada barrera de la tela y mi glande nadaba en esa conchita que estaba inundada a lo máximo de sus fluidos,

Karla trato de exponer más su bellísimo trasero arqueando su espalda , trataba como desesperada por sentir mi verga dentro de ella, le acaricie el pelo y quedamente le dije al oído que este no era el momento.

Me di la media vuelta y  pude ver a Katia que estaba en el  suelo a través de la  penumbra, que se estaba riendo y  acerco su mano para tocarme los labios   y llevar mi mano cerca de sus boca y chuparme uno de mis dedos para luego acercar uno de sus pechos para que se los tocara.

Parecía una tortura y solo me levante para ir al baño que estaba en el corredor y me di una ducha y al salir estaba Katia esperándome y solo se hinco ante mí y me pego una mamada que me hizo estallar en menos de tres minutos, para luego decirme…

Tenía unos deseos enormes de hacer esto  desde hace días, y es que tienes una tranca amorcito, que todas la hemos visto cuando estas vestido en tu bóxer por la mañana.

Ahora regresemos que Karla no se ha dormido por estar esperándote.

Me acosté nuevamente y Karla se acercó a mí para besarme de la deliciosa forma que solo ella podía hacerlo, luego se apretó lo más que pudo contra mí y busco conciliar el sueño.

Mientras tanto Karen que se hacia la dormida había estado observándonos a su hermana y  a mí en ese trance erótico, a la media luz de la penumbra.

Su mirada la tenía clavada en mis ojos y desabrocho el botón de su pantaloncito y levantando la pelvis se lo quito y metió su mano dentro de su braga como si estuviera masturbándose.

Con señas me indico que le extendiera mi mano y subió  su pelvis lo más que pudo para que estuviera a mi alcance y al no lograrlo se pegó más a su hermana y solo lograba ver en su rostro la promesa de mañana confirmándolo con señas, que la próxima noche seria de ella.

Pase la noche casi en vela, pero al final logre tomarme aunque fueran 4 horas y me levante más relajado, pero sintiendo los besos de Karla que me había traído el café.

Quiso desnudarme y la aparte y le dije…

Esto te voy hacer en la noche y le baje el jean que estaba usando y busque su chochito y lo descubrí y pase mi lengua por el varias veces hasta que casi se cae al sentir por primera vez ese tipo de emociones.

Cuando Salí, fui al comedor, y Karen y Katia me miraban pícaramente, como si hubieran sido cómplices de lo que pasó la noche anterior.

Llame a Katia y le pedí que me acompañara al centro comercial, para hacer un retiro en el banco y tuvieran suficiente dinero para sus gastos.

Íbamos saliendo cuando sus hijas dijeron que querían acompañarnos.

Cuando entramos al banco, me aparte con Katia y le murmure al oído, quiero que te compres la ropa interior más sexy, que esta noche llego a tu habitación, para que no me pase lo mismo que anoche.

Y lanzo una carcajada tapándose la boca.

Esa mañana me entere que habría una cumbre de presidentes y la misma se iba a realizar en un famoso balneario en el sur de México y toda la tarde pase acreditando mis credenciales para asistir al evento, y fui invitado a viajar en el avión presidencial,  dentro de la comitiva de prensa que lo iba a acompañar.

Llegue temprano al departamento para preparar mi equipaje y como estaban tristes por mi partida que duraría dos días, las invite a uno de los mejores restaurantes de la capital y luego al casino para que se entretuvieran en las traga perras, con el inconveniente que no querían dejar entrar a Karla por ser menor de edad y tuve que llamar al gerente quien me conocía muy bien y nos autorizó el paso y además nos obsequió una cortesía monetaria para que jugaran las damas.

Quiero agregar que las tres lucían como verdaderas bellezas y realmente era difícil escoger, pero yo siempre me quedaba con mi Karla, porque era la que no se apartaba de mí.

Regresamos al departamento y Katia se fue con sus hijas a su habitación y al cabo de media hora entraron Karla y Karen y peleándose por quien iba a estar a mi lado decidí que yo estaría en medio.

