Huida.
“Vanesa, Vanesa, Vanesa, me llamo Vanesa”, me lo repetía una y otra vez, me lo llevaba repitiendo desde que me fui de la casa en la playa de Samuel, me lo repetí todo el camino a Madrid, me lo repetía al llegar a mi casa y me lo repito cada vez que pienso en él. Me siento estúpida al recordar un momento a su lado y echarme a llorar, incluso me sorprendo llorando sin motivo alguno, simplemente estoy sentada en la cama, y las lagrimas surcan mis mejillas, allí donde él me besaba o me acariciaba.
Y lo peor es al mirarme en el espejo, al ver mi pelo rizado me derrumbo, aquellos rizos que había llegado a detestar tener, y ahora los odiaba todavía más, me recuerdan a él, a mi tozudo y cabezota caballero de reluciente armadura, a ese maldito imbécil que se ha colado en mi corazón sin pedir permiso. He tratado de alisarme el pelo unas 6 veces, para volver a ser Vanesa, alejarme de este verano y de Samuel, pero no puedo, es superior a mí, me quedó mirándome en el reflejo, con la plancha del pelo en el armario del baño, jugando con mis dedos enredándolos en mis rizos. Huelo el champú de manzana y noto como me reconforta, esa bobada me transporta a la playa con Samuel, a esas largas horas tumbados acariciándonos sin hacer nada más que mirarnos y sonreír. ¿Como he permitido que esto ocurra? No soy una niña tonta enamoradiza, soy una mujer fuerte, independiente y solitaria, ni siquiera mis compañeras de piso de estudiantes saben quien soy, apenas hablo con ellas, no me gusta la gente ni relacionarme, no confío en nadie y creo que el amor es una fantasía, una reacción química del cerebro tan real como la ira, el dolor o la felicidad, y por lo tanto, controlables por el cerebro consciente, y aún así no he podido evitarlo.
Llevo 5 días sin salir de mi casa, no tengo ganas de salir, ni de hablar con nadie, no como y solo apenas bebo agua, me siento como si estuviera colgando en mitad de un precipicio y algo tirara de mi, estoy desesperada pidiendo ayuda a gritos, mientras que a la vez, no dejo que nadie se acerque. Noto un peso incesante oprimiéndome, no hablo de una sensación o una idea, si no que siento un dolor agudo y constante en mi pecho, algo real, y no lo soporto más, no se como hacer que pare, no me veo capaz de hacer nada, mucho menos volver a mi vida, tengo que irme. Llamé a mi trabajo para dejarlo, el que me había buscado para pagarme los estudios de la universidad de psicología donde iba a empezar mi 2º año, a la que también llamé para abandonar, estoy harta del trabajo, del piso, de los estudios, de mi vida y de todo lo que me rodea, me doy asco a mi misma por lo que he hecho, necesito alejarme, pienso que si pongo distancia con todo me sentiré mejor, o al menos eso espero.
Estoy cayendo, mi vida entera ha sido un descenso descontrolado, he aprendido a sobrellevarlo y moverme sin apego a nada ni a ha nadie. Soy huérfana, mi padre nos abandonó, ni lo recuerdo bien, y mi madre murió de cáncer cuando yo tenia 11 años, he ido rebotando de una casa en acogida a otra hasta ser mayor de edad, nadie se ha preocupado por mi, ni me han demostrado el más mínimo interés o cariño, no importa, se vivir de esa forma, lo he hecho siempre, me he forjado una careta, un escudo que me protege ante todo, estoy acostumbrada a ser así, pero ahora………..Por fin había encontrado a “esa” persona, que paró mi descenso, me cogió la mano y me hizo sentir segura por primera vez en mi vida, vio a través de mi mascara y no se asustó, sentía en su mirada que no me fallaría jamás, que me quería y que me amaría para siempre, que estaría dispuesto a darlo todo por mi, y fui tan estúpida que solté su mano, por miedo, tenia pánico a que descubriera quien era y dejara de quererme, no me quedó otro remedio, tuve que obligarle ha hacer algo tan sórdido que me convenciera a mi misma, y a él, de que no me quería, y así tener una excusa para marcharme.
Podría haberlo aguantado todo, desde como le conocí hasta que le obligara a acostarse con su madre, pero lo de Marta…….verle entrar por esa puerta fue más doloroso de lo que nunca pude imaginar, me quedé en la puerta oyéndolos hablar, quise darme la vuelta y salir corriendo para ver que ocurría desde el balcón, pero no me atrevía, solo escuchaba sus voces, ni les entendía. Mi cuerpo y me mente me pedían a gritos que abriera la puerta, le pidiera que parara y dejarme caer en sus brazos, decírselo todo y que ocurriera lo que tuviera que ocurrir, pero no lo hice. Pasados unos minutos comencé a escuchar a Sara y a Marta gemir, y la sola idea de ver a Samuel con Marta me volvió loca. Me fui, auto convenciéndome que era lo correcto para él, avisé y me vinieron a buscar, le dejé una nota y mi móvil, así tendría algo con lo que recordar a esa tonta de los rizos que tanto le gustaba, y no al monstruo que lo abandonó.
