LA CASA EN LA PLAYA.

Depresión post vacacional, así lo llaman ahora, es esa sensación de hastío y sopor al regresar de unas vacaciones, lo que toda la vida se ha llamado volver a tu mierda de vida, pero la gente se afana en ponerle nombres a las cosas para sentirse mejor, supongo, a mi no me ayuda. Me estoy volviendo loco, y no es por que tenga que volver a una vida rutinaria y normal en todos los aspectos, si no por el hecho de que todos a mi alrededor se comportan de forma natural, como si no hubiera pasado nada en estos 3 meses de vacaciones que me he pasado en la casa de la playa con la familia, es como si un gran dinosaurio se hubiera paseado por el centro del salón y solo yo pareciera haberlo visto, cuando trato de hablar de ello, me evitan, se hacen los locos o directamente me ignoran.

Me llamo Samuel, aunque desde cierta trilogía sobre un anillo me llaman Sam de vez en cuando, tengo 19 años, voy camino de empezar la universidad. Físicamente soy como sacado del molde de la normalidad, 1,80, 72 kilos, pelo oscuro, algo largo y ensortijado, rostro típico con una mandíbula marcada y cuerpo con tendencia a coger peso, por lo que siempre estoy cuidando lo que como no perder la figura, que pese al esfuerzo, no es nada del otro mundo. Soy un chico tranquilo, aletargado, y mucha gente podría decir que un soso, me cuesta hacer amigos o desenvolverme con otras personas, tímido y poco dado a salirme del tiesto. Describir a la gente es algo que no termino de dominar, incluso yo no soy una excepción, iré usando símiles conocidos para que podáis hacernos una idea, en mi caso, alguna vez me han dicho que me parezco a Matt Damon, pero con los ojos marrones más ordinarios posibles.

No soy virgen por que a una amiga mía del colegio, algo descocada, se le metió entre ceja y ceja que yo fuera su acompañante en la fiesta de graduación, y esa noche vi las estrellas por primera vez con una mujer, era bajita, con granos y un pelo castaño recogido casi siempre, con un kilo o dos de más. No fui el 1º que entró en ella pero fui “de lo menos decepcionante”, esas fueron sus palabras, después de aquello quedamos 2 o 3 veces pero perdimos el contacto.

Mi vida es de lo más aburrida, y en gran parte se debe a mi padre, Roberto, es un hombre adusto, taimado, serio y cuadriculado hasta decir basta, con aspecto cansado y un físico que vio muchos mejores tiempos, 1,78 y 85 kilos con barriga prominente, algo de chepa de pasarse horas trabajando sentado y el pelo blanco, donde le queda, su símil seria Bruce Willis, rechoncho y sin atreverse a afeitarse la cabeza pese a la caída del cabello. Ronda los 50 años y se ha pasado desde los 17 trabajando en una empresa de la cual ya es socio, y que ayudó a convertir en una gran compañía nacional de abogados, juristas y notarios, lo que ha ayudado a que mi familia tenga una vida holgada económicamente, no somos millonarios pero tenemos más que la mayoría. Eso si, mi padre hace que sudes para ganarte con esfuerzo lo que deseas, al menos a mi. Siendo una forma educacional muy válida, a mí ya me resulta cansado, es una reválida constante desde los 8 años que quise un juguete y me pasé 1 mes limpiando la casa de Madrid donde vivíamos desde que tengo memoria. A partir de entonces, el dinero para la escuela, la ropa, los caprichos y los favores, todo tenia un precio para mi padre, siempre encontraba algo que tuviera que hacer para ganarme lo que quería o necesitaba, y lo peor es que nunca parece suficiente, su mirada siembre me juzga, pero creo que no tiene otra, o al menos yo no se la he llegado a ver, jamás se ha puesto violento o enfadado, no es ese tipo de hombre, apenas bebe alcohol y dejó de fumar, algo que no mejoró su carácter, no le hacia falta, imponía un respeto sepulcral con su mirada y sabia hacerse respetar sin alzar la voz ni levantar la mano a nadie.

Todo ello se compensa con mi madre, Carmen, un persona exageradamente servicial, algunos dirán que una mujer florero, se desvive por hacer feliz a los demás y está totalmente dominada por mi padre, pero siempre encuentra la manera de suavizar las cosas, es dulce y atenta, es casi una niña de 7 años pero con 41. La diferencia de edad entre mis padres era de agradecer por tener diferentes formas de pensar. Mucho se dijo sobre que se casaron de penalti por mi hermana mayor, mi madre tenía 18 años recién cumplidos cuando se casaron y no llegaron a los 8 meses juntos cuando nació mi hermana. En este caso tengo que decir que mi padre fue listo, pese a su edad es una mujer bella, o eso me dicen mis amigos, y viendo fotos suyas de joven, más. Puedo sentir a algunos hombres como al verla la devoran con los ojos, cosa que muy a mi pesar he usado para hacer amistades, ningún chico decía que no a venir a mi casa si estaba ella, se los metía en el bolsillo con meriendas y juegos inocentes, tan dulce y cándida que no se daba cuenta de su efecto en los chicos. Es de 1,70 de altura y no llegará a los 67 kilos, estilizada y elegante, con la cara fina y agradable, ojos negros y una espesa melena morena, hasta la cintura, pechos erguidos aunque discretos y caderas anchas debido a parirnos a mi hermana mayor y a mi de forma natural, una figura que quedaba de escándalo con los vestidos que solía llevar, siempre recatada y sin enseñar nada, pero no hacia falta para saber que era una preciosidad. Me recuerda mucho a Mary-Louise Parker, con el pelo liso y la piel menos blanca.

Lo mejor de mi vida es mi hermana mayor, Marta, tiene 23 años y está terminando la universidad, es el rayo de sol que se cuela en mitad de las nubes de tormenta gris que es mi vida, sin saber muy bien por qué, o de donde lo aprendió, es alegre, dicharachera, cariñosa y atrevida. La envidio por que tengo la sensación de que a ella mi padre siempre la ha tratado de forma menos severa, le han permitido cosas a cambio de nada, un móvil o pagarla el piso de estudiantes, cosas por las que yo tendría que dejarme el alma, pero a la vez la adoro, es imposible no hacerlo, es de esas mujeres que te llegan al alma con su forma inocente y desprendía de ver la vida. Su aspecto físico es el de una versión joven de mi madre, misma altura y cuerpo, aunque sus caderas son menos voluptuosas, y diría que más pecho, o al menos mejor colocado por la edad, sus ojos tiran hacia la miel en una mezcla del negro de mi madre y el marrón de mi padre, que la queda genial. Lleva el pelo hasta los hombros siempre cuidado con lacas para darle un efecto ondulado y mojado. Pese a que le gusta llevar vestidos, ya que muchos los comparten mi madre y ella al tener la misma talla, también le gusta llevar alguna vez vaqueros ajustados, camisetas desgastadas y zapatillas en vez de tacones. Por lo demás, si las ves juntas parecen hermana mayor y menor, no madre e hija, creo que la magia del maquillaje ayuda en eso a mi madre, pero no creo que use demasiado. Podría usar a la misma actriz que usé con mi madre para definirla, pero diré que, por su nariz y juventud, tiene más de Anne Hathaway.

Una vez hechas las presentaciones iniciales, vamos a intentar explicar el por qué de mi frustración actual. Todo comenzó al acabar mi curso de bachillerato a finales de junio, tanto mi hermana como yo habíamos terminado nuestros estudios, yo sobresalientes para variar, otra cosa seria una decepción en mi casa, y mi hermana logró sacar el curso de su carrera, no es raro que eligiera ciencias sociales. Ambos pretendíamos que, esta vez si, por fin, nuestro padre nos dejara unas vacaciones a nuestro aire, como jóvenes que éramos queríamos ir a comernos el mundo, pero de nuevo se impuso su criterio, no había otra, así que iríamos a la casa en la playa a la afueras de Valencia que teníamos como residencia, a la que íbamos año tras año, y no solo iríamos 1 mes como solíamos hacer, no, nos íbamos a pasar los 3 meses de vacaciones allí por un “merecido descanso” que le dieron a mi padre. Algo que parece bueno, pero que no lo es, por que después de 10 años haciendo lo mismo, los días en casa haciendo trabajos de mis estudios, ir a la playa 2 o 3 veces a la playa a la semana, y si había suerte salíamos a comer a algún restaurante, mi padre entendía unas vacaciones como descanso, y no como diversión. Yo tenia ganas de ir con mis pocos amigos a una casa de un familiar en Ibiza, fue nombrar esa ciudad y a mi padre casi le estalla la cabeza, un “no” rotundo salió de sus labios, y ya no había nada que hacer, incluso a mi hermana, que tenia una idea parecida, pero para irse a un crucero, le negó toda opción. Así que me resigné a pasar otras tristes y repetitivas vacaciones con mi familia en la playa, al menos tendría a Marta para sobrellevar el aburrimiento.