Como siempre Karla se pegó a mí y al  cabo de 15 minutos las dos quedaron en solo ropa interior,

Por primera vez siento los senos de Karla pegados contra mi pecho que decido  besarlos y tocarlos y realmente son extraordinarios con un volumen como si fueran de una mujer adulta, cuando aún les falta que desarrollar por su tierna edad

Por su parte Karen me aprisiona por la espalda y me quiere dar la media vuelta para darme un beso.

Llego donde ella y le doy un beso largo y le digo que en media hora  estaré con ella.

Se da la media vuelta y se hace al rincón contra la pared.

Karla me vuelve agarrar la verga como masturbándome y se baja la braga para que me monte en ella y coloca mi tranca en su mera entrada y se frota el clítoris  y empieza a subir y bajar su pelvis con un movimiento con mucho compas en su cintura y me jala contra ella porque se muere de las ganas de tenerla adentro.

En ese momento ya he perdido mi control y trato de meterla con un empujón. Pero ella al sentirlo retira su vagina diciéndome quedamente al oído que le duele.

Recupero mi lucidez, y bajo mis labios besando sus ojos, sus labios, su cuello, cada uno de esas deliciosas tetas para terminar hundiéndome en su pelvis que esta escasamente poblada ,continuo hasta llegar a la pequeña cereza, y la comienzo a besar, chupar y a rodearla en círculos con mi lengua.

Después de varios minutos suelta una pequeña vocecita con un tierno gemido …YAAAAAAAA

 Anunciándome que ha logrado su primer orgasmo.

 

Me levanto y voy al  baño a lavarme y untarme un poco de loción y regreso y veo a mi Karla como que ha encontrado el sendero a un sueño profundo

Busco mi lugar y Karen está esperándome, nos besamos apasionadamente y sus manos fueron a buscar el instrumento que todas querían tocar y que las tenía locas de deseo por sentir las notas que las harían calar hasta llegar al ansiado orgasmo.

Al igual que Karla, coloco mi verga muy cerca de su concha, pero no anduvo con muchos preámbulos y en un santiamén se quitó el panty  he hizo que me montara en ella y coloco mi tranca en la entrada de su virtuosa vulva.

Me imploraba que la hiciera mujer pero le pedí que se esperara porque deseaba disfrutar al máximo su virginidad.

Ella no estaba complacida con mi decisión y en un arrebato por la lujuria y el deseo, se montó encima de mí y quiso sentarse en ella para conseguir penetrarse por sí sola.

Te voy hacer una promesa, que tu primera noche como mujer, va a ser como nunca la has soñado.

Y decidí bajar al pozo para que ella también tuviera su orgasmo.

Les di tiempo suficiente para que se durmieran y Salí en dirección a buscar a KATIA,

Entre a su habitación y prendí la luz y  al verla tendida sobre la cama con una prenda de lencería de lo más sensual y erótico.

Me acerque a ella diciéndole…

En verdad ahora comprendo a tu difunto marido

, Porque en realidad  eres un espectáculo para la vista, el solo verte en poca ropa.

Katia, que ganas de cogerte tengo.

Ven aquí mi amor.

¿A cuál de mis hijas le hiciste el amor?

A ninguna cariño, las dos son vírgenes y quiero que su primera noche sea  algo especial.

Pero yo, quiero hacerte mi mujer, deseo tener mi verga en lo más profundo de ti.

Me acosté a su lado y la bese con toda la furia y pasión  resultante de la enorme excitación que sus hijas habían provocado en todo mí ser.

Palpe sus tetas, y su volumen y dureza me indicaron que eran grandiosas las libere del sujetador y eran perfectamente redondas y su pezones eran una delicia al mamarlos porque daban ganas de morderlos y entre más los acariciaba más erectos se exhibían.

Le miraba esos bellos ojos color miel, como también sus pequeños y delgados labios y una nariz perfecta de una belleza estética, que la hacían ver con rasgos de una  mujer, de la vieja Europa.

Ya no me podía contener y baje hasta su pelvis y deslice la sensual braga y un delicioso aroma de su concha llego hasta mi nariz, al mismo tiempo una fragancia de una loción muy dulce se impregnaba en toda ella.

Localice su delicado botón y lo acaricie y chupe con mis labios y mi lengua entro en acción lambiéndola  a la velocidad que me imponían sus movimientos de pelvis.