Pero el pasado es implacable, hace un rato me llamó mi jefa, por lo visto ya tiene preparado todo lo que le pedí para irme, y necesita que vaya en una hora a las oficinas, así que aquí estoy, delante del espejo un maldita vez más, con la plancha del pelo en la mano, tratando de recomponer los trozos de mi vida que me quedan para no parecer el ser asustado, débil y angustiado que soy. Logro plancharme el pelo, y eso me da cierto confort, dejo de llorar y me visto para ir por última vez a mi trabajo, decido ir con unos vaqueros y una camiseta a rayas blancas y azules debajo de una chaqueta negra por encima, con unos zapatos sencillos y elegantes sin mucho tacón, por un instante me pongo las gafas de pasta, y me vuelvo a echar a llorar, las dejo en su sitio y me maquillo de forma grosera, quiero ocultar quien soy al mundo. Vienen a buscarme con un coche de lujo, el mismo que me trajo sollozando de Valencia, respiró hondo al llegar y ver a mi jefa abajo esperando, hago acopio de fuerzas y me bajo a saludarla.
-YO: hola…………. Madamme.
-MADAMME: ¡hola bonita!, me tienes preocupada – extiende su mano como si fuera una reina, como hacia siempre, se la cojo y la dedico una falsa sonrisa.
-YO: lo siento……es que estoy algo cansada.
-MADAMME: no solo es eso querida, ¿seguro que quieres dejarnos? Eres de las chicas más prometedoras que he tenido, en este año has ganado mucho dinero, y me lo has hecho ganar.
-YO: si…….de verdad que la pido disculpas, pero necesito alejarme de todo.
-MADAMME: como desees, aunque quiero que sepas que siempre tendrás un lugar aquí.
-YO: gracias, pero no tengo intención de volver……- pretendo mostrarme firme pero esa mujer te lee el alma.
-MADEMME: mi dulce niña, este último trabajo te ha afectado más de lo que pensaba….. ¿que ha ocurrido?
-YO: que he cometido el mayor error que se puede cometer en este trabajo, por favor, solo necesito mis cosas, y me marcharé.
-MADAMME: como quieras, lo tiene todo uno de mis chicos en el coche, te llevará donde necesites.
-YO: muchas gracias, me sorprende lo comprensiva que es.
-MADAMME: jajaja digamos que desde hace un par de años alguien me ha hecho ver el mundo de una forma diferente………….en fin querida, si quieres puedes irte ahora, pero deja que te pida algo antes de marcharte, no estás obligada a nada, ni nada te ocurrirá si te niegas.
-YO: pues dígame.
-MADAMME: debido a tu….cambio de parecer en las condiciones, el cliente está confuso, y desea hablar contigo para saber por qué.
-YO: ¿está aquí?
-MADAMME: aún no, pero si aceptas, se pasará en media hora, será arriba, y con mis chicos vigilando, para evitar problemas, os veréis a solas aunque me gustaría estar presente.
-YO: no me apetece verle.
-MADAMME: como te digo, no estás obligada, pero parecía muy molesto con tu trabajo.
-YO: ¡hice lo que pidió!
-MADAMME: han surgido complicaciones derivadas – “¡y a mi que más me da!”, estoy a punto de decirla que no, e irme, pero algo me retiene, la curiosidad, de golpe necesito saber que le ha pasado.
-YO: está bien, y después me voy, se acabó todo.
-MADAMME: perfecto, subamos y llamo al cliente.
La sigo al edificio de oficinas a su espalda, y subimos en el ascensor, hasta la última planta, Now Servies S.A, al subir Madamme le tira el abrigo a la recepcionista y deja ver su voluptuoso cuerpo en un vestido de noche exuberante y que la hace ver arrebatadora, con una cola de caballo en el pelo. Deja a sus acompañantes en la entrada, 2 castillos del este con trajes baratos, y me acompaña hasta una sala de reuniones donde espero sentada junto a ella. Pasados los 30 minutos Madamme recibe un mensaje y me mira.
-MADAMME: está subiendo.
-YO: perfecto, si es posible……..¿puedo verle a solas?
-MADAMME: como prefieras, estaré cerca con mi chicos, si pasa algo raro avísame.
-YO: no creo que pase nada, pero no te aseguro que el cliente salga contento de aquí.
-MADAMME: a nosotros ya nos ha pagado, y a no ser que recapacites, no nos debe nada, así que siéntete libre de expresarte – se agacha y amaga darme 2 besos, pero no me llega a contactar, y se va contoneando su enorme trasero.
Respiro profundo, me tiemblan las manos y no se como actuar, tengo que ser firme o me comerá, no me resultaría difícil en circunstancias normales, pero ahora mismo no soy yo. Espero unos 5 minutos, oigo el ascensor y a Madamme charlando con un hombre de voz potente y contundente, escucho como se acercan y me pongo en pie. Al abrirse la puerta carraspeo y veo a Madamme invitando a entrar a un hombre, le conozco pero no le he visto nunca en persona, tiene 50 años, poco pelo y blanco, con barriga prominente y bien trajeado, pasa a la sala sin casi mirarme y cierra tras de si la puerta. Coge aire cansado y me mira, no solo eso, me analiza, leo en sus ojos como intenta ver algo a través de mi piel, y mi poca fuerza de voluntad se disminuye ante aquel rostro inexpresivo, frío y duro. Extiende su mano y al dársela me la agarra con ambas manos, siento su aspereza y su fuerza más allá de lo físico.
-HOMBRE: encantado, soy Roberto….el padre de Samuel.
-YO: se quien es.
-ROBERTO: ¿y tu nombre es……? Vanesa, creo recordar….
-YO: así es….- quiere molestarme para soltarme la lengua.