Según se iba acercando las fechas para irnos, pasó lo que siempre pasa en estas cosas, a mi padre no le hacia gracia que se nos unieran “chupopteros”, así que los días eran una disputa constante sobre gente que teníamos la esperanza de llevar para hacer más ameno esas vacaciones, y mi padre rechazándolos, cual tenista, pero ocurrió el milagro. Mi tía Sara, la hermana menor de mi madre, se divorció de su marido, un capullo del que no merece la pena hablar, y mi madre, siempre tan servicial y atenta, la invitó a que se viniera con nosotros en las vacaciones para despejarse. Supongo que los años de matrimonio ayudaron a convencer a mi padre de que la dejara venirse, y según dijo que si, mi hermana entró a cuchillo y dijo que si la tía se venia, ella también quería llevarse a una amiga, creo que la dijo que si sin pensarlo, y un nombre sonó en el aire, Sonia, su mejor amiga, otra cabra loca como mi hermana, pero mucho más adulta y atrevida en su forma de ser. Fue cuando mi hermana le dijo que seria injusto que yo fuera solo, (por esos detalles la quería), por efecto dominó me dejó llevar a un amigo. Yo solo tengo 3, o al menos 3 que pasen el filtro de mi padre, y a todos les hacia ilusión pasarse las vacaciones conmigo, aunque visto ahora, creo que no era yo, y si mi cariñosa madre y mi hermana soltera, las que les atraían. Pude llevarme a Jaime, una elección difícil, pero simple ya que los otros 2 se iban a Ibiza con mi plan de vacaciones original. Jaime es un vecino de mi misma edad que venia de buena familia, y que guardaba unas apariencias de chico formal, serio y educado, pero en realidad fumaba marihuana, era un egocéntrico manipulador y un capullo integral cuando nadie le oía, pero yo no podía permitirme alejar a mis amigos.

De golpe esas tediosas vacaciones se habían convertido en casi lo más atrevido y prometedor que haría en mi vida, no era mucho, pero mi padre solo iba de la casa a la playa, y viceversa, y eso cuando no se perdía haciendo visitas a vecinos, el resto del tiempo podríamos pasarlo los demás lejos de su halo de sobriedad.

Mi tía Sara se mudó a nuestra casa unos días antes de salir, por lo visto su ya ex marido lo estaba llevando muy mal, al llegar a casa yo solo vi bolsas y maletas, tardé unos minutos en colocarlo todo en su nuevo cuarto y luego presentarme en el salón, a mi tía la había visto 2 veces en mi vida, a mi padre no le gustaba su forma de ser, (nada raro), pero creo que era como trasformaba a mi madre, juntas se alejaban mucho del canon de seriedad y cortesía que le gustaba a él. La última vez que vi a Sara tendría 12 años, y solo recuerdo regalos que me traía, me encantaban por que eran gratis, no tenía que trabajar por ellos. Al verla en el salón me sonrojé, era tan diferente y tan extravagante que me quedé mirándola más de lo aconsejable, tiene 33 años, es rubia platino, teñida, iba con un pintalabios rojo pasión adornando unos labios finos y apetecibles, rostro similar al de mi madre pero sin notarse la edad. Vestía un traje de cuero rojo tan ajustado que sonaba al caminar o sentarse, con un chaqueta de vestir del mismo color, cerrada y realzándola, dejando claro que la rama familiar de mi madre cría bellezas, pero esta era diferente, por que no solo lo era, si no que lo mostraba, un amplio escote que hacia rebosar 2 senos turgentes rozados por la cabellera rubia, con unas caderas estrechas que aún así tenían la piel del la tela tirante. Nada más verla un nombre me golpeó la cabeza, Patricia Conde, era casi un calco. Con los tacones era de mi altura, y al acercarse me cogió la cara con sus manos para darme una lluvia de besos que me dejó la cara marcada de carmín, con una sonrisa hipnótica, al verme tan embobado al mirarla, me sacudía saludándome.

-SARA: ¿y este grandullón quien es?

-CARMEN: no seas boba……es Samuel.

-SARA: ¿no me digas……..?, ¡es imposible!, la última vez que le vi no me llegaba ni al ombligo, ¡y mírale ahora, esta hecho todo un hombre! – al decirlo dejó caer su mano, resbalando por mi pecho, y con solo eso sentí mi miembro moverse.

-YO: yo……si…….es que……- si normalmente me cuesta expresarme, aquella mujer me había desmontado.

-ROBERTO: no incomodes al chico.

-SARA: no incomodo nada, solo estoy saludando – mi padre ya iba a replicar pero mi madre le cogió del brazo con gesto tierno, y calmó su temple.

-YO: encantado…..de saludarte – logré juntar valor y mirarla a los ojos unos segundos, eran de un oscuro penetrante, tras unas gafas de diseño que le daban un aire aun más arrebatador.

-SARA: espero no importunar con mi presencia, solo quiero pasar pagina.

-CARMEN: no digas tonterías, nos lo vamos a pasar genial de nuevo juntas – al decirlo ambas se cogieron de la mano y rieron de forma histriónica, los dientes de mi padre rechinaron, solo por eso merecía la pena tener a mi tía allí.

La instalamos en el cuarto de invitados y esperamos a mi hermana para cenar, no recordaba una cena más alegre jamás, ni en mi cumpleaños, entre mi hermana y mi tía lograron arrancar a mi madre de la fachada de sobriedad, y juro que vi algo similar a una sonrisa en mi padre con algún comentario. Después de cenar nos quedamos charlando, no quería que aquello acabara nunca, me sentía un rebelde escuchándolas hablar, era emocionante, y no podía apartar la vista de mi tía, fue tan evidente que cruzamos las mirada unas cuantas veces, y en vez de fingir no darse cuenta, como cuando mi madre o mi hermana me pillaban mirándolas, sonreía y me apretaba con su mano en el brazo. Se hizo tarde, y ayudé a mi tía, a petición suya, a organizar su cuarto por la cantidad de cosas que traía, más que unos días parecía que se venia a vivir, tardé 1 hora en colocarlo todo, hubiera tardado menos si ella no estuviera por allí, su sola presencia me erizaba la piel, y al acabar me dio un abrazo, algo libio y suave, pero me llevó al paraíso, eran tan poco habitual los gestos de cariño en mi casa que la apreté tan fuerte que gimió con una sonrisa, y no se separó de mi hasta que me di cuenta de que casi la tenia en vilo en el aire.

-YO: lo….lo siento……..no……- al soltarla sus pechos votaron ante mi y me quedé mirándolos otra vez, me puso un dedo en la barbilla para alzarme al vista.

-SARA: no pasa nada, se agradece un buen abrazo, parece que lo necesitabas.

-YO: es que…mi padre……..ya sabes……

-SARA: ya, es un buen hombre, pero….- se acercó a susurrarme al oído – …es un poco estirado – la sola idea de reírse de mi padre me puso colorado, o fue que sus labios me rozaran la mejilla, ya no lo sabia.

-YO: un….un poco – se me debió notar en la cara mi propia sorpresa al decirlo.

-SARA: jajaja no pasa nada, será nuestro secreto, pero me tienes que hacer un favor…. – alarmado por la bronca que me podía caer por faltarle al respeto a mi padre, asentí con la cabeza -…estos tacones me están matando, necesito un buen masaje y tú tienes buenas manos.

-YO: yo……no sé…..dar masajes.

-SARA: tranquilo, yo te enseño – me cogió de la mano y me arrastró a la cama donde se dejó caer con cierta elegancia, me senté a su lado tratando de disimular que no miraba la parte baja de su falda, puso sus pies en mi muslo y se sacó los zapatos con los dedos, soltando un bufido de placer.

-YO: ¿que hago?

-SARA: poner las manos en lo pies es un comienzo…..- su forma de hablar y moverse era como si yo fuera tonto, pero no lo soy, era ella quien me retraía, su fragancia a rosas me llenaba la nariz y el movimiento de sus dedos de los pies me recordaba a un oleaje suave.

Rocé sus pies con mis dedos y al poco me cogió de las manos y me fue adiestrando, hasta que se recostó de gusto sobre la cama disfrutando de aquel masaje. Descuido o no, podía verla serpentear sobre el somier, y la falda se abría lo justo como para dejarme ver la cara interna de sus muslos. Al rato se puso en pie y me dio un sonoro y largo beso en la frente como agradecimiento, regalándome un 1º plano de su escote, y se metió en el baño desprendiendo un contoneo dulce mientras se quitaba la chaqueta y veía la figura marcada bajo el cuero. No es que fuera más guapa, o tuviera mejores curvas que nadie, es que no había visto a nadie ser tan abierta conmigo, nadie salvo Marta.

