Susy desde su mostrador observaba, ella era una mujer rubia de pelo muy corto, era delgada pues pesaba 52 kilos, sabía que a sus 44 años despertaba en los hombres una buena dosis de morbo, trabajaba de vigilante en aquella oficina desde hacía unos meses, sabía que ellos a su vez no la perdían de vista, pues notaba sus ojos en su firme culito cuyo pantalón de uniforme ceñía, la camisa del uniforme marcaba sus pechos de tamaño pomelo, la camisa de verano no llevaba corbata y un botón desabrochado hacia resaltar la curva de sus pechos sin resultar demasiado provocativa, si a eso añadimos su cinturita rodeada por el negro cinturón del uniforme que sujetaba el revólver del 38, una canana con 15 relucientes balas de repuesto, la funda de los grilletes y la porra.

Ella se sentía admirada y deseada por casi la totalidad de los hombres que trabajaban en el edificio, algunos solo la miraban sin decir más que un tímido “buenos días” los mas lanzados se acercaban a su cara y la miraban a sus labios finos apenas pintados, su naricilla y sus ojazos azules, intentando iniciar alguna conversación pero ella los contestaba correcta y educadamente pues sabía perfectamente lo que buscaban, sexo morboso con la vigilante rubia, ella casi nunca los hacía caso, quería lo mismo pero sería ella la que elegiría con quien, le gustaban los empleados jóvenes, su fuerza y su vigor, su resistencia para repetir el acto y su audacia para hacerlo en sitios extraños, además el morbo del uniforme los ponía locos de pasión.

Su siguiente víctima era Jorge, era casi nuevo en el departamento de marketing, entró en la empresa hacía menos de un mes y ella se fijó en él enseguida, moreno de unos 21 años y medianamente atractivo, mediría casi 1,80 de físico normal, le hacía falta un poco de gimnasio y perder un par de kilitos, parecía inteligente y buen trabajador por eso se propuso controlarlo a través del circuito cerrado de vigilancia.

Susy tenía un par de buenas amigas que sabiendo sus gustos la apodaban “asaltacunas” debido a su gusto por los jóvenes, ella presumía de no haberse follado en toda su vida a alguien de más de 25 años, se casó y al poco tiempo se divorcio de aquel atontado, forofo del equipo de futbol local y aburridísimo en la cama e inútil en las tareas domesticas, en resumen al darse cuenta del error cometido con aquella boda lo subsanó, afortunadamente no tuvieron hijos.

Hace unas horas. Esta tarde el personal salió de trabajar a la hora de siempre y ella no vio a Jorge, se sentó en la consola de control y se puso a mirar las cámaras del circuito cerrado de tv, inconscientemente recordó su último encuentro con Julián, el chico de mantenimiento, el la hizo una buena puesta a punto sobre la fotocopiadora, se estuvieron besando y acariciando, ella se soltó el cinturón y lo dejó caer al suelo, Julián la bajo el pantalón y la hizo girarse e inclinarse sobre la maquina, se dejo caer de rodillas y la lamio el culito, su lengua inquieta recorrió la hendidura y se abrió paso entre sus nalgas, bajo un poco y lamio la raja del coñito, ella se inclinaba y abrió las piernas para sentir aquella lengua golosa y juguetona, susy gemía de placer y pedía más, su pecho contra la tapa de la fotocopiadora y el culo levantado, esperando ansiosamente la dura verga del hombre mientras sus piernas temblaban de pasión.

Susy no tardo en correrse en la boca de Julián, este siguió lamiéndola durante unos instantes, de un salto se incorporo detrás de ella y saco su miembro largo y duro, estaba tan ansioso que no podía esperar a colocarse un condón, se lo situó a la entrada del ano y aprovechando la húmeda mezcla de saliva y flujo, empujó suave pero decididamente, ella gimió mientras se sentía penetrada totalmente, el empezó a moverse dentro de aquel firme culito asiendo las nalgas con las manos para dirigir el ritmo de la penetración que se fue haciendo paulatinamente más rápido.