-ROBERTO: pues un placer, por favor, siéntate – me suelta la mano y rodea la mesa para desabrochar la chaqueta del traje y sentarse frente a mi, me siento, cruzándome de piernas y brazos, tratando de que no se note mi enfado.
-YO: usted dirá, es quien ha pedido la reunión.
-ROBERTO: veo que estás molesta conmigo…..
-YO: por lo visto no soy tan buena ocultando mis sentimientos……. no tengo tiempo para charlas, ¿que quiere?
-ROBERTO: al grano, perfecto…….cuando contraté los servicios de Madamme, estipulé que no quería saber nada del como y el por qué, solo pretendía saber si me tenia que preocupar de la casa de la playa.
-YO: haberse quedado….
-ROBERTO: mi trabajo es vital y cuando nos dan un caso grande no tengo tiempo que perder, el que me ocupó este verano sale en todas las noticias, sin duda sabrás del caso…..- le corté tajante.
-YO: me da igual su trabajo.
-ROBERTO: está bien, sea como fuere, al irme de la playa sabia lo que iba pasar, al contrario de lo que se creen en mi casa, no soy idiota, tengo ojos, y tras un mes viendo como el amigo que Samuel que se había llevado, Jaime, le tiraba los trastos a mi mujer y a su hermana, sin mi allí sabia lo que iba a pasar, conozco a mi mujer desde que tenia 17 años y me costó mucho convertirla en la mujer que es, son 24 años de matrimonio donde he aprendido que no puedo dejarla sola ni 1 semana, casi se tira al que trae la compra, y cada vez que me alejo unos días tengo que regresar, o cortar de raíz, por que está tonteando con algún aprovechado, si es que hasta la dejé un fin de semana con su hermana y terminó acostándose con ella, Sara es ……..perturbadora en ese sentido….…. ¿2 meses sin mi, con Jaime y Sara, La guarra de Sonia, la amiga de mi dulce hija, y el único que podría hacer algo era el enclenque de mi hijo? O hacia algo o antes del verano perdería a mi mujer, así que contraté a alguien para que vigilara.
-YO: a mí.
-ROBERTO: exacto, solo ver que ocurría, y para ello necesitabas acceso, pagué tu estancia en una casa cercana, y nada más sencillo para entrar que usando a Samuel, dios sabe que le quiero, pero es una persona débil y acomplejada, con unos ligeros consejos cualquiera se lo ganaría, bastaría con una mujer fuerte, directa e inteligente, que le hiciera sentirse especial.
-YO: y así fue – me duele reconocerlo.
-ROBERTO: correcto, cuando pasó la 1º noche y volviste, pedí un informe no muy detallado a Madamme, y me dijo que…….en finas palabras….necesitaba controlar la situación, así que te mandé de vuelta con un solo propósito, fuera como fuera, asegurarte que mi familia regresaba a casa.
-YO: así ha ocurrido.
-ROBERTO: si……..pero en casa están pasando cosas que no me gustan.
-YO: ¿el que? – “quiero saber, necesito saber como está”
-ROBERTO: digamos que los que han vuelto son mi familia, pero se comportan de forma diferente, hasta mi mujer, la he notado estos días más liberal de lo que me gusta, pero se manejarla….es una gata adiestrada durante muchos años, unas miradas firmes, dejarla satisfecha cada noche y vuelve al redil…..pero el resto……sabia que su tía Sara iba a revolucionarlo todo, pero ahora no sé si es solo ella, o si pasó algo más allí……. el amigo de mi hijo me llamó hará un mes y me dijo que Samuel le había echado de casa, y que una loca de ojos azules le estaba comiendo la cabeza, supongo que eres tú.
-YO: Jaime es un imbécil.
-ROBERTO: tal vez, pero no es relevante para el caso, lo que me interesa es que ahora, de golpe, tengo en casa a una mujer alterada a la que tengo que controlar, una cuñada recién divorciada que desestabiliza el orden de todo, y de remate, 2 hijos que no reconozco, una hija que era perfecta, y ahora se quiere hacer bollera, dice que está harta y que se irá de casa si no acepto su….. “condición”, para colmo Sara y Samuel la apoyan, y si no doblo la rodilla, Sonia ya la está diciendo que se van a vivir juntas. Por otro lado un hijo, que era un mierdecilla sin agallas que lleva desde que regresó llorando en la cama por ti, y ante mi asombro, solo se levanta para dedicarse a discutir mi autoridad, cuando en la vida jamás se hubiera atrevido ni a alzarme la voz….. – no puedo evitar una sonrisa al oírlo -….para colmo, cuando voy a pagar por tus servicios, Madamme me dice que al final solo tengo que pagar la mitad, no me quejo, pero cuando pregunto por qué, me dice que la chica que hizo el trabajo renuncia a su parte del dinero, sin motivos aparentes……
-YO: ¿es una pregunta? – gano tiempo, que Marta se hiciera lesbiana me confunde, si Samuel hizo su parte no tiene sentido.
-ROBERTO: no…….jejejeje……no, no lo es, verás, no quería saber que había pasado allí, pero ante los acontecimientos…..no me queda otra que preguntar, ¿que diablos pasó en esa casa?
-YO: usted quería que su familia volviera a casa completa, y así ha sido, me ocupé de ello.
-ROBERTO: ¿como?
-YO: hacia falta mano firme, solo eso.
-ROBERTO: ¿y quien la impartió?
-YO: pues el enclenque, el débil y acomplejado, y el mierdecilla sin agallas……..su hijo.