Me fui directo a mi cuarto y me hice la mejor paja de mi vida, y no andaría lejos de lo que sentí al practicar sexo, la tenia tan dura y grande como nunca la había visto, en 4 sacudidas mal dadas me vacié, o eso creía, por que no se me bajó el empalme y me tuve que hacer otra. Para que engañar, me pasé la noche entera soñando con follarme a mi tía, y el hecho de saber que pasaríamos 3 meses en la misma casa no ayudaba a disipar esa idea de mi cabeza.

Los siguientes días hasta irnos de vacaciones solo confirmaron que aquello no fue fugaz, mi tía era así de abierta, no creo que pensara en mi de forma sexual, simplemente se mostraba tal como era, y eso enfurecía a mi padre a la vez que me absorbía a mi, en 3 dais ya había logrado que mi madre sonriera más que en los últimos 10 años de matrimonio, y mi hermana se sumaba a esa ola creciente de diversión. Antes de partir mi padre ya se arrepentía.

La mañana del viaje fue algo caótica, Marta me pidió que recogiera a Sonia, su amiga, en mi motocicleta, que me había pagado yo trabajando por las tardes en un bar junto con el remolque para llevarla en el coche a la playa. Las cosas de Sonia ya estaban en nuestra casa, pero la noche anterior se fue a “dormir” a casa de un “amigo”, por lo que sabia era un pobre diablo que se la tiraba cuando ella quería. Al ir a recogerla y verme me saludó como siempre, dando saltos a gritos como si no la viera, el “amigo” estaba detrás con ojos llenos de tristeza, seguro de que Sonia se iba 3 meses, no la tendría cerca y que ella no le iba a esperar siendo una niña buena. Al llegar se estaban dando el lote con lengua delante de mí, a modo de despedida. Pude ver como Sonia seguía igual, pelo largo hasta el trasero, color caoba, liso y suelto, con la cara llena de pecas bonitas y nariz respingona, ojos verdes esmeralda y tez blanca. Su cuerpo era el pecado, de 1,65, a ella le gusta alardear de sus pechos, según algún sujetador que me he “encontrado” suyo en el baño de mi casa cuando se quedaba a dormir, tenia una 110 y la copa más grande que se podía encontrar en las tiendas juveniles, eran como melones maduros, tenia el culo firme y bien puesto por su edad, pero a mi nunca me gustó como le quedaba por que sobresalían unas cartucheras prominentes, escuchaba en casa que no le vendría mal perder unos kilos, pero no puedo a decir de donde, era voluptuosa y rebosante, pero no le sobraba nada, kelly brook es la mujer que más se le acerca físicamente.

Dejó al chico aún con los ojos cerrados del sabor de su lengua y se montó en la moto detrás de mi como paquete, del saltó que pegó sentí sus senos ondular en mi espalda y se agarró a mi torso gritando como una loca. El camino fue difícil por tener que centrarme en lo que tenia delante y no detrás, pero al llegar a casa y aparcar me dio uno de sus típicos besos en el cuello, tengo cosquillas ahí, me conocía demasiado bien, siempre lo hacia y me gustaba, para que negarlo.

-SONIA: ¡vamos, que se nos hace tarde, verás que bien nos lo vamos a pasar!

-YO: eso espero, me alegro de que puedas venir.

-SONIA: y yo de poder ir, me voy a beber hasta los charcos ….- era capaz, una vez tras otra la he visto borracha.

-YO: ten cuidado con lo que dices, mi padre puede………

-SONIA: a tu padre que le den por culo, yo me voy a divertir, y no va a quedar un solo tío allí que no me folle – le encantaba ser así de brusca por que me hacia ruborizarme, aunque, como con el alcohol, tampoco es que no fuera capaz.

Al subir ya estabamos todos, Jaime, al vivir en el mismo bloque, ya se encontraba en mi casa siendo objeto de alabanzas por parte de mi padre, por su exquisita educación, tenia ganas de gritar que era un fumeta y un estúpido, pero no ganaría nada con ello, quedaría como un descortés a ojos de mi padre, perdería a uno de mis pocos amigos y encima me quedaría sin compañía para las vacaciones. Jaime era guapo, todas lo decían, pelo castaño claro, con media melena que se engominaba para dar la sensación de chico refinado, ojos azul oscuro, una incipiente barba descuidada, y rostro casi angelical, su cuerpo era bastante esmirriado, flaco, con 1,82 de altura no llegaba a los 65 kilos, brazos y piernas esqueléticos con tendencia a arrastrar los pies. Cuando salió una película romántica de un diario, todas le decían que se parecía a Ryan Gosling, yo bromeaba que quizá si engordaba 10 kilos.

-JAIME: menos mal que habéis llegado bien, temía que os hubiera pasado algo – sonreía mirando a Sonia, no a mi, pero sus palabras siempre eran educadas en presencia de otros.

-YO: todo bien, no voy a estropear el viaje.

-SONIA: ¿donde está Marta?

-CARMEN: en su cuarto tratando de elegir que ropa llevar – Sonia salió disparada para ayudarla en tan ardua tarea.

-SARA: ¿y este chico quien es? – saludó como siempre, acercándose a dar unos besos, Jaime sonrío por dentro al verla, con un traje amplio de estampados y con un generoso escote.

-JAIME: encantado de conocerla señorita, soy Jaime amigo de Sam – le cogió la mano y se la besó cual caballero.

-SARA: ¿señorita?, que educado, muchas gracias, yo soy su tía, Sara.

-JAIME: dígame que nos acompañará en este viaje, no podría soportar no poder seguir admirando su belleza – la carcajada general enterró la verdad oculta tras esa galantería.

-SARA: jajaja que amable, pues si, pero no te preocupes, no molestaré a los jóvenes – Jaime ya iba a soltar otra perla, le conocía demasiado bien.

-YO: Jaime, ¿me ayudas a enganchar el remolque y poner la moto? – me miró perdonándome la vida.

-JAIME: claro, como no – al bajar me iba dando golpecitos en la espalda y al llegar abajo me revolví.

-YO: ¡para ya, ¿no?!

-JAIME: que calladito te lo tenías, ¡vaya cuerpazo tiene tu tía!

-YO; no hables así de ella – era ira, pero no le faltaba razón.

-JAIME: solo digo la verdad, ¿y me voy a pasar 3 meses con ella, tu madre, tu hermana y con Sonia?, pufffff

-YO: ni que fueras a ligártelas – fue una chanza.

-JAIME: ya veremos……….¿te imaginas? jajajaja ¿a tu tía comiéndomela mientras lamo las tetas de Sonia? – fue grosero, pero no puedo decir que no se me hubiera ocurrido a mi antes.

-YO: deja de decir tonterías, como te pases de la raya te mando a casa.

-JAIME: me comportaré como un caballero, pero si me dan pie……..

-YO: no te lo darán – quise ser tajante, Jaime se había llevado a la cama a todas las que había querido, era mono y un cabrón, y por lo visto eso gusta a las chicas. Pero lo que quería decir era que deseaba que mi tía diera pie, si, pero a mí.

Ibamos a ser solo 4 en el viaje, y al final éramos 7, por suerte mi tía también conducía y tenía coche, así que nos dividimos en el de mi padre y el suyo. Obviamente todos quieran ir con mi tía, así que me tocó ir con mi padre y mi madre, mientras que a mi hermana, su amiga y Jaime fueron todos en el de Sara. Mi hermana me iba mandando mensajes de ánimo sabiendo la tortura que estaba pasando, 4 horas de viaje con mi padre en silencio, mi madre adormilada por unas pastillas contra el mareo, y un poco de música clásica de fondo. Me mandaba fotos de cómo se reían, y de las ocurrencias de Jaime o Sonia, fue una agonía hasta que llegamos a la entrada de la casa. Habíamos llegado más tarde que Sara, ya que mi padre no pasaba el limite de velocidad ni por error, y nos estaban esperando en la calle entre risas y diversión, al llegar no pude evitar ir a abrazar a mi hermana, que me acarició el pelo como solo ella sabia.

-MARTA: ¡ya estamos aquí!, no ha sido para tanto jajajaja

-YO: a la vuelta te vas tu con ellos – al alzar la vista vi a Jaime tonteando con Sara, mi tía, que se comportaba igual que conmigo, pero Jaime no era yo, él se aprovechaba, o lo haría, y eso me enfurecía.

-ROBERTO: subir a la calzada, que os van a atropellar, y un poco de calma – “siempre tan divertido, eh padre”, era un barrio residencial y no había un alma a medio día y pleno sol.

-CARMEN: pues aquí está, nuestro hogar los próximos 3 meses – señaló a un dúplex enorme que tenia delante.