Tras unos breves minutos se llevo sus dedos a la boca para taparla y unos sordos gemidos salieron de su interior…

UUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

Mi lujuria y deseo por esa mujer estaban en lo máximo y solo me acomode e introduje mi verga, hasta el fondo que pude alcanzar.

Amorcito, que riata más grande y hermosa tienes, es más grande que la de mi marido y solo se le parece al maldito que me desvirgo,

Métala mi amor, máteme con ella, que rico coges Héctor,  dios mío me vas hacer correr, más rápido amor, mas, mas, mas ahora

SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Y casi al mismo tiempo explote dentro de ella.

Estábamos completamente sudados, y me gano el deseo de lamer el sudor que había en sus tetas y mis dedos detectaron la gran cantidad de semen que salía y brotaba de su concha.

La tome de la mano y nos metimos al baño para ducharnos y estando parados bajo el agua, la pegue fuertemente contra mi pecho y le acariciaba sus nalgas, en ese momento le pido…

Eres hermosa y bella, en la completa extensión de las palabras,

Tu cuerpo es perfecto y todo él es una visión para recordar, pero lo más espectacular es tu trasero y lo quiero hacer mío.

No me pida eso Héctor, usted está igual a mi marido que por negarme se enojaba conmigo.

Está bien Katia, no voy a insistir más, al fin que solo cumples conmigo por agradecimiento y porque necesitabas que alguien te recordara que también eres mujer.

Me di la vuelta en dirección a la puerta, cuando ella se me tiro al cuello y me dijo…

Si es cierto que necesitaba que alguien me recordara que soy mujer,

Pero también necesitaba sentirme segura, admirada y deseada y sentir algo más importante que creí que ya lo había olvidado como es enamorarme de un hombre.

Mi marido me conquisto con dinero y yo creí que podría lograr amarlo, pero ese día nunca llego y solo la costumbre y el temor hicieron que lo aguantara tantos años.

Pero ahora te tengo a ti, solo con lo que me hiciste sentir hace un rato, casi tocaba el cielo de felicidad.

Hace varias noches te dije que tú eras el hombre de la casa y de la familia y que pidieras, que nosotras estábamos para atenderte.

Así que puedes tomarme cuando quieras que yo seré feliz si tú lo estas.

La bese tiernamente en los labios por un largo rato a la vez acariciando su precioso trasero y le propongo lo siguiente.

Como fuiste vedette, coloca un pie en mi hombro.

Fácilmente lo puso y pregunto…

¿Algo más?

Y aproveche para meterle la verga.

Al sentirse penetrada lanzo su cabeza hacia atrás y proclamando al aire…

Héctor mi vida       haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagggggggg

La levante totalmente y me senté en la taza del inodoro y ella se enrosco en mi cintura y la tenía penetrada hasta el fondo y hacia palpitar mi verga dentro de ella. Que hacía que su locura aumentara y me comiera a besos, la mantuve así por un buen rato.

Para luego enterrarle el dedo medio en el ano y cuando iba por la mitad me empezó a jinetear logrando su tercer orgasmo de la noche.

Me quedo viendo con una mirada de alegría para luego mostrarse muy coqueta y dijo…

Que felices vas hacer a mis hijas con esa verga mi vida y ahora con lo que acabo de sentir mi culito es tuyo cuando quieras.

Salimos del baño y sus hijas nos estaban esperando y nos abrazamos los cuatro.

Nos fuimos a dormir y mis dos tiernas jamás se separaron de mi lado.

Ala mañana siguiente me levante a las 7am. Ya que el vuelo nuestro partía al medio día y había que preparar el equipo y la logística en México

La primera en llegar a saludarme con el café como siempre era mi adorada Karla.

Luego me fui al comedor y mis otras dos mujeres me esperaban con el desayuno servido y me recibían con un ardoroso beso.

Llame al encargado del condominio y le dije que necesitaba otro aire en la segunda habitación o que me consiguiera otro departamento con una central de aire y cualquier decisión quien tomaría la decisión final en mi ausencia seria mi familia, cuando dije esa frase, las tres se me tiraron para abrasarme y besarme.

Le di a Katia dinero, que eran parte de los viáticos que el gobierno me había asignado, y el número de la central oficial, que ellos tratarían de localizarme en caso de cualquier urgencia.