-ROBERTO: jajajjaja por favor chiquilla, no me hagas reír, ¿él?
-YO: si, él, ¿tan difícil de creer le resulta? – me duele en el orgullo que no me crea.
-ROBERTO: no se atrevería ni a cruzar la calle sin mi permiso, ¿y quieres que crea que puso mano dura? jajaja es cierto que antes me gustaba la idea de que aprendiera, y mostrara, algo de carácter, casi no parecía hijo mío, pero ahora está descontrolado.
-YO: es mucho más fuerte y listo de lo que usted cree, solo necesitaba un empujón – deja de reírse de golpe.
-ROBERTO: ¡pues te has pasado 4 pueblos con el empujón, ahora no me respeta, y se ha puesto del lado de su hermana en su locura tortillera, su tía dice que ayudaría a mi hija a marcharse, si no cambio de actitud! ¿Te lo puedes creer? ¡No voy a permitir eso en mi casa!
-YO: si quiere gritar a alguien, vaya con su mujer, puede que hasta la excite, pero yo no estoy a su cargo, ni le tengo ningún miedo, ni me merece respeto alguno, ¿que tipo de persona deja a su familia vendida en unas vacaciones que él mismo obligó a tomar, para luego meter a un lobo entre corderos, usando a su propio hijo como cebo, para seguir manipulando a sus seres queridos como quien juega al ajedrez?
-ROBERTO: no voy a recibir lecciones de moralidad de una……- “puta, dilo” – …mujer como tú, no entenderías lo que es ser un hombre de verdad.
-YO: jajaja por favor, ahora no me haga reír usted a mí.
-ROBERTO: escúchame niñata de mierda, a mi me tratas con respeto.
-YO: le trato como me salga de las narices, el respeto se gana, no se impone, su hijo ha demostrado ser 10 veces mejor hombre que usted.
-ROBERTO: ¡ahhhhhhhhh! así que era eso…….la puta se ha enamorado de mi hijo – me pongo me pie furiosa, pero recuerdo que no ha dicho ninguna mentira.
-YO: ¿y que más da?
-ROBERTO: importa si quieres renunciar a tu parte del pastel, esperando dar el braguetazo con el idiota de mi hijo, si pretendes sacarme un solo €, entérate de que no vas a lograr…..- me doy la vuelta, abro la puerta para salir-….¿donde cojones te crees que vas? ¡No he terminado de hablar!
-YO: que crea que lo que busco es dar un braguetazo me indica el tipo de persona cínica y perversa que es usted… – me vuelvo a girar a él – …si quisiera hacerlo no tendría más que haber dejado de tomar la pastilla, y haberme quedado embarazada en una de las decenas de veces que su hijo me ha hecho ver las estrellas cada vez que hacíamos el amor…. – para cuando llego a la mesa a su lado, se recuesta en la silla sin mirarme –…. quizá otra lo hubiera hecho, y si sacaba beneficios puede que también lo hiciera yo, pero Samuel no se merece eso, es el hombre más bueno y decente que he conocido en mi vida. Usted no sabe lo que ha tenido que llegar ha hacer para mantener unida a su familia, y no se merece una vida tan destructiva por su culpa, y no se merece a alguien tan sucia y rastrera como he tenido que ser con él, Samuel se merece algo mucho mejor de lo que yo puedo ofrecerle, y desde luego, de lo que usted le ha dado, rezo a dios por que sea capaz de encontrar a una mujer que esté mínimamente a la altura del gran hombre que es, y pueda alejarse de sus garras, Don Roberto – le beso en la mejilla y trato de no llorar antes de salir de la habitación.
-ROBERTO: ¿a donde vas?
-YO: me voy, lejos, no se preocupe, no volverá a saber de mí.
Salgo a paso ligero por el pasillo tratado de mantener mi compostura, Madamme sale a mi encuentro y me para en seco, yo solo miro el ascensor, quiero salir huyendo, pero me tiembla el cuerpo entero, me lleva a otra sala y me da un té caliente mientras trata de consolarme, se lo agradezco pero tengo que salir de allí, cuando puedo caminar salgo disparada mientras Madamme avisa al chofer de abajo. Según voy bajando por el ascensor y escucho el sonido de la campanilla de cada piso estoy más segura de tener que irme, como una cuenta atrás.
Se abre la puerta del ascensor y bajo unos peldaños, levantó la mirada secándome las lagrimas, y le veo en la puerta de la entrada, “¡no, él no, ahora no!”, pienso al ver a Samuel allí plantando, va con un pantalón de vestir marrón y un polo rojo, está de pie sujetando la puerta para dejarme pasar, “no me ha reconocido, ¡el pelo, claro, no llevas los rizos!”, agacho la cabeza y paso a su lado murmurado un gracias, mi brazo se roza con su pecho y siento que me voy a desmayar, paso de largo, “¡que no me reconozca, por favor, que no me vea!”, estoy saliendo por la puerta, no me ha visto.
-SAMUEL: huele a………….¡MANZANA! ….– me paralizo, al dejar de moverme un mechón de pelo me roza la nariz, y lo noto la esencia como ha debido de olerla él, “¡el maldito champú!” -…… ¡VANESA!