Al entrar la casa entera olía a cerrado, abrieron todas las puertas y ventanas, un profundo olor a mar lo invadió todo. La casa estaba a medio kilometro de una playa no muy conocida, pero si limpia, estaba construida en una calle que era una curva del residencial, con la entrada principal a todas las casas en la parte interior, y que por la curva exterior tenían amplias parcelas con piscina, jardín, barbacoas y acceso a la playa. La casa eran 3 pisos, a todos se podían acceder desde fuera por unas escaleras de piedra por el exterior, que daban a los balcones de uno de los lados. Por dentro, el bajo era un amplio salón y cocina tipo americana, con un baño completo, el garaje y un porche orientado al mar, el 2º eran 3 habitaciones y otros 2 baños, con varios balcones, en el 3º piso otras 2 habitaciones con 1 baño, y una terraza de 10 metros cuadrados. La verdad es que si no fuera por lo aburrido que se me hacia aquello con mi padre, el lugar era paradisiaco, tenia un super mercado no muy lejos, un mercadillo cada 2 días o fiestas de pueblos cercanos cada semana, incluido un largo paseo marítimo lleno de restaurantes, chiringuitos, heladerías y tiendas de verano, el paseo terminaba en una macro discoteca que montaban en periodo estival, sin techo y con la música tan alta que se oía por las noches desde mi casa, mi padre la odiaba por que de jueves a domingo no le dejaban dormir.

Por no andar mucho escaleras abajo y arriba, los más adultos se quedaron con las habitaciones del 2º piso, una para mis padres y otra para mi tía, quedaba una libre pero preferimos dormir juntos todos arriba, por intimidad en una habitación las chicas y en otra nosotros, así que nos pasamos medio día instalándonos y moviendo camas, pero para la cena ya teníamos todo montado.

Salimos a comer a un restaurante cercano y pese a mi padre aquello iba bien, me divertía, me lo pasaba bien y me reía, luego dimos un largo paseo por la playa, mi tía se colgó del brazo de Jaime, que era tan encantador como repulsivo a mis ojos. Mi hermana se abrazó del mío, obligando a Sonia a cogerme del otro, por cortesía o por querer hacerme sentir bien, pero no por ello las aparté. Supongo que todos estabamos cansados, así que nos fuimos a dormir pronto a casa, allí Jaime me dejó ver media bolsa de marihuana, y se lío varios porros, fumándose uno en la terraza antes de acostarse.

A la mañana siguiente me desperté solo en la habitación, al mirar por la ventana vi a Jaime metido en la piscina, salpicando agua a mi tía y mi madre que andaban con unas limonadas por el borde de la piscina, iban con camisones frescos de verano, tan sencillas y tan guapas, sonriendo al mojarse los pies. Jaime era tan escuálido que parecía que iba a romperse, pero tenía esa capacidad de divertir a la gente que yo ansiaba y no tenia. Me puse el bañador y bajé corriendo para no perder el paso, pero mi padre me llamó en la terraza, estaba sentado con bermudas y una camisa abierta, me puse a su lado y me habló de la familia y de lo unida que debe estar, que tenia que ser responsable y cuidar de todos ya que él no podría vigilarnos a todos, bufé cansado, yo quería ir de vacaciones, no ser el perro guardián de nadie, pese a pensarlo me callé, asentí y le dije que no se preocupara.

Salté al agua con fuerza dando un susto a Jaime y empapando los pies de mi tía, que reía sin parar, al emerger, Jaime me cogió por detrás y trató de hundirme de nuevo al agua, pero era como si una hoja quisiera derribar a un árbol, le sacaba bastantes kilos.

-YO: ¿y mi hermana y Sonia?

-CARMEN: Sonia fue a comprar algo de pan esta mañana y ha hecho amigos……- “poco ha tardado” – … han ido a charlar con ellos un rato hasta la hora de comer.

-JAIME: ellas se lo pierden, ¿y si vamos a la playa?

-SARA: si, por favor, estoy ansiosa.

-CARMEN: no se, sin ellas………Roberto ¿que dices?

-ROBERTO: yo estoy de vacaciones, me quedaré un rato aquí y luego iré si me apetece – eso, en su idioma, era un no, se quedaría bebiendo alguna cerveza, o se daría un chapuzón en la piscina, quizá luego se quedara viendo la TV hasta la hora de comer.

-JAIME: pues estos 2 caballeros, si les parece bien, os van a llevar a la playa, mis señoras – hizo un reverencia hacia las sonrisas de mi madre y mi tía.

-SARA: pues vamos ya, que se hace tarde – se agachó para extender su mano y ayudarme a salir de la piscina, por un segundo estuve tentado de lanzarla al agua, pero no pude, quien si pudo fue Jaime, que tiró a mi madre al agua en idénticas circunstancias, me quedé blanco, y se hizo el silencio, hasta que mi madre salió del agua a carcajada limpia.

-CARMEN: ¡mira que eres bruto! jajajajajaja

-JAIME: jajaja lo siento, ¿está bien? No quería hacerla daño, pero no he podio resistirme – se le acercó rozándole la espalda y un brazo con cara de autentica preocupación, mi madre puso su cara de mala leche, o lo que es lo mismo, se mordió el labio, y zarandeo el dedo índice con una sonrisa amplia y tierna.

-SARA: a mi no me tires eh…….. – se agachó a decírmelo.

-YO: yo….yo…….yo es……es que….- me acarició la cara con dulcera.

-SARA: ¿vamos a la playa o no?, que necesito recuperar un tono de piel decente.

Jaime salió del agua con rapidez y ayudó a mi madre a salir, fue la 1º vez que vi en mi madre, algo más que a mi madre, el camisón amplio estaba pegado a su piel y me descubrí pensando que estaba buena. Ella, con inocencia, se escurrió el agua de los senos apretándoselos ante la mirada incisiva de Jaime, y se pasó las manos por la cabeza para apartar la melena negra húmeda de su cara.

-CARMEN: jo, mira como estoy……..

-JAIME: preciosa……- mi madre se sonrojó.

-YO: ¿nos vamos? – iracundo, cogí a mi madre de la mano y la separé de Jaime.

Mi madre y mi tía se fueron dentro y salieron a los minutos con todo el equipo, sombrilla, nevera, toallas y alfombrillas, dejamos móviles y todo lo de valor, los chicos solo íbamos con los bañadores, ellas con una camiseta ancha encima del bañador y sombreros de ala ancha de mimbre con gafas de sol. Fueron 20 minutos de paseo tranquilo en los que por pura física yo tenia que llevar la nevera, nadie más podía con ella, así que me retrasaba mientras Jaime iba haciendo sonreír a mi madre o mi tía. Al llegar no había mucha gente, eran apenas 50 metros de playa escondida entre unas rocas y un acantilado, no era privada pero tenia difícil acceso si no vivías cerca, así que estaban los vecinos de casi siempre, saludos de protocolo y clavé la sombrilla para crear algo de sombra en una playa a 40 grados, mi madre se metió debajo medio mareada ya por el sol, las pamemas que llevaban no servían de mucho, así que se las quitaron dejando caer sus melenas, el rubio platino de bote de mi tía brillaba, pero la espesa mata larga de cabello negro azabache de mi madre ondulaba grácilmente.

-JAIME: bueno, pues ya estamos aquí, ahora al agua.

-CARMEN: no, antes crema, que si no nos pasamos 2 semanas quemados sin poder salir.

-SARA: no es mala idea.

Mi madre me dio la vuelta cual maniquí y me echó de un bote grande de una bolsa que había llevado, me puso tanta crema que creía que se iba a terminar el bote, pero no, incluso dándome en la cara y hombros, cuando me di la vuelta mi tía hacia lo mismo con Jaime.

-JAIME: bien, ahora vosotras – ayudó a empezar a quitarse la camiseta ancha a Sara.

-CARMEN: no hace falta, ya nos la damos nosotras, vosotros id a jugar…..- “mi madre sigue pensando que tengo 13 años”, se cogió el dobladillo de su camiseta tratando de bajárselo, ¿la daba vergüenza desnudarse delante de mi, o de Jaime?, no lo sabia.

-SARA: no seas antigua mujer……- y se quitó su camiseta del todo, dejando su cuerpo al aire y el sol, apenas cubierto, por un biquini minúsculo, rojo, con poca tela en el culo y solo unos triángulos muy certeros en los pezones, se echó la melena a un lado y Jaime se apresuró a embadurnarla con cara de salido, mientras Sara me miraba con una medio sonrisa burlona.

-CARMEN: pues nada, échamela tú, hijo.

Siguió los pasos de su hermana y se quitó la camiseta, mi madre iba con un bañador de cuerpo entero azul marino, le pasaba como con los vestidos, no enseñaba nada, pero no hacia falta, se le marcaban los pezones bajo la tela, con el culo firme y duro. Se bajó los hombros del bañador sujetándose por los senos, aparté su melena con delicadeza y me dediqué a darle crema tratando de no parecer un baboso. Tenía la espalda tan suave y delicada que seguía pasando mi mano después de que la piel absorbiera la crema. Llegado un punto mi madre se dio la vuelta y me dio un beso en la mejilla mientras se colocaba los hombros del bañador usándome de biombo, vi sus mejillas coloradas del sol, luego se extendió crema por la cara, los brazos y las piernas, igual que hacia Sara ante nuestras miradas.