Como también hable en privado con cada una, tocándoles el chochito a excepción de Katia que le acariciaba el trasero y que los cuidaran para mi regreso en dos días.

Cumplida mi misión en México,

Hicimos el viaje de regreso tocando tierra  a las 5 pm, hicimos nuestro trabajo en la oficina, para luego conectarnos al satélite y enviar el reportaje.

Mi llegada al departamento fue como a las 10 de la noche y cuando abrí la puerta. Las tres se me tiraron encima para besarme y preguntarme si traía hambre, les conteste que sí y se pusieron a cocinarme a excepción de Karla que nunca se apartaba de mi lado.

Ya en la mesa comiendo, me preguntaban qué había pasado en México y yo les contaba la historia, las anécdotas y el volverse amigo de grandes personalidades como políticos, militares y colegas de la prensa internacional.

Ya para terminar de comer, mi pequeña Karla me lanza un comentario que casi hizo que me atragantara.

Dice mi madre, que ningún hombre la ha hecho sentirse tan feliz como tú lo hiciste la noche antes que te fueras.

Me quede sin palabras y esta vez fue Karen, quien me aclaro el comentario acercándose por mi espalda y dándome un tierno beso en la mejilla, me dijo…

Entre nosotras no hay secretos, porque además de ser nuestra madre, es también nuestra hermana mayor.

Nos pusimos a reír, pero Katia, lo hacía con carcajadas y con un movimiento afirmativo de su cabeza, me confirmaba  lo dicho por Karen.

¿QUIEN ES MEJOR, MI MADRE O UNA DE NOSOTRAS?

No puedo contestar esa pregunta, porque, solo he estado con Katia

Pero si les puedo decir que tiene un trasero y hace el amor como una real hembra,

Por parte de Karen es el vivo retrato de la madre que tiene un trasero y unas tetas pero corregido y aumentado y esos ojos color miel que son la marca registrada de todas mis mujeres.

Y yo, y yo, preguntaba Karla.

La miraba tiernamente  a los ojos y le conteste…

Tú, eres mi consentida, por ser la más pequeña y como dice el refrán la esencia no viene en barriles, viene en pequeños frascos y además son muy pero muy caros.

Tienes un trasero tan redondo y perfecto en sus curvas, al igual tus piernas y todo está repartido en una forma asombrosa que eres una maravilla cuando te veo desnuda.

Feliz y loca por mis palabras me colmo de besos por toda mi cara.

Katia se me acerco  acariciándome  y con un beso en la boca me dijo al oído…

Gracias por hacernos feliz a mí y a mis hijas.

Por su parte Karen hizo lo mismo con la diferencia que al susurrarme al oído dijo…

Nos contó mi madre que la volviste loca como ningún hombre lo había hecho, yo quiero lo mismo esta noche.

Miramos un rato televisión y de pronto de  nuevo  fue Karla la quien tomó el control remoto apagando el televisor y llamando a su madre le pidió que se desnudara como lo hacía cuando era vedette.

Busco  una música que por lo visto ya la habían usado para ensayar y marco play en la casetera.

Y una música de lo más erótica se dejó escuchar como lo es…

 “Je t’ aime… moi non plus”

Realmente la piel se me puso como de gallina y el show comenzó.

La cadencia de su cuerpo al ritmo de la música y lo sensual al desnudarse, más una ropa interior de lo más sexy me hizo ver una vez más, que Katia, cuando joven, fue de esas mujeres que paraban el tráfico y para comprobarlo solo tenía que ver a Karen.

Cuando termino, solo me levante del sofá y fui a darle un beso con todos los deseos de hacerla mía en ese lugar.  

Quedamente la escuche decir…

Cuando te suelten mis hijas, te acuerdas de mí, todavía tengo un regalo para vos.

Les pregunte si habían arreglado el problema del aire y me contestaron que sí, y pensé que por esa noche me dejarían descansar por el largo viaje.

Me fui a mi habitación y me quite la ropa.

 Estaba por apagar la luz, cuando entraron mis amores y me rasque la cabeza por lo que me esperaba.

Deje la luz encendida y camine a la cama y me tendí en medio de ellas dos y se pegaron una a cada lado utilizando mis brazos y mi pecho como almohada.