Echo a correr sin saber hacia donde ir, al girarme veo a Samuel tropezando con el marco de la puerta al salir a la carrera detrás de mi, esta gritando mi nombre, me ruega que pare con la voz rota y gallos agudos, se rehace del golpe y me está alcanzando, veo el coche de lujo y a una de las moles de Madamme, que al verme correr se pone alerta y corre hacia mi, pero no llega a tiempo. Samuel me alcanza antes, y me coge del brazo, me suelto de un manotazo pero me vuelve a agarrar, y me encara, no quiero mirarle a la cara.
-SAMUEL: ¡así que por esto quería que viniera con él, ¿no?! ¡Trabajas para mi padre!
-YO: ¡no….para……..déjame!
-SAMUEL: ¡contéstame!, ¡¿trabajas para él?! ¡¿Así se aseguraba de controlar la casa?! ¡De tener a su mujer vigilada ¿eh?! ¡Me ha usado para meterte en esa casa y así darle informes detallados! – mis peores pesadillas se hacen realidad, me zarandea y me hace las preguntas que tanto miedo me daban, lloró de rabia por que ahora se que no me querrá jamás, ¿como podría quererme después de esto?
-YO: ¡suéltame Samuel, ya basta por favor!……- quiero soltarme pero no lo consigo, no es que no pueda, es que no quiero, por raro que sea vuelto a estar en sus brazos, como tanto deseo.
-SAMUEL: ¡“te he mentido tanto”, eso decía la nota, ¿a esto te referías? ¿A que nunca me quisiste?, ¿a que nunca me has querido?! ¡Has jugado conmigo y con mi familia!, ¡DIOS! ¡Las cosas que he hecho por tu culpa, y todo por que te mandaba mi padre!, ¡Espero que hayas cobrado bien, te mereces hasta el último céntimo, ¡mírate! ¡¿Donde están tus gafas?! ¡¿Y tu pelo?! ¡¿También eran tan falsos como tú?!
La mole llega, le cuesta separarnos, me quita a Samuel de encima y le inmoviliza agarrándole por detrás, mientras no deja de repetirme las mismas preguntas, con la voz quebrada, braceando para liberarse inútilmente. Me siento mareada, asfixiada, me tengo que apoyar en un coche para no caer a la acera, mientras no puedo dejar de mirar con ojos vidriosos como Samuel lucha por zafarse.
-SAMUEL: ¡Dímelo, necesito saberlo, tu pelo, las gafas, tus caricias, ¿todo era falso?! – lo repite hasta la saciedad, me llega a taladrar el cerebro.
-YO: ¡Para! te vas ha hacer daño.
-SAMUEL: ¡Más del que me has echo tú, lo dudo! ¡Eres una maldita zorra manipuladora!
-YO: yo no pretendía que ocurriera esto.
-SAMUEL: ¡¿Y que narices pretendíais que pasara?! ¡¿Que me obligaras a todo aquello y cobraras sin saber nada más de mí?! ¡Te fuiste abandonándome y dejándome creer que había sido culpa mía, que había hecho algo mal! ¡Y la verdad es que me has usado y manejado a tu antojo solo para ganarte un sueldo! ..– su mirada hace que me sienta peor aún de lo que creía que podría sentirme, pero debo ser fuerte, por él. Forcejea sin parar llegando a quedarse sin aire de tanto luchar -…. ¡¿y tus rizos?, ¿eh?, ¿donde están las gafas y tus rizos?! ¡ME HAS DESTROZADO LA VIDA!- “que me odie y así todo será más fácil”.
Me pongo en pie, y trato de serenarme, me parte el alma verle así pero no quiero que él se de cuenta, dejó que me vea a su lado para que se calme y me coloco de frente, acerco mi mano para acariciar su mejilla, al sentir su cara en mis dedos noto como me late el corazón a un ritmo vertiginoso, él cierra los ojos dejando de decir que no con la cabeza, y busca mi brazo con sus labios, me besa en la muñeca y me mira de nuevo.
-YO: no seas estúpido Samuel…..nada fue verdad, las gafas no estaban graduadas, solo estaban pensadas para darme un aire intelectual, tu padre nos dijo que así seria más fácil, todo lo que pasó fue para que tu familia regresara a casa, y nada más, ¿Acaso crees que alguien se deja entrar así en una discoteca? ¿O que veía normal lo que pasaba en tu casa? ¿Que se deja manosear por Jaime o te ve con las demás sin ponerse celosa? Era todo falso.
-SAMUEL: ¡no te creo!, tú te ponías celosa.
-YO: mentira, la única que me daba celos era tu hermana, y me fui cuando te acostaste con ella…….- me miró como si viera un ángel.
-SAMUEL: ¡no lo sabes! jajajaja no me acosté con Marta.
-YO: no trates de engañarme, estaba al lado de la puerta cuando entraste, y después de que hablarais……..os escuché follar.
-SAMUEL: ¡Serian mi hermana y Sara cuando me fui tras hablar con ellas!, traté de convencerla para que regresara a casa, y que le contaríamos juntos a mi padre lo de su homosexualidad, ¿por que te crees que está tan enfadado? Pierde a su niña bonita, y busca culpables.
-YO: ¿entonces no pasó nada?
-SAMUEL: NO……no podía……hice muchas cosas de las que no estoy orgulloso pero no pude hacerle eso a ella, ni a ti, sabiendo cuanto te dolía, pero cuando regresé ya no estabas, te perseguí con la moto hasta donde dio la gasolina, y llevo 3 días volviéndome loco pensando en todo esto, hasta que mi padre me ha dicho que le acompañara hoy, sabe que he hablado con sus compañeros de trabajo, sabia que me olía algo, y el muy cerdo quería que te viera para que así me enterara de quien eres, quiere devolverme a mi caparazón y seguir siendo el hombre de la casa, ¡Para que supiera que no me quieres! – saber que no hizo nada con Marta me llena de felicidad, y que lo hizo en parte por mi me trastoca más allá de lo que puedo entender, “tengo que hacer que me odie, tiene que dejarme ir, no le merezco, le he hecho demasiado daño”.