-JAIME: tengo que decir que para nada aparentan su edad, son 2 mujeres muy agraciadas.

-SARA: jajaja mira al don Juan.

-CARMEN: se agradece mucho viniendo de un chico tan joven y apuesto – ambas se sonrieron.

-JAIME: es un placer.

-YO: vamos al agua, ¡te echo una carrera! – quería alejarle de ellas.

Gané sin dificultad, y me metí en el agua queriendo perderme, el sabor a sal y el movimiento de las olas me envolvió y por un segundo me creí un pez, hasta que recordé que necesitaba aire, al salir Jaime cayó sobre mi de bruces, jugando hasta que se quedó a mi lado flotando.

-JAIME: ¿que coño haces?

-YO: ¿que?

-JAIME: no paras de joderme con tus tonterías, tengo a tu tía a punto de caramelo……..

-YO: tú alucinas.

-JAIME: eso crees, pero a esa me lo follo, te lo digo yo, dios, míralas como se mojan las piernas entrando lentamente en el agua……mira como se le mueven esas tetas a tu tía, ya la tengo como una piedra.

-YO: deja de hacer el tonto, si la asustas…….- me quedé congelado, “si la asustas se cerrará a mi”, iba a decir.

-JAIME: tú también te la quieres tirar eh………si te portas bien te dejaré que te la folles cuando termine con ella – quise replicarle de mil maneras, desde pegarle o decírselo a mi padre, pero no salió de mi boca nada, salvo un….

-YO: ¿como?

-JAIME: jajaja lo sabia, tú déjame a mi….ahora haz lo mismo que yo, pero con tu madre.

Se sumergió en el agua y le seguí, nadamos hasta ponernos detrás de ellas, que ya estaban a media cintura en el mar, nos acercamos con cuidado, Jaime asaltó a mi tía abrazándola por detrás y pegando su pelvis a su trasero, a un 1º grito de susto surgió otro de risas, fue cuando hice lo mismo con mi madre, ambas sonreían mientras se querían librar, pero las teníamos sujetas, a mi me costaba menos doblegar a mi madre, Jaime casi no podía con mi tía, pero al final la levantó en el aire y la hundió en el agua, hice lo mismo con un celo enorme de hacer daño a mi madre, que me miró sorprendida y riéndose, tapándose la nariz. Lo hicimos tantas veces, sacándolas del agua y volviendo a hundirlas, que ya estabamos casi con el agua por los hombros, en una de las salidas, vi como Jaime le tenia cogida una teta a Sara, que trataba de apartársela sin mucho esfuerzo, así que yo hice lo mismo y el cogí una teta a mi madre, fue como si un millón de agujas se clavaran en mi cerebro por atreverme a ello, me temí una reprimenda, pero solo encontré risas y miradas cómplices, sentí el pezón duro y firme bajo la tela húmeda de licra, y sin saber como, apretaba y soltaba masajeando, mientras la alzaba por el aire y la dejaba caer lo justo para darle con mi miembro en la cadera.

-SARA: ¡jajaja para ya, que me ahogo!

-JAIME: no hasta que me des un beso.

-SARA: jajaja que golfo eres, ¡para o me enfadaré! – la hundía otra vez, y si bien el agua lo cubría, la forma del levantarla indicaba que la otra mano estaba entre sus muslos por detrás.

-CARMEN: jajaja para Jaime, o la vas ha hacer daño.

-JAIME: solo pido un beso.

-SARA: esta bien, uno solo….- al decirlo la soltó y cuando recobró el aliento se acercó a Jaime, que ponía la mejilla, Sara fue a besarle allí, y Jaime se giró dándola un pico rápido, alejándose antes de recibir el impacto de un manotazo tibio.

-CARMEN: ¡jajajajaja que golfo!

-SARA: ¡será renacuajo!, ven aquí, que te voy a dar lo tuyo – le perseguía, Jaime fingió huir, pero se dejó atrapar, cuando le cogió Sara, le hico varias hundidas.

-YO: pobre Jaime – tan anonado estaba que llevaba 2 minutos con mi madre entre los brazos, cogiéndola una teta sin decir nada, y del movimiento del mar mi polla creció en su culo sin control, entre eso y que veía los pechos de Sara luchando por salir libres, mi madre lo notó.

-CARMEN: anda, déjame que la ayude – me cogió de la mano de su pecho y me apartó con delicadeza, acudiendo a ayudar a Sara.

Lo que se veía era a 2 maduras jugando con un crío, lo que sentía era a un cerdo ligándose a 2 mujeres. Mi madre empezó a buscarle cosquillas a Jaime, demasiado cerca del ombligo, y la pelvis.

-JAIEM: ¡¿que haces hay parado?, quítame a Sara de encima!

Acudí veloz, y ataqué por la espalda a Sara, que al sentir mi erección en su espalda se dejó llevar, la levanté sacándola del agua casi por completo, soltó un suspiro de asombro justo antes de que la dejarla caer, la di con mi verga en el culo hasta meterla entre su piel y la tela del bañador entre las nalgas, como no dijo nada, lo volví ha hacer, y esta vez la cogí una teta como había visto, y repetí la operación hasta que me cansé. Las risas de Sara solo eran tapadas por las de mi madre, que estaba asediada por Jaime, cara a cara, siendo hundida sin remisión en el agua, la tenia rodeada por la cintura mientras ella manoteaba fútilmente. Si Jaime estaba como yo, mi madre tenia que sentir su polla en el vientre, y no decía nada, solo reía y trataba de huir de una mirada directa a esos ojos azules de Jaime, que estaban inyectados en sangre, lo comprendí, Jaime iba a por todas, no solo a por mi tía, mi madre, Sonia, y hasta mi hermana estaban en peligro.

-SARA: no te preocupes, solo estamos jugando.

-YO: esto…..yo es que…..- se dio la vuelta rodeándome por el cuello con una mano, mientras se metía una teta dentro del biquini, sin ninguna celeridad, sentía mi miembro palpitar en su cadera y no podía dejar de mirar sus ojos profundos.

-SARA: ¿tú que? – me quedé blanco, y todavía más cuando me dio un beso dulce en la cara, tan cerca de mis labios que por un segundo creí que probaría su boca. Pero casi fue peor, tan largo y sentido que me ardía la cara allí donde sus labios se posaron.

Se alejó para ayudar a su hermana, y entre las dos agotaron a Jaime, yo solo pude alejarme y masturbarme en el mar, tenia miedo de que alguien me viera, pero no podía seguir así de empalmado al salir del agua, no hizo falta mucho para descargarme. Al regresar estaban saliendo ya del agua, Sara se colocaba el biquini totalmente descolocado, y mi madre se sacaba la goma del bañador del culo. “¿Que acabo de hacer a mi tía y a mi madre?, ¿y por que se han dejado?”, estaba tan excitado como confuso, así que salí tras ellos en silencio. Todos se reían, y nos tumbamos al sol, yo me quedé mirando la espalda de mi tía, se había desabrochado el biquini y se le veían los laterales de los senos, Jaime le dio otra capa de crema a cada mujer y me tiró el bote a la cara mientras le daba un masaje a mi madre con cautela.

-CARMEN: hacia mucho que no me divertía tanto.

-SARA: pues no queda nada hermana.

-JAIME: son muy duras de roer, voy a tener que esforzarme más.

-SARA: si…mucho más – le guiñó un ojo.

Busqué a mi madre con la mirada, pero estaba adormilada boca abajo, se había bajado de nuevo los hombros del biquini, Jaime estaba muy ocupado dándole una 3º capa de crema a Sara, que ronroneaba como una gata.

-YO: mama, ¿tú no tienes biquini? – “¿pero que haces?”

-CARMEN: si, tengo alguno, ¿por que?

-YO: nada, por que así te pondrás más morena, digo…..por enseñar más…..al sol…..quiero decir – Jaime me miró sorprendido, no más de lo que estaba yo.

-CARMEN: ¡pues si!, me traeré biquinis mejor, aunque están viejos, tendré que comprarme algunos.

-SARA: es que vas muy recatada, de verdad, ¡con el cuerpo que tienes!, te puedo dejar algunos.

-CARMEN: habló la otra….con los tuyos parecería una……..- se cayó a tiempo.

-JAIME: ¿y ahora que hacemos?

-CARMEN: vamos a casa a comer, y esta tarde nos vamos a un mercadillo que hay en el pueblo, cenamos y a casa.

-SARA: ¿a casa? Mujer vámonos de fiesta, algún chiringuito habrá……

-JAIME: eso es, Sara, muy buena idea.