Y poco a poco sus manos iniciaron su labor en dirección de mi tranca, y en lo que termino esta frase, mostraba una enorme erección dentro de mi pequeño pantaloncillo, me lo quitaron y Karla se acercó para conocerlo a plena luz y abarcándolo con su pequeña mano dijo…

Que grande y gorda es.

Aspiro fuertemente para reconocer su olor y acerco su boca para darle un tierno beso en la punta del glande.

Bésalo más mi cielo.

Karen al  escuchar mi suplica, quiso tocarlo también y acerco sus labios y parecía que lo mordía con ellos.

De un momento a otro, ya lo chupaban y lambian y me hacían sentir su lengua alrededor y la calidez de su boca cuando trataban de disfrutar de él.

Al ver que pronto me harían explotar, llame a Karla, para besarle sus deliciosos senos.

El estado de excitación de mi criatura estaba al máximo, sus gemidos eran una súplica por llegar al orgasmo y fue entonces que le pedí que se sentara en mi boca.

Abrió las piernas para exponer su preciosa vagina en mi cara y al mismo tiempo separaba la tela que la cubría, esperando con ansia que mi lengua hiciera contacto con su clítoris.

Su chochito rebosaba de humedad y mi lengua como si fuera una serpiente con una veloz mordida se apodero de su solitaria presa y lo masacro a chupones y lambidas.

Esta vez, ya no reprimió sus quejidos y con un sonoro lamento me anunciaba su llegada al éxtasi             SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII  AAAAAAMMMMOOOOOOORRRRRRRRRR.

Y tiro su cuerpo hacia delante cubriendo totalmente mi cara  con su pelvis, la cual sufría de fuertes contracciones de su corrida al clímax.

 

Quedo casi desfallecida y le ordene que me dejara solo con Karen.

Alegremente se despidió de mí con un beso y salió por la puerta.

Aparte a Karen de mi verga y ella trato de montarse sobre mí  pero fue cuando, con un beso muy largo le anuncie que esa noche seria mi mujer, pero con la condición que tendría que darme el mismo regalo que Katia, porque ella era el mejor trasero de la familia.

Muy alegre me dijo que sí, porque además ella quería que yo supiera que su cuerpo y su corazón eran de mi propiedad.

Le quite el sostén y por primera vez pude ver esa enormes tetas en toda su majestuosidad.

Seguidamente la puse en cuatro y deslice lentamente su braga y en la medida que lo iba haciendo mis labios y mi lengua nunca se despegaron de sus nalgas, para  degustar cada rincón de ese hermoso y portentoso trasero.

Le di la vuelta y la acosté abriendo sus piernas, para conocer la virginal entrada que mi verga tenía que tocar para poder entrar.

Me quede observando su inmaculado chocho, y  lo único que estaba a la vista era su rosado botón, que parecía un soldado firme custodiando la puerta sellada.

Lo bese y lo chupe para limpiarlo de los jugos que lo bañaban y fui colocando mi tranca para acariciarlo con mi glande, ante la mirada curiosa y preocupada de mi Karen, que no sabía cuándo se llevaría a cabo el asalto al interior de su lugar más resguardado de su cuerpo.

Tras restregar ni verga contra su vulva por varios minutos, hice varios empujones para puntear su puerta, mientras mi Karen colocaba sus manos en mi cintura y me hacia la advertencia que fuera gentil y que lo hiciera despacio, midiendo su dolor que no fuera mucho.

Cuando la vi que estaba más relajada, di un fuerte empujón y una mueca de dolor se dibujó en su cara y lágrimas se desprendían de sus ojos y bese sus labios para acallar su llanto y me mantuve inmóvil por varios minutos, para que ella se acostumbrara al dolor y pudiera soportar la estocada final.

Al cabo de un rato, le pregunte si todavía le dolía y me contesto que solo un poquito.

La saque y le enseñe la cabeza de mi verga cubierta de su sangre y se sonrió y fue cuando le dije que ya era mi mujer y me beso tiernamente con sus manos en mi rostro.

Volví a colocar mi verga nuevamente a la altura del mismo lugar  volví a esperar que se relajara y se la clave hasta el fondo, me quede inmóvil, pero esta vez sus brazos me abrazaban  hasta tocar mi espalda y con suaves movimientos entraba y salía de esa concha que ya mi tranca recorría en toda propiedad.