-YO: pues es así, las caricias, los besos y las carantoñas, todo estaba planificado, pensado y guiado para darme acceso a la casa, tú…..tú no me importas nada Samuel, no te quiero, eras solo un trabajo más – quiero sonar convincente, necesito que me crea y que dejé de luchar por mi.
-SAMUEL: ¿y por que lloras?…. – me toco la cara y veo las lagrimas brillantes en mis dedos, cruzamos nuestras miradas unos segundos, mi escudo se desmorona, y él lo ve –….puedes mentir cuanto quieras, has demostrado que se te da muy bien Vanesa….pero te veo, te lo dije, se que me quieres, todo lo que pasó no fue mentira, lo sé en el fondo de mi corazón, no se pueden fingir las horas de miradas juntos acariciándonos, como me mirabas al jugar con tus rizos….- tengo que ser tajante.
-YO: ¡Maldito cabezota, no entiendes que no fue real!, asúmelo, ni siquiera me llamo Vanesa, es solo un nombre de batalla, ¡Y mis malditos rizos!……. ¡JODER!….yo odio mi pelo.
-SAMUEL: ¡Me da igual!…- lo grita lleno de ira -…….me da igual……- pero lo dice casi murmurando, dándose cuenta de ello a la vez que lo repite – ….…me da igual tu nombre, o lo que ocurrió, tus rizos me enamoraron desde que te vi, estoy…………..estoy enamorado de ti, y quiero que lo sepas, me da igual……me da igual mi padre o mi familia, no quiero nada, salvo estar a tu lado …- “no, eso no, no me hagas esto” – … te lo perdono todo….todo aquello que has hecho, TODO, pero deja que me quede contigo, por que te quiero…..te quiero, te quiero y lo diré mil veces más hasta quedarme afónico – “¡CALLA, maldito idiota, cállate, tú no puedes quererme, debes odiarme!”
-YO: ¡Ya basta!, no te hagas esto, nunca funcionaríamos, tú tienes a tu familia, y una buena vida, yo estoy sola, nadie me pagará los estudios como a ti, necesitaba dinero, solo eso……te……te lo dije, te dije que era venenosa.
Por fin deja de moverse, la mole suspira, estaba teniendo serios problemas para sujetarle, Samuel cierra los ojos y apoya la barbilla en su pecho, inhala profundamente pro la nariz soltando el aire de una sola exhalación por la boca, y parece calmarse, creo que está aceptando la situación. Abre los ojos y me mira a los míos, siento como me desnuda el alma, y suelta una carcajada que va creciendo poco a poco, se vuelve contagiosa, la mole casi se ríe y yo sonrío sin entenderle, cuando deja de reírse alza la cabeza hasta casi arrastrar a la mole, hace un esfuerzo descomunal y pone su cara a centímetros de la mía, está tan cerca que tengo que levantar la cabeza para mirarle a los ojos, durante unos segundos eternos no dice nada.
-SAMUEL: y yo te dije que aunque supiera que iba a morir, volvería a besarte……. – estira el cuello tan rápido que no logro evitar sentir sus labios en los míos, y no solo no lo evito si no que le sujeto del cuello y me mantengo en vilo devolviéndole el beso, hasta que la mole le vuelve a alejar unos instantes más tarde, con un sobre esfuerzo -… ¡ESO!, ¡eso no era mentira!
“Maldito cabrón, le amo, le quiero y ahora lo sabe”, me pongo a dar vueltas sobre mi misma, tengo la cabeza hecha un lío. Quiero, deseo y puedo quedarme a su lado, pero no lo entiendo, no comprendo como, pero me quiere a pesar de todo lo que le he hecho, me ve tal como soy, sin más mentiras ni falsedades ni engaños, y aún así, está dispuesto a todo……..no …..no puede ser…..no merezco esto, él puede tener a alguien mejor que yo, alguien bueno y cariñoso, que no le mienta ni le manipule como he hecho yo, debo irme.
-YO: nos vamos, asegúrate de que no nos sigue, pero vámonos.
Veo como la mole le gira para quedarse de cara a él, Samuel me mira a mi, no dice nada, solo sonríe, sabe que le quiero, y eso es suficiente, nada de lo que diga o haga le hará cambiar de opinión. La mole le da varios puñetazos en el estomago hasta que lo dobla y lo deja en el suelo tirado, la mole se aleja y se mete en el coche.
-SAMUEL: dime………cof cof…..dime……cof …..dime tu nombre……cof …..al menos dame eso…..- trata de ponerse en pie pero el dolor no le deja.
-YO: lamento todo el dolor que te he causado.
-SAMUEL: no…cof…….yo no – logra cogerme de la mano, la aprieta con fuerza, la acaricio con los dedos y me cuesta toda mi voluntad soltarla.
-YO: adiós Samuel, no me sigas, no me encontrarás.
-SAMUEL: jajajjaajacof….cof……cof…….no dudes cof….cof….no dudes ni por instante que te encontraré jajajaja cof….cof….jamás me rendiré.