Transcurrió tal como dijo mi madre, comimos, y mi padre se echó la sienta, mi hermana apareció con Sonia, y otros 3 tíos que habían conocido en el paseo marítimo, lo que se conocía como 3 chulos de playa, altos, guapos, bronceados y musculosos, casi siempre sin camisa. Nos acompañaron durante las compras, Jaime le regaló unos pareos transparentes a Sara mientras que mi madre se compró unos biquinis más juveniles y bonitos que los que tenía. Al cenar, Marta dijo que iban a salir con los chicos a tomar algo, y Sara se sumó al carro, tras ella Jaime, y tras Jaime yo, mi madre decidió quedarse con mi padre, por no dejarle solo tanto tiempo.

Jaime y yo, con unas bermudas y unas camisetas íbamos bien, mientras las chicas estaban con camisetas rotas a la moda, siempre con el biquini debajo por si acaso tocaba un baño, Marta iba con unos shorts vaqueros que llenaba y lucia un tipazo, mientras que Sonia escogió una mini falda elástica que la hacia vulgar, pero llamativa, con sus rebosantes senos asomando por un escote abrumador. Sara en cambio escogió un bañador largo y uno de los pareos nuevos a modo de falda, con un leve recogido en el pelo y tacones, eso le agraciaba. Acudimos a un chiringuito típico, con barra y música de fondo en la playa, Jaime siguió su acoso a Sara, yo ya no sabia quien jugaba con quien, y después de lo ocurrido en el mar me daba miendo acercarme a ella. Mi hermana se esforzaba por integrarme con los jóvenes, pero no bebo alcohol y si mi conversión es limitada de por si, más con chicos de playa, que poco o nada tienen en común conmigo, así que me alejaba a ver el mar, distinguía a unos chicos jugando alrededor de una hoguera, Sonia apreció por detrás de mi, dándome su beso en el cuello, apestaba a ron y tenia una copa vacía en la mano.

-SONIA: ¿que haces aquí tan solo?

-YO: no quiero aburrir a nadie.

-SONIA: has venido a divertirte, ¡mira donde estás!….. – señaló la fiesta y la oscuridad de la noche -…. no puedes quedarte aquí solo.

-YO: ¿y que hago?

-SONIA: vamos a bailar, anda……- me daba pánico, pero la bebida la insuflaba fuerzas, me arrastró a la pista.

Se movía como hacían todas, contoneando sus caderas sin seguir ningún ritmo, y jugando a acercarse a mí y separarse, sin duda la enviaba mi hermana para animarme, pero eso no evitaba que disfrutara del roce de su piel, o de sus piernas coronadas en la mini falda, casi sin querer me lo estaba pasando bien, sentía el roce de sus protuberantes pechos y su melena se mecía con cada gesto como una cascada de sangre, sus ojos verdes brillaban con las luces y su desinhibición natural era exponencialmente acrecentada por la bebida, me cogía las manos y se las ponía en la espalda, la nuca o la cadera, llegando a sentir su pelvis frotándose contra mi, tuve que agradecerle el esfuerzo y me separé de nuevo acalorado, como poco, otros chicos se ocuparon de que a Sonia no le faltara alcohol y compañía.

Vi como Jaime tonteaba con alguna otra chica mientras caía un porro tras otro, y como mi hermana estaba sentada en unas sillas charlando con unas chicas. Busqué a Sara con la mirada, preocupado, me costó verla, en la barra con 2 tíos rodeándola, sonreía con afabilidad pero leí pedir ayuda en su mirada, la invitaban a una copa a tras otra, así que al rato me pasé por allí, y fue ella la que saltó a mi encuentro.

-SARA: ¡aquí estás amor!, menos mal…- y me soltó otro beso peligrosamente cerca de los labios -…. ya está chicos, le encontré – la nube de moscones se disipó.

-YO: ¿que……..

-SARA: puffff que agotador es esto, no lo recordaba así, menos mal que has aparecido, otra copa más y termino en la cama de alguno de esos….- su aliento también olía a copas de más, se tambaleaba con los tacones y se me agarraba para sujetarse, tenia ese hipo tonto que se te pone y arrastraba las erres al hablar.

-YO: ¿harías el amor con uno de ellos?

-SARA: puf……amor, de eso ya he tenido con mi marido……..ex marido……hablo de follar salvajemente – al decirlo se apoyó en mi hombro y casi me provoca otra erección.

-YO: ¿pero tú…..

-SARA: soy mujer Samuel, y llevo mucho sin nadie que calme mi fuego, ¡oh dios!, y te aseguro que estoy ardiendo, a todas nos pasa, incluso a tu madre.

-YO: no, ella……- me cerró los labios con su dedo índice de forma torpe.

-SARA: shhhhh no seas bobo, ¿te crees que a tu madre le preocupa la soledad de tu padre?, Están follando ahora mismo, y como animales según me dice tu madre – casi exploto al oír eso.

-YO: ¡imposible!, son…….

-SARA: marido y mujer, y se la mete hasta el fondo, y si no me crees, ven.

Me cogió de la mano y me llevó hasta casa, no sin dificultades, la costaba andar y apuraba una copa entera al salir de la fiesta, que al llegar a casa, 10 minutos andando, estaba vacía. Fuimos a hurtadillas por detrás, subimos por la escalera y entramos en silencio, se quitó los tacones y fuimos al 2º piso, donde los ruidos empezaron a sonar, Sara iba envalentonada por la bebida y yo la ayudaba a no tropezar, con miedo a que hiciera ruido. Nos pegamos a la puerta y escuchaba a mi madre gritar poseída, Sara sonreía sin soltarme una mano, y cada grito apretaba más contra mis dedos, me llevó abajo de nuevo, y subimos por fuera asomados al balcón que daba a su cuarto, vimos a mi padre boca arriba desnudo, y mi madre montándolo como nunca creí posible, desnuda y con sus tetas vibrando al son del ritmo de sus caderas, no eran tan grandes como para botar, pero eran hipnóticas. Mi padre no hacia nada, estaba quieto mirando a su mujer gritando a pleno pulmón. Tan agachados estabamos para verlos, que tenia a mi tía delante de mí, acuclillada y yo rodeándola por detrás, con un brazo en su cintura, y su culo en mi verga, que estaba dura de ver a mi madre moverse.

-SARA: mira como rebota, la condenada esta gozando como una perra.

-YO: pero es mi madre……

-SARA: es una mujer, y necesita lo que todas, un polvo de vez en cuando.

-YO: parece que gozan – se me ocurrió decir.

-SARA: normal, según me dice tu madre, tu padre la tiene bien gorda…. – una revelación que me dejó pasmado – …algo hereditario por lo visto – tardé 20 segundos en entenderla.

-YO: ¿dices que yo?

-SARA: por lo que siento……… no vas mal armado, ¿eres virgen? – era como si no estuviéramos hablando de mi polla dura en su culo, sin apartar ninguno la vista del recital que estaban dando mis padres, aunque la verdad es que lo daba mi madre.

-YO: NO……..hubo una chica…..

-SARA: zorra afortunada.

-CARMEN: ¡OHHHH SI, OHHHHH SI, FOLLAME PAPÁ, FOLLAME! – era increíble como se movía, sus giros de cadera eran espectaculares, mi padre levantaba la mano para acariciarla un seno, pero se cansaba y la bajaba.

Mi madre se retorció en un alarido y se bajo de él, que la puso boca abajo ladeándola un poco y doblando una pierna, para penetrarla desde arriba, fue cuando vi la polla de mi padre, era oscura y parecía pesada, tenia un grosor considerable, y al metérselo varias veces obligó a mi madre a agarrarse a la pared, mi padre fue acelerando hasta gruñir como un cerdo y hacer temblar toda la cama, mi madre soltaba un gemido agudo con cada ida y cogía aire a la vuelta, soltaba soeces, inconcebibles para mi en sus labios, “mi padre la está matando”.

-SARA: dios………la está haciendo polvo jajajaja.

-YO: ¿que hago?

-SARA: con ellos nada, en cambio yo……… no se con quien, pero necesito sexo…… – cogió mi mano y la bajó entre sus muslos, sentía un calor abrasador por encima del bañador, y mientras mirábamos a mis padre fornicar, acariciaba el coño de mi tía.

Mi madre estaba berreando como una vulgar zorra, y mi padre sudaba a chorros, pasaron unos minutos interminables en que al final mi padre dio 4 fuertes embestidas y se dejó caer, su rabo hizo un arco hasta golpearse el vientre, flácido y brillante, mi madre se dio la vuelta buscándole con los labios por un rato, pero mi padre estaba agotado y se durmió, dejando a mi madre una cara mustia.

-YO: yo……

-SARA: ven.