Pase un corto tiempo en esa labor, cuando sus cantos de placer aparecieron surcando el ambiente.

Imprimí velocidad a mis movimientos de cintura y frases de gozo y placer se dejaron escuchar de su boca.

QUE RICO Y DIVINO LO QUE SIENTO AMOR…

AHORA SI SOY TU MUJER… CON RAZON A MI MADRE LA TIENES LOCA…QUE RICA VERGA TIENES AMORCITO…

MAS RAPIDO AMOR…  YA SIENTO QUE ME VOY A CORRER…MAS RAPIDO… MASS…MMMAASSS…  MMMMMAAAASSSSSSSS

SSSSSSSSSSLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL.

Su orgasmo fue sonoro y las contracciones apretando mi verga, fueron el mejor premio de agradecimiento, que podía recibir mi verga, por un trabajo bien hecho.

Llena de felicidad me besaba por todas partes, en especial a mi pancho, (que todavía estaba erguido a más no poder), por todas las sensaciones que acababa de descubrir y sentir al convertirse en plena mujer.

¿Te gusto mi reina?

Héctor eres divino, me encanto y solo sentí dolor al principio pero después casi me volviste loca de placer.

Quiero más amor.

Recuerda que Katia me está esperando, ve a llamarla mientras voy al baño y me ducho.

Se despidió con mil besos y salió a buscar a la madre.

Cuando Salí del baño, me sorprendí que no encontré a Katia y espere a que apareciera.

Pasaron como cinco o más minutos y mi preciosa vedette apareció ante mí.

Desde que me vio, se lanzó sobre mí y me besaba dándome las gracias por lo feliz que había hecho a su hija en su primera vez.

Karen nos contó todo, como la trataste, lo delicado que fuiste y sobre todo lo contenta por no haber sufrido.

Porque nos confesó que sentía un terrible miedo de pasar por la misma experiencia dolorosa que yo pase.

Se quedó a dormir, pero su deseo por ti es insaciable, pero la más contenta es Karla, porque ahora que sabe lo que paso con Karen, dice que su miedo, también ha desaparecido y como ella es tu consentida, la trataras a ella como tu verdadera reina y que por eso la dejaste para el final.

Katia mi vida, estoy que exploto, porque me contuve durante toda la noche, para no terminar dentro de Karen, por temor a embarazarla.

Y solo se puso a reír.

Te cuento, que yo a las niñas, les compre las pastillas  contra el embarazo, que yo usaba, así que puedes correrte dentro de ellas sin ningún temor.

Y hasta ahora me lo dices, que tengo este gran dolor de huevos.

Y nos reímos a carcajadas.

Esta noche no te voy a cobrar mi regalo. Porque tengo mi propio plan contigo.

Mañana te daré dinero suficiente, para que vayan las tres al salón de belleza, se compran la mejor ropa interior y la ropa más sexy para que puedan usarla para una noche especial, pero Mañana concéntrate en Karla, porque le hago el amor por primera vez, o me mata.

Trata de vestirla de color blanco como, lo angelical que representa para mí.

Después de esa platica, le hice el amor como un loco y ella respondió de una forma magistral, articulando su esfínter que casi ella sola hizo todo el trabajo, de ordeñarme hasta la última gota.

Eran las ocho de la mañana, y la primera en entrar a mi habitación era Karla con mi taza de café.

Irradiaba de encanto y sensualidad, y su primera acción después de servirlo, fue sentarse en mi pierna y recostar su cabeza en mi cuello y garganta y decirme con una voz muy romántica que hoy, sería mi mujer.

 

Tomados de la mano nos sentamos en el comedor y Karen que traía mi desayuno, se sentó también a mi lado, dándome un tierno beso y con una sonrisa y una mirada me daba a entender lo feliz que estaba por lo de la noche anterior.

Después de salir del banco, me acerque a Karla para decirle que pasaría por ella a las seis de la tarde.

Cuando regrese y la vi, quede con la boca abierta.

Vestía un una licra de algodón muy pegada al cuerpo que hacían resaltar sus hermosa tetas coronadas con la punta de sus pezones que se erguían y eran remarcados claramente por la tela.