Un escalofrío me recorre todo el cuerpo al mirarle a los ojos cuando me lo dice, se ríe por que él sabe que no quiero que se rinda. Me alejo unos pasos de espaldas para tener una imagen suya antes de marcharme.
-YO: Amanda…………mi nombre es Amanda – no se por qué se lo digo, solo quiero que lo sepa.
Me giro para meterme en el coche, le veo gatear, “¡no, no te levantes, quédate ahí!”, no me hace caso, se arrastra a duras penas, no puede ponerse derecho, y tropieza al caminar, pero se acerca. No puedo dejar de llorar al verle seguir intentándolo una y otra vez, por fin arranca el coche cuando está a apenas unos pasos, mi mente se divide, una parte quiere que el coche acelere y otra le anima para llegar hasta mi. Por fin nos movemos, la última imagen que veo es a Samuel doblando, con cara de sufrir un infierno, tirado en la acera, y mirando al coche desolado. El coche acelera y dejo de verle al doblar la esquina.
Trato de cogerme las manos para que dejen de temblar, pero es inútil, la que tiembla soy yo. Veo como las lagrimas caen sobre mi regazo mientras el coche avanza y le deja atrás. Caigo sobre el asiento y no paro de llorar hasta que el coche se detiene en mi casa, tardó una hora en hacer las maletas y marcharme. Me llevan al aeropuerto, donde ya tengo reservado un vuelo gracias a Madamme, con una mochila que contiene mi nueva vida, y el número de cuenta con todos mis fondos ingresados, cancelo todas mis tarjetas, mis contratos y mis cuentas en redes sociales, corto todo contacto con cualquiera que me haya conocido, y me marcho lejos.
No se cuanto tiempo pasa ni me importa donde estoy, encuentro un trabajo de camarera por las mañanas y estudio por las tardes para seguir mi carrera. No tengo vida, soy un fantasma que va del trabajo a la universidad, y de allí a casa, no hablo con nadie ni tengo amigos. Trato de seguir con una vida normal y olvidarme de todo, pero no puedo.
Muchos chicos se me acercan y tratar de ligar conmigo, pero siento una profunda repulsión por ellos, unos son guapos, otros feos, unos son amables y otros cariñosos, otros son hoscos o soeces, me da igual, todos salen perdiendo, les comparo con Samuel y ninguno me vale, ¿como podrían?
Samuel fue el chico que tuve que enamorar, y terminé enamorándome de él, alguno que conozca la historia dirá que fue por la emoción del momento, y por como me hacia el amor de tal manera que me hacia sentir como al entrar por las puertas del cielo, pero no, fueron pequeños detalles que se sumaron uno tras otro.
Que tuviera que parecer inteligente con las gafas era solo inicial, aquella primera hora hablando con él en la discoteca de cosas mundanas me hizo ver que estaba ante alguien diferente. La mañana después de ese día, me trajo el café y se mostró tan tímido como asustado al no saber como moverse en esa situación. Aquella 1º foto que puse de perfil cuando le llamaba y que puso de fondo en su móvil. La 1º cita el día que regresé, su forma de hablar y de moverse, tan sincera y tan inocente, apenas se atrevía a tocarme y cuando lo hacia era tan dulce que me derretía, su forma de mirarme tomando mi helado favorito, o como me subió en brazos a mi cama, y en vez de aprovecharse de mi, como era mi plan, me dio un beso en la frente, me susurró un “buenas noches princesa” y se marchó, eso me desesperó por que aún no comprendía que me quería de verdad. Como fue metiéndome en su vida cuidando de que Jaime no se aprovechara de mí, anteponiéndome a su propia familia. Su miedo real a perderme, y como aquello fue cambiando su carácter. Como aceptó tener que hacer lo que debía para unir a su familia, y hacerlo pese a no quererlo, le obligué y al final lo hacia por mi. Como se enfadaba cada vez que le mandaba a acostarse con Sonia o con Sara, y regresaba a mi cama cada noche, me abrazaba y se quedaba dormido en mis brazos sin querer nada más de mi que cariño. Como me defendió de Jaime y se encaró con 3 chicos en una discoteca, dispuesto a todo, por que simplemente me estaban molestando. Que al final no se acostara con su hermana Marta por que me importaba de verdad, que llegara a ver que me importaba de verdad, pero además por que también lo decidió él, tomando el control de su vida. Sus melosas y empalagosas frases de película que me arrancaban mi escudo y me hacían mostrarme con él tal como soy. Como me miraba, esa forma de observarme, entre la incredulidad y la adoración. Me sacaba que quicio lo cabezota que era, y en el fondo me gustaba que lo fuera.
Y aquellas interminables horas acariciándonos, sentir sus dedos en mi espalda, y como tiraba de mis rizos…….mis odiados rizos….le di todo lo falso que pude para que se enamorara de mi, le mostraba mis pechos, me quedaba desnuda en su cama, mi forma de vestir, de actuar y de comportarme con él, todo era falso, hasta mis gafas de pasta, podría haberse enamorado de todo ello o de cualquier otra cosa, podría haber dicho mil aspectos de mi que podrían haberle engatusado, pero el muy imbécil me dijo que se enamoró de mi por mis malditos rizos, la única parte real y sincera de mi que no podía evitar mostrarle, algo que he llegado a odiar y detestar de mi misma, era lo que más le gustaba de mi.