Mientras recordaba, Susy se calentaba y sabiéndose casi sola en el edificio ( había varias limpiadoras en las plantas altas) se recostó en el sillón y se abrió la bragueta del pantalón, metió sus dedos índice y medio por el hueco y apartándose un poco el tanga azul, se acaricio los labios del coñito, subiendo hasta su clítoris y jugando con él, siguió recordando como la sodomizaba Julián, toda su gorda verga dándola gusto y sus pelotas al agitarse por el ritmo le golpeaban en la rajita, se ponía frenética y ansiosa por correrse, su mano empapada de flujo se movía sin parar, recordó cuando él se corrió dentro de su culo, el calor de su leche dentro de ella, la potencia de los chorros en su interior, se corrió recordándolo entre jadeos, con los ojos cerrados y la boca temblorosa, pellizcándose el clítoris con los dedos, recordó como un fogonazo la abundante leche del hombre saliendo de su culo y cayendo como un rio por sus piernas, se acabo de correr instantes después, pero todo su cuerpo se estremecía aun durante casi dos minutos, hasta que finalmente se fue relajando.

Susy estaba derrengada y despatarrada en el sillón, se dijo a si misma al abrir los ojos, que haría una última revisión después de limpiarse y si no encontraba a Jorge, buscaría a Julián para otro repaso, se conocía lo bastante para saber que este primer orgasmo solo era un aperitivo para ella.
Susy volvió del servicio, tras orinar y limpiarse de su reciente orgasmo estaba más tranquila, abrió la puerta de la calle y se fumó un cigarrillo apoyada en el quicio de la puerta, al acabar cerró la puerta y volvió a su puesto de control sentándose ante la pantalla del circuito cerrado, solo faltaba media hora para que saliesen las chicas de la limpieza, usó el teléfono y llamó el departamento de marketing, Jorge respondió al cabo de unos segundos.

– Dígame.

– Buenas noches, llamo de seguridad, ¿algún problema?

– No por aquí todo bien, gracias

– Llamaba para informarle, el personal de limpieza va a salir y he de hacer la ronda para cerrar el edificio.

– ¿Entonces no podre salir?

– No mientras hago la ronda, la puerta queda cerrada ¿tiene para mucho rato?

– Como una hora, no se preocupe la llamare antes de bajar a recepción.

– De acuerdo, gracias.

Susy colgó el teléfono, en un rato solo estarían ella y “su Jorge” en el edificio, en el monitor vio como el joven se acercaba a la escalera de emergencia, encendía un cigarrillo y se lo fumaba, al acabar tiro la colilla a un cenicero y volvió a su despacho. Al cabo de unos minutos bajaron las chicas de la limpieza y tras despedirse de ella salieron del edificio, ella cerró la puerta y coloco en el control el cartelito que decía, “efectuando ronda, vuelvo enseguida” se ajusto el correaje cogió las llaves y subió en el ascensor.

Cuando llego al descansillo de informática, vio en el cenicero la colilla de Jorge y la cogió, ¡era de porro! Con ella en la mano se dirigió a la mesa del joven, el vio acercarse a la madura rubia, bonita y seductora bajo aquel uniforme, ¡que morbo! Con su pistola y su porra, pero ella le miraba con el ceño fruncido diciendo:

– Esto es tuyo.

– Puede ser de cualquiera.

– No me quieras vacilar chaval, se acaban de ir las de la limpieza y lo han dejado todo limpio, además te he visto salir a fumar hace un momento.

– Bueno vale ¿y qué pasa?

– Pasa, chavalote que si se entera de esto el jefe, saldrás de aquí tan rápido que tus pies no tocaran el suelo, ¿te enteras?

– Si vale me entero de todo, pero supongo que podríamos llegar a un acuerdo.

– Si ya había pensado en eso, pero primero contéstame unas preguntas, ¿te gusto?