Su trasero era como una obra de arte, en el  que se podía apreciar la elegancia y la belleza de sus curvas en un culito respingón que solo verlo era un regalo a la vista de cualquiera.

Una estrecha cintura, la curva de sus caderas y unas piernas gruesas  en perfecta armonía a sus demás atributos,

Mas unos zapatos blancos de tacón alto, hacían que su caminar fuera elegante y majestuoso.

Su cara angelical, estaba adornada por una larga cabellera rubia que le llegaba al nacimiento de sus caderas.

Su maquillaje era sencillo y natural, sobresaliendo su recta y delicada nariz, unos tiernos labios remarcados en un color rosa y sus ojos color miel, La hacían verse como una niña que va a su fiesta de quince años.

La lleve a comer a uno de los mejores restaurantes, para después ir a una de las mejores discotecas de la ciudad.

A las dos horas de estar ahí, me pidió que nos fuéramos porque se sentía toda mojada de solo estar pensando que pronto estaría conmigo en la cama y que la haría mi mujer.

Tenía un serio problema en mis manos y ese también es producto que da la fama al salir en pantalla, que todo mundo te conoce.

Aunque quería llevarla al mejor hotel y pedir la mejor habitación, no podía hacerlo porque me reconocerían entrando con esta preciosura de mujer que aparentaba menor edad a la que tenía y hay que recordar que tu peor enemigo es tu compañero de profesión y más cuando son del sexo opuesto y te suben a sus crónicas de chismes.

Cambiando de idea la lleve a un motel y pedí la mejor habitación al cabo que solo estaríamos unas horas en ese lugar.

Al solo entrar,  me empujo a la cama y me beso apasionadamente como diciéndome que se quería fundir a mí, para no separarse nunca.

La acariciaba por todo el cuerpo, pero su trasero y sus tetas eran una sensibilidad, para recordar por toda una vida.

Se paró a la par de la cama y su vestido cayó al suelo, mostrándome una lencería blanca, que un fetichista de ese tipo de prendas, las hubiera guardado como la mejor pieza de su colección privada, por haber pertenecido a un ángel hecho mujer.

Se abalanzo sobre mi pecho y en una forma muy coqueta me pregunto…

Katia dijo que verme así te encantaría.

¿Es cierto?

Esto que te voy a decir, será un secreto entre los dos, porque si ellas lo supieran, les causaría un resentimiento que las tendría molestas contra mí.

Pero mi amor es solo para ti, tu eres la dueña de mi corazón, amo a tu madre y hermana, pero nunca como te amo a ti.

De la forma más tierna y cariñosa me beso y en una total entrega demando…

Hazme tuya mi amor.

La desnude lentamente, y sus redondos pechos estaban erectos y firmes y sus pezones eran su mayor debilidad que cuando coloque la punta de mi lengua en ellos, pude notar como su piel se erizaba y los botones de sus tetas cobraban una grandeza y firmeza para soportar mis lamidos y chupones en ese sector tan sensible.

Mi mano busco su virginal chochito, y mis dedos fueron recibidos con un completo baño por su abundante humedad.

Baje por su pelvis buscado su coñito, una tenue mata de bellos muy pequeños sobresalían de esa parte de su cuerpo, su rajita era bellísima con unos pequeños labios muy rosados, que al entreabrirlos,  su humedad era bastante notoria y su botoncito se mantenía firme, para no ahogarse por lo inundado que se encontraba el canal.

Su fragancia era la misma loción que usaba su madre, pero con la diferencia que su conchita transpiraba un olor fresco, suave y limpio, como cuando uno sube a un automóvil nuevo, por primera vez.

Saque mi lengua para acariciar mi  botón preferido y tras varios chupones mi tierna me toma del cabello y me aprieta contra su concha y ha tenido su primer orgasmo de la noche.

.Me levanto de la cama para quitarme la ropa y al hacerlo me sonrió con ella y me explica  que desde que se levantó, en lo único que ha pensado es en el hacer el amor conmigo y por eso estaba tan caliente, que solo sintió mi lengua y se corrió en el instante.

Con la verga en su máxima erección, me recuesto sobre la cama y la  atraigo hacia mí y la obligo a sentarse en mis huevos, quedando la punta de mi glande muy cerca de su coñito que ya se siente ansioso por estar dentro de él, como dueño de su gruta inexplorada, que pronto entrara a ser parte de su legítima propiedad.