Me paso el día entero pensado en ello, mirando a una pareja junta besándose, o a otra de la mano por la calle, pienso en lo que he perdido y me parece justo el castigo. Fui manipuladora, fría y cruel con la única persona que ha llegado a amarme tal como soy. Yo misma me desprecio y no entiendo que vio él en una ser como yo, que pese a saberlo todo, seguía luchando por mí. Y pese a ello, de ser consciente que no lo merezco, anhelo estar a su lado, cada vez que una persona grita un nombre, o me sobresalta alguien, mi corazón se acelera esperando que sea él, cada vez que me suena el móvil, o llaman a la puerta creo que es él, que por fin me ha encontrado, que no se rindió y ha estado todo este tiempo buscándome, y viene a rescatarme de mi propia miseria, que a dejado todo atrás y aparece solo con una maleta a empezar una nueva vida junto a mi. No puedo evitar ilusionarme, pese a que en el fondo no deseo que ocurra, por que sé que no puede ser verdad, nadie puede quererme de esa forma, y menos alguien tan bueno como él, se habrá cansado de perseguirme y estará haciendo su vida olvidándose de aquel verano.
Así que alzo la mirada ansiosa y veo que saludan a otra persona, me giró acelerada a ver quien se asoma por la calle y reconocer a alguien que no es él, contesto al móvil ilusionada hasta que oigo una voz que no es la suya, o abro la puerta esperanzada, para desilusionare al ver que Samuel no ha sido quien llamó.
Es mi castigo, y lo acepto, me tengo que convencer a diario de que fue una locura, y que no habría funcionado, me repito que fue lo mejor para Samuel, por que si no lo hago, y me doy cuenta de que le dejé sin una razón, me sentiré el ser más miserable de la tierra. Al menos me aparté de su camino para que pudiera tener una buena vida.
Estoy en casa, una aburrida noche más, la puerta suena, y como una tonta vuelvo a pensar en él, me atuso el pelo rizado que ya no puedo, ni quiero, quitarme, me recolocó el escote bajo el top ceñido azul claro y me miro en el espejo para verme guapa con unos shorts negros, por que “tal vez sea él”, respiro profundo y abro la puerta del tirón, de puntillas doy un salto y me vuelvo a desilusionar una vez más, es el repartidor de la comida que había pedido.
-YO: ah hola…..- me da la bolsa -… ¿está todo?
-REPARTIDOR: si…..un kebab y una bola de helado de leche merengada, ¿no?
-YO: si……gracias……¿cuanto es?
-REPARTIDOR: son …….6€.
-YO: aquí tiene – le pago y me da el ticket, pero se queda mirándolo.
-REPARTIDOR: espere, usted es la del helado, ¿no?
-YO: si, ¿ocurre algo?
-REPARTIDOR: nada, es que se me olvidaba, un tipo me ha dado esto para usted – me da otra bolsa, la abro y siento un hormigueo por todo el cuerpo, es un champú de manzana con una etiqueta “Solo para pelo rizado”, se me cae la comida con el helado al suelo.
-YO: ¡¿Quien le ha dado esto?!
-REPARTIDOR: no lo sé, un chico…….es la comidilla de los restaurantes de la zona, lleva semanas dando vueltas, paga bien por avisarle cuando alguna mujer pide una bola de helado de leche merengada, en especial si el pedido va a nombre de Vanesa o de Amanda, le he avisado ya que su pedido iba a nombre de Amanda, y me dio la bolsa…..¿no habré metido la pata y será un acosador o algo así?
-YO: ¡¿donde está?! – el corazón se me sale por la boca, miro al pasillo y no veo a nadie.
-REPARTIDOR: estará en algún restaurante, no lo sé.
-YO: ¡llévame, te lo ruego, llévame ya!
Le cojo de un brazo y me voy sin cerrar la puerta, le arrastro hasta la calle y no aceptó un no por respuesta cuando me acerco a su moto aparcada en el portal, discutimos, no atiendo a razones, mi cabeza gira sin control y no puedo dejar de respirar de forma acelerada.
“Te dije que te encontraría.”
Al oír su voz me fallan las piernas, me doy la vuelta tropezando y precipitándome a la acera, antes de caer siento como me agarran de la cintura y me pegan a un cuerpo, que siento cálido y familiar, reconocible, veo unos vaqueros y una camiseta de manga corta, le siento como si fuera el hombre más apuesto del universo, y por primera vez en mucho tiempo, quiero echarme a llorar y no puedo. Veo una maleta a sus pies, y siento como me aprieta contra él, agacho la cabeza y me entierro en su pecho, quiero fundirme a su cuerpo y no separarme nunca jamás de sus brazos.
-YO: ¡por dios, con todo lo que he hecho!………no podemos estar juntos, aunque quisiera, lo nuestro no funcionaria, si te quedas a mi lado terminaré haciéndote daño…….- viajo al pasado, estamos ambos desnudos en la cama y le dije esas mismas palabras, su respuesta fue un “acepto”, y no hace falta que lo repita -…….. ¡Maldito cabezota, ¿que haces aquí?!
Me separa un poco de él, lo justo para poder alzarme la cabeza con su mano, por que no puedo mirarle, no me atrevo, temo que sea un sueño del que me despertara de golpe, como me ocurría cada noche. Noto las yemas de sus dedos rozándome los labios, y al fin nuestros ojos se cruzan. Deseo morir en este instante por que no creo que pudiera ser más feliz en toda mi vida, hasta que me besa de forma tierna, cariñosa y dulce.
-SAMUEL: ¿Adónde iba a ir si no?
Fin.