– Bueno si, la verdad es que mucho.

– Vas bien, ¿te gustaría que tú y yo fuéramos algo más que amigos?

– Caray Susy, claro que me gustaría, estas muy bien.

– Bien Jorge, tu a mí también me gustas, mi propuesta es la siguiente. Quiero follarte, nos divertiremos mucho pero hay una condición, nunca se lo contaras a nadie, si alguien se entera de esto diré que te lo has inventado por despecho y contare lo de tu porro, de hecho les mostrare la grabación de la cámara y esta colilla.

– ¡no por favor! Me echarían a la calle y necesito el curro.

– No te preocupes todo irá bien, mira solo pongo estas condiciones, sin celos ni malos rollos, yo diré el donde y el cómo lo hacemos, nos divertimos y punto, cuando te diga que se acabó lo dejamos y recuperas tu colilla, yo borro la grabación y tan amigos ¿vale?

– De entrada vale, pero no sé si fiarme, para mí es demasiado buena tu proposición Susy.

– Anda tonto ven.

Susy le hizo levantar de su silla, abrazándose a él y dándole un beso en la boca, Jorge apenas reaccionaba hasta que ella le mordisqueo en los labios, entonces el agarró con sus manos los pechos de de ella.

– Espera, dijo Susy

Se desabrochó la camisa y él se quedo embobado mirándolos, no muy grandes, suaves y bronceados, sus pezones eran dos guisantes rodeados de unas aureolas marroncitas no muy grandes. Ella se los arrimo a la boca y el los cogió con las manos, chupándolos a continuación con pasión, se metía todo lo que podía de uno de ellos en la boca, lo mamaba y lo sacaba despacio recorriéndolo con la lengua hasta llegar al pezón que mordisqueaba un momento, luego pasaba al otro y repetía la operación.

Ella temblaba de gusto, pegando su vientre contra el del joven y sintiendo la dureza de su verga.

– Si quieres follar llevo un condón en la cartera.

– Veo que vas preparado, sácalo y lo usaremos, oye ¿tienes novia?

El saco la cartera y de ella el preservativo, Susy le pajeaba mientras tanto valorando sus casi 20 centímetros de hombría, Jorge lo abrió con los dientes y se lo dio para que se lo pusiera mientras contestaba:

– No tengo novia solo alguna amiga ¿y tú?

– Eso no te importa cielo, no entra en el trato.

Dijo ella mientras le enfundaba el miembro, seguidamente le empujo hacia una de las sillas del despacho, una de esas que llevan cuatro ruedas pequeñas y no tienen apoyabrazos.

– Quítate los pantalones y desabróchate la camisa.

Susy se colocó delante de él, se soltó el cinturón canana y lo dejo sobre una mesa, seguidamente se quito el pantalón el tanga amarillo que estaba empapado y la camisa, tomo las esposas mientras el se quitaba a patadas el vaquero y el slip, ocultándolas a su espalda, se quedo allí parada mirándolo con sus tetas desafiantes y su coñito depilado.

– Dime Jorgito ¿te gusto?

– Si joder, claro que me gustas, estas divina.

Ella se acercó a él y se puso de rodillas, le tomo el miembro y comprobó su dureza, estaba a tope pero se lo introdujo en la boca y lo chupo golosa, Jorge cerró los ojos disfrutando de la mamada, no se dio cuenta de que ella le acercaba las esposas a sus muñecas y se las giraba, se oyó un doble click y ella dejó de mamar, el quedo esposado con las manos hacia atrás.

– ¿pero qué coño haces, porque me esposas?

– Lo que quiero es follarte, tranquilo todo irá bien pero no quiero que te muevas, eres mío y durante unos días me recordaras.