Muy cariñosa me acerca sus labios para que se los bese y mis manos la abrazan para hacer un lento recorrido por su espalda hasta bajar a sus caderas y sentir la curva de sus nalgas para sentirlas en toda su perfección.

Acaricio sus delicados pechos extremadamente redondos y la graciosidad de sus pezones que me los brinda como un regalo para mi especial deleite.

Con la ayuda de mi mano derecha agarro mi verga que se ha convertido en un verdadero fierro y le pido que sea ella la que se siente sobre él y logre medir el grado de penetración que quiera lograr para no sentirme culpable al momento de su dolor cuando mi verga cruce el umbral de su virginal túnel que conduce a las profundidades del éxtasis.

Una de sus piernas la levanta para apoyar en ella uno de sus brazos y que además le sirva para levantar su cuerpo y con una de sus delicadas manos dirigí mi verga a su virginal entrada.

Por uno o dos minutos restriega mi glande por todo su chochito y con una mirada de decisión y valor se sienta sobre él, lanzando un pequeño gemido de dolor, pero también ha logrado que mi glande cruce la frágil barrera, y un cálido, jugoso y apretado recibimiento se cierna por todo el.

Mi tierna Karla, persiste con su mueca de dolor y para ayudarla a soportarlo mis manos van en su auxilio tomando sus pezones para acariciarlos y tomando más valor por efecto de mis caricias se decide y se lo ensarta totalmente dentro de ella y con lágrimas en su rostro baja su cabeza para descansar sobre mi pecho, yo quiero alcanzar sus labios pero casi no puedo y solo logro secar sus lágrimas que brotan de sus ojos con los besos de mis labios.

Después de varios minutos se incorpora y con leves movimientos mi verga se desliza en un ir y venir sintiéndose el amo y señor de esa gruta recién descubierta.

Sus facciones en su cara comienzan a cambiar y u gemido con canto de placer inundan la habitación, la niña temerosa ha desaparecido y una majestuosa hembra con hambre de sexo aparece en escena es una gata salvaje su ritmo  cobra velocidad, mi asombro es enorme al ver el cambio que ha tenido lugar al reconocer que una potranca de pura sangre ha venido a sustituir a una inocente criatura, muy atrás a quedado la niña y una putita se empieza a manifestar y entra en acción pellizcándose ella sola  sus  redondas tetas y sus pezones se exhiben en su máxima grandiosidad.

Su concha se revuelca contra el tronco de mi verga y pelvis buscando la máxima frotación contra su clítoris, sus caderas y cintura, se mueven en una increíble sincronía que en verdad la convierten por derecho propio en la reina de todas las putas habidas y por haber.

 Su maestría es natural, al igual de cualquier artista  y solo le falta un poco más de practica y estará lista para  hacer su obra maestra en la cama.

El manejo de su cadera y cintura me tienen anonadado y en un momento de locura me hace explotar y al mismo tiempo como queriendo ordeñarme su esfínter entra a escena con fuertes contracciones y en un acto de mucha técnica alcanza el orgasmo lanzando un quejido único que será su carta de presentación de aquí en adelante…

PPAAAAAAAAAAAAAAAPPPYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY

Medio muerto por la fuerte descarga, me levanto y quedo viendo perplejo a aquella inocente que de la noche a la mañana se había convertido sin lugar a dudas en la única mujer que me había vencido con mucha ventaja en quien aguantaba más en la cama y me di cuenta que esa niña era una verdadera artista a la hora de hacer el sexo.

Me fui al baño para recapitular en todo lo que había sucedido y lo primero que pensé es que tal vez por mi excitación sumado a lo frágil que se miraba, eso dio como resultado que me sacara de concentración y me provocara el orgasmo.

 

Tenía que repetirlo para satisfacer mi ego  y pedí unos tragos y

Emparedados mientras recuperaba fuerzas y esperaba mi segunda oportunidad.

 

CONTINUARA

 

JIHNM

2 comentarios en “Relato erótico: “QUIEN SERA LA MEJOR LA MADRE O LAS HIJAS” (PUBLICADO POR JIHNM).”

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