Me llevó a la playa de nuevo, medio camino de la mano, al llegar estaba desierta, me desnudó sin más, y se puso a chupármela, casi me caigo al suelo, medio borracha en la oscuridad acertó de pleno, se me puso tan dura que me parecía que explotaría, sus manos en la base de mi miembro sujetaban la barra que engullía con unos labios tan carnosos que me hacían doblarme de placer, al sentir su lengua bufé, y a los 2 minutos me corrí en su boca.

-SARA: ¡no me jodas, y yo con este calentón!

-YO: yo…yo……….es que……….- me moría de vergüenza, me senté en la arena y me retraía hasta hacerme una bola, ella me acarició con ternura.

-SARA: no pasa nada…….anda…..ponte la ropa – obedecí cual cachorro.

Al regresar llamamos a la puerta para avisar, ayudé a Sara a llegar a su cuarto, por que le daba vueltas todo, la acosté y me quedé mirándola sin saber que hacer, según la dejé se durmió. Al rato me fui a mi cuarto, pasé media noche queriendo llorar, así que me levanté a beber algo, la casa estaba en silencio, hacia unas horas había escuchado ruido de puertas, quizá mi hermana y Sonia hubieran regresado, pero Jaime no estaba en mi cuarto, al ir a la cocina escuché sonidos de fondo en la terraza, me asomé para ver a Sonia en la piscina dándose el lote con un chico, y a Jaime con otra chica, con aspecto de ir tan borracha como los demás, no me creía la facilidad con la que Jaime la susurraba al oído, y la hacia abrirse de piernas mientras su mano se perdía por dentro de sus bragas, fue un alivio saber que Jaime al menos estaría ocupado con esa chica, y dejaría a mi tía en paz.

Regresé asqueado a mi cuarto, “ese podría haber sido yo si te hubieras quedado en la fiesta”, me tumbé, y a los minutos apareció Jaime sonriendo, no dijo nada y se acostó. Yo seguía sin poder dormir así que bajé al cuarto de mi tía, la puerta abierta que había dejado me dejó verla, ahora desnuda en la cama con la piel brillando con la luz de la noche, tenía el culo en pompa y un seno fuera de las mantas.

-MARTA: tú también les has oído, ¿no? – sobresaltado me di la vuelta y vi la figura de mi hermana en camisón.

-YO: yo no…….es que……….

-MARTA: siento si Sonia y Jaime te han despertado.

-YO: ah…no pasa nada…..¿cuando has vuelto?

-MARTA: he llegado con Sonia, pero me he ido a la cama mientras ella jugaba con ese tío, ahora está arriba durmiendo, dios, cuando está borracha Sonia ronca como un oso.

-YO: ¿no se lo ha follado? – se me escapó, era una pregunta sincera, pero Marta interpretó como una broma.

-MARTA: no, era un mierda, no lo veras más, pero yo estoy cansada y necesito dormir, con ella en mi cuarto es imposible.

-YO: yo también tengo sueño, pero no consigo cerrar los ojos

-MARTA: jajajaja como de críos, eres un vampiro, de noche no dormías y te ponías a mi regazo hecho un bola jajaja.

-YO: no me acuerdo……

-MARTA: yo si, tendrías 6 o 7 años, me gustaba acariciarte el pelo mientras te dormías, si quieres podemos probar.

Asentí perdido, no sabia que pensar, estaban pasando demasiadas cosas en poco tiempo, nos metimos en el cuarto libre del 2º piso y me tumbé en la cama, Marta se puso como un buda y dejó recostar mi cabeza en sus piernas, se pasó 1 hora jugando con mi pelo hasta que me dormí. Al despertar estaba solo en la cama, no sabía ni que hora era, al llamar a alguien solo contestó Sonia, que estaba despidiéndose de un tipo, en la puerta.

-YO: ¿quien era?

-SONIA: nadie………un chico que conocí ayer, nos quieren invitar a una fiesta.

-YO: ¿donde están todos?

-SONIA: tus padres y Jaime han ido a la playa con tu tía, tú hermana esta dándose una ducha, ¿que tal ayer? Me lo pasé genial pero te perdí la pista.

-YO: no sabría que decirte……- nunca mejor expresado.

-SONIA: déjate de ir de puntillas, ve y disfruta de lo que quieras, para eso son las vacaciones – se acercó de frente y me besó en el cuello haciéndome reír, antes de alejarse piso arriba.

Me di una ducha y desayuné, no sabia a donde ir así que esperé a mi hermana, que bajó envuelta en una toalla y secándose el pelo, Sonia estaba esperándola para salir de nuevo, me invitaron a ir con ellas, pero no hubo manera, me sentía tonto en compañía de aquellos chicos, así que me quedé en casa solo unas horas, hasta saqué los libros de texto de algunos trabajos que tenia que hacer, me fui abajo al salón ya que, pese al lujo, solo hay aire acondicionado allí, el resto de la casa dependía de la brisa del mar, y a determinadas horas era insoportable estar en los cuartos de los pisos superiores, al igual que a otras el aire y la falta de protección dejaba helada la casa. Pasadas unas horas escuché ruido en la puerta y por algún motivo me escondí.

-SARA: ¿HOLA? ¿HAY ALGUIEN EN CASA? – gritaba repetidamente.

-SEÑOR: vamos, necesito tomarte.

-SARA: espera que miro – repasó cada cuarto, todo menos los balcones, donde me encontraba.

Subieron a su cuarto y pude ver con cuidado como un tipo alto y fornido, de unos 40 años y demasiado bronceado, la seguía por el cuarto. Ya estaban desnudos cuando me “instalé”, Sara sonreía mientras se dejaba acariciar, la polla del tipo, con la luz de sol y totalmente dura, resaltaba, aunque tenía la impresión de que no era tan grande como la mía o la de mi padre. Mi tía se tumbó en la cama abriéndose de piernas, una leve mata de pelo moreno apareció, tumbó al hombre en la cama y comenzó una felación como la que me hizo a mi, pero duró más de 4 minutos, de hecho su polla pareció endurecerse hasta que Sara lo cabalgó, casi sentí su polla atravesar su coño, y el alarido de Sara lo denotó.

-SARA: ¡vamos imbécil, fóllame de una vez ¿o lo tengo que hacer yo todo?!

-SEÑOR: jajaja eres una guarra de cuidado, te voy a follar tanto que te vas a volver loca.

-SARA: ¡ohhhh si……..fóllame…………dios! – el hombre se movía y mi tía vibraba con él.

-SEÑOR: ¿sabes?, me encanta follarme a desconocidas

-SARA: ¡cállate y dame fuerte, ayer me quedé con ganas! – eso me dolió más que verla montando a otro.

Pasaron muchos minutos en que el hombre se deleitó con mi tía, cambiaron a la postura del perrito, y luego mi tía se recostó abierta de piernas con ángulo de 180º, dejándose perforar mientras se pellizcaba los pezones, el hombre no aguantó tanto y se corrió dentro de mi tía de forma salvaje, ella cogía su semen de dentro y lo lamía de sus dedos, mientras jugaban a acariciarse, yo terminé de vaciarme de la brutal paja que me había hecho.

-SEÑOR: dios, me vuelves loco.

-SARA: no ha estado mal, ahora vístete y vete.

-SEÑOR: dame un segundo y te haré gozar – la estaba chupando un pezón con habilidad.

-SARA: he dicho que te largues, puede venir alguien y verte, no quiero dar explicaciones.

El hombre la soltó una palmada en una teta y se fue jurando en palabras inaudibles, me pasé otra hora escondido, como me sentía, invisible, perdido. Me fui a la piscina y nadé un rato, apareció Sara con gesto serio y se sentó en la orilla con los pies en el agua, con un camisón azul claro y amplio.

-SARA: ¿que tal estás?

-YO: bien.

-SARA: oye………lo de ayer…..siento si……….es que estaba muy borracha, no me acuerdo de mucho, pero te debo una disculpa.

-YO: no pasó nada……

-SARA: no es nada personal, desde lo de mi ex ando algo……..estúpida.

-YO: te entiendo, no te preocupes.

-SARA: eres un sol de chico.

-YO: gracias…..pero ya soy un hombre, no un chico.

-SARA: claro que si – su sonrisa dulce me enamoraba a cada segundo, pero su tono fue condescendiente.

Mi madre y mi padre aparecieron por detrás saludando, y entraron en casa sin acercarse.

-SARA: no les digas nada a ellos, no se como se tomarían que bebiera de más.

-YO: descuida…..- el sonido de un chapuzón sonó detrás de mí y Jaime salió entre Sara y yo.

-JAIME: ¿que es lo que no quieres que sepan? – Sara me miró con gesto cómplice.

-YO: nada que te importe.

-SARA: eso, jajajajaja.

-JAIME: así que esas tenemos, eh…..- se acercó a Sara y la cogió por la cintura echándosela encima, cayendo los 2 al agua, de nuevo Jaime la tenia empapada entre sus brazos, y riéndose.