Susy se incorporo y abriéndose de piernas se sentó a horcajadas sobre él, guio el tieso miembro a su coñito y se dejo caer sintiéndose llena de carne dura y cálida por dentro, susy comenzó a moverse sobre el rotando las caderas y saltando sobre el joven, la penetración era intensa y ella apretó sus tetas contra el torso del muchacho, sin dejar de dar brincos le besó con ganas en plena boca enredando sus lenguas, su coñito empapado tragaba la dura polla de Jorge emitiendo sonoros chapoteos debido al abundante flujo que susy producía, el ritmo aumentó paulatinamente y el joven intentaba seguir con las caderas el ritmo de su hermosa jinete.

Susy se separo de la boca del muchacho, jadeaba sin parar con la cara arrebolada por el placer, estaba muy cerca del orgasmo y no paraba de montarlo y disfrutar, acercó la boca al cuello de Jorge diciendo entre jadeos:

– Ahora me recordaras.

Aplicó su boca al cuello del joven y sin dejar de follárselo chupo con ganas, el se apoyaba con los pies e impulsándose con las caderas metía todo el miembro en el ansioso coñito de Susy donde chapoteaba debido a la abundante lubricación, sintió la boca de ella en el cuello y noto los chupetones que le dejaba, la sintió correrse sin dejar de cabalgarlo ni un instante, la sintió tensarse y morderlo mientras sus erectos pezones se restregaban contra su torso, la vagina parecía babear sobre sus pelotas pues emitió un abundante chorrito de flujo al llegar al demoledor orgasmo que ella obtuvo haciéndola gritar de placer, así tras casi un minuto de estremecimientos temblorosos, pudo finalmente quedarse quieta y caída sobre Jorge.

Este totalmente empalmado, no dejaba de culear e introducirse cada vez más rápido en el coñito de la vigilante, sabía que no duraría mucho así y la beso en el cuello pensando en devolverla el chupetón, eso la hizo abrir los ojos y separarse velozmente de su cara diciendo:

– Quieto machote, aquí solo yo dejo marcas.

Pero lo dijo mientras mecía sus caderas, notando como el miembro la rozaba el clítoris enhiesto y su empapado coño era invadido una y otra vez así pues su respuesta era inevitable, calentándose rápidamente cuando su deseo no había comenzado apenas a decaer, acompaso el rimo de sus caderas al de su joven amante, bastaron unos pocos minutos de metisaca frenético por ambas partes pare que Jorge exclamara:

– Me corro Susy, me corroooo.

– Y yooo, no pareeeees.

Jorge eyaculo dentro de ella, a pesar del condón Susy notaba los chorros y el calor del semen del joven en su interior, su corrida fue casi simultánea a la de su joven amante, sus cuerpos se tensaron mientras jadeaban de puro gusto unos instantes, finalmente ambos se quedaron quietos relajándose y notando cada uno de ellos como el corazón y la respiración del otro se tranquilizaba.

Diez minutos después, Jorge aun desnudo se masajeaba las muñecas mientras observaba vestirse a Susy, esta al notar la mirada dejó de abrocharse la camisa para que el pudiese admirar durante unos instantes sus pechos, le guiño un ojo y dijo:

– ¿te gustan eh?

– De ti me gusta todo, hasta tus chupetones, eres una fiera.

– Tú también me gustas, si tienes novia te verá los chupetones asi que durante unos dias se que me seras fiel, todo irá bien si respetas nuestro trato, recuérdalo.

Acabaron de vestirse, bajaron juntos al control y se despidieron hasta el día siguiente, ella le recomendó que dejara trabajo pendiente para acabar por la noche y lo visitaría tras la ronda, cuando Jorge salió ella se dirigió a la consola de control y se sentó, abrió el archivo de grabaciones del PC de control y pasó dos grabaciones de la cámara de seguridad a un pentdrive, la primera era de Jorge fumando, la segunda era de su reciente follada, guardo el pentdrive en el bolsillo para verlo más tarde en casa y añadirlas a las otras grabaciones que ya poseía, se recostó sonriendo en el sillón de control pues ya era casi la hora del relevo.

¿Continuara…?
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