-SARA: ¡que manía tienes de tirarnos al agua! – se alejó unos pasos.

-JAIME: es que estáis preciosas con el pelo mojado, tú pareces una sirena – el camisón se empapó al instante pegándose a su piel y la parte baja flotaba subiéndose.

-SARA: eres un encanto…… – se volverían juntar.

-JAIME: ¿sabes que hacen las sirenas?, bucear……..- Sara soltó un grito corto al verse por el aire y hundirse en el agua por el empujón de Jaime, que luego al agarró dejándola bajo el agua unos segundos, mientras ponía su pelvis en su trasero –….. mira como la gusta.

-YO: suéltala, la vas a ahogar.

-JAIME: no, déjala así, quiero ver como reacciona, si sale riendo es mía, si no, que la den por culo y me busco a otra.

Esperé ansioso, los segundos parecían horas, Sara pataleaba y la sensación era de peligro, quería actuar pero también saber, Jaime se mostraba firme y casi pasado un minuto la soltó, Sara salió cogiendo aire en una bocanada enorme, y los 2 nos quedamos mirándola expectantes, se sujetó el pecho con una mano recuperando el aire, y miró a Jaime…….

-SARA: ¡eres un animal……..! – y le sonrió, Jaime casi salta de alegría, pero lo que hizo fue ir a por ella, que huyó a esconderse detrás de mí.

-JAIME: ¡ven aquí, sirena mía!

-SARA: ¡por favor, Samuel!, ayúdame…..- sus suplicas no escondían la broma, yo estaba perdido viendo como el camisón se le pegaba a los senos.

-JAIME: ¿y quien te ha dicho que él te protege?, ¿y no sea otro cazador de sirenas? – la pillé al vuelo, cogí a Sara, que se vio atrapada entre los dos, la sujeté de los brazos echándoselos hacia atrás mientras Jaime se pegaba a su pecho, de frente.

-SARA: jajaja que malos sois, 2 contra una, ¡ya podréis!

-JAIME: solo estamos jugando….. – la cogió de la nuca y la dobló por el estómago metiéndola bajo el agua, sentí su culo apretarse contra mi erección creciente, y luego Jaime se puso la cabeza de Sara entre la piernas, Sara estaba inmovilizada y moviéndose desesperada, la iba a soltar cuando Jaime me cogió del brazo – ….espera unos segundos, si te sonríe al salir te aseguro que te la follas tú también.

-YO: ayer me la chupó…… – Jaime se sorprendió –…. no duré casi nada, estaba borracha, dice que no se acuerda…….

-JAIME: ya…….está más necesitada que una monja……anda suéltala.

Lo hice y Sara sacó la cabeza de entre las piernas de Jaime, escupiendo agua, doblada con mi polla en su culo y la cabeza a poca distancia de la cintura de Jaime.

-SARA: ¡joder, casi me ahogáis! jajajaja – se giró y se apoyó en mi pecho para coger aire.

-YO: yo……- iba a disculparme cuando Sara saltó sobre mi, caí de espaldas y metí mi cabeza entre sus senos, me pilló desprevenido, no se apartaba y me tenia bajo el agua agarrado, vi como su cuerpo se movía, como una teta amenazaba con salírsele del escote, y como Jaime se colocaba detrás de ella, tratando de “ayudarme” sin perder la oportunidad de pegarse a ella, en tantos gestos que vi como su miembro se le salía de la pernera y se frotaba con los muslos de Sara.

Pasé un milenio allí debajo, hasta que me harté, quise subir pero no me dejaba, así que casi por instinto la mordí una teta, al salir al aire las risas eran dominantes, Sara se sujetaba el pecho, asombrada, y Jaime sonreía.

-SARA: ¡que bruto, me ha mordido……!

-YO: lo siento…..yo…….me ahogaba…y……- me dio un manotazo suave con su sonrisa picara.

-JAIME: me encanta jugar a esto.

-SARA: jaja y a mi, sois unos piratas muy duros, yo soy débil, una flor delicada……- sus susurros casi me conmueven, se pegó a mi pecho cual mujer desvalida y la abracé, me daba igual que mi polla se doblara por la presión de su cuerpo, y a ella igual. En un descuido trató de volver a asaltarme, pero esta vez la cogí de la cintura y la hundí de espaldas, me rodeó, con las piernas, y la vi manotear sobre mi pecho.

La tenia sujeta de la cintura y con una mano la hundía por el vientre, el pecho o el cuello, pasaron muchos segundos y sus gestos se volvían feroces, hasta que sentí un golpe en los testículos, del dolor la solté, y me doblé sobre mi mismo, Jaime se reía mientras Sara, esta vez, vomitaba agua, para luego sonreír.

-YO: ¡me has…….!

-SARA: tú me has mordido una teta………¡en el mar no hay normas, marinero!

Al ir eso, Jaime al atacó, literalmente, la cogió de las muñecas y la arrodilló hundiéndola en el agua, según la postura, la cara de Sara tenia que estar a la altura de su miembro, fue hábil y no la dejó respirar hasta que sin otro remedio tuvo que darle un mordisco a su pene, salió huyendo entre risas y la perseguí, fue cuando mi madre apareció en escena, con los brazos cruzados se reía al borde de la piscina, con el biquini de la playa puesto, de los nuevos más juveniles y atractivos, era naranja y de corte deportivo, con un pareo en la cintura.

-SARA: ¡por dios, hermana!, ayuda, yo sola no puedo con estos 2.

-CARMEN: déjenla muchachos….

-SARA: ¡no seas tonta, no quiero que paren, quiero ganar! – salió del agua mostrando medio seno y con el camisón tan levantado que se le vio un tanga color naranja, la cogió de la mano y la tiró al agua.

-CARMEN: ¡nooooooooo, el pareo!

-SARA: jajaja – se tiró al agua y emergió atacando a Jaime, era una lucha equilibrada, Jaime solo podía con ella, si ella lo permitía, y lo hacia.

-CARMEN: tú, ven aquí ……- nadó hasta mi y trató de hundirme, su pareo era largo, y mojado le impedía moverse, así que se lo quitó, dejándome ver a mi madre en su esplendor, esos biquinis diseñados para jovenzuelas le quedaban de escándalo, tenia menos pecho que mi tía, pero aun así era preciosa, ahora me daba cuenta, antes lo sabia, pero en ese momento me fijaba en ello.

Al atacarme la dejé ganar muchas veces, hasta que a la 5º la pillé de espaldas, y mi miembro la atravesó entre los muslos, metí mi mano entre sus piernas y la alcé tan alto que la saqué del agua, sonrió, la hundí he hice lo mismo que con Sara, la dejaba hundida mucho tiempo, tanto como quería, hasta que la dejaba salir, y como su hermana, sonreía y volvía a por más. Perdí la cuenta del número de veces que sentí sus senos y su culo sobre mi piel, y la de las veces que mi polla se rozaba con ella, se me salía por la pernera de lo dura que estaba, y aun así mi madre no paraba, yo menos.

-SARA: ahora vas a saber lo que es bueno – al girarme vi a Jaime salir del agua y a Sara atacarme, mientras soltaba a mi madre.

-CAMREN: ¡jajaja verás ahora!

Se lanzaron contra mi, no sabía que hacer y aprovecharon para hundirme, tanto tiempo que el agua estaba calmada y pude ver como medio labio del coño de mi tía se había salido del tanga, y como el biquini de mi madre se había movido tanto que se le veía medio pezón. Aquello era demasiado, logré coger impulso de un tirón levanté a las 2 del suelo, las apreté una contra la otra y las hundí a la vez, dejándolas entre mis piernas, mi madre estaba debajo y Sara de espaldas a mi a 4 patas bajo el agua, mi polla la rozaba la piel entre las nalgas, y el movimiento por querer salir no ayudaba, comencé de forma inconsciente a masturbarme contra ella, hasta que sentí la corriente eléctrica y me corrí encima de ellas bajo el agua, las solté asfixiado, y al emerger ambas escupían agua, y se reían, fueron a por mi, pero no podía más.

-YO: tiempo…………no puedo…..estoy muerto……

-CARMEN: ¡ohhh! con lo bien que nos lo estamos pasando……- “y yo”, pero no era solo físico, me sentía mal, avergonzado, ni mi madre ni mi tía parecieron darse cuenta de lo que había pasado.

-SARA: jajaja creo que por hoy hemos ganado hermanita – chocaron sus manos mientras se recolocaban todo.

-CARMEN: vamos a comer.

Era asombroso como Jaime había logrado ganarse tal confianza en menos de 2 días, en una situación normal jamás habría logrado meterle mano a esas mujeres, pero con un simple juego de hundirse que parecía tan inocente, podías cogerlas una teta o que te dieran un mordisco al pene, y que todo fuera normal.

Continuará………

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