El Pequeñín

“¡Ya yo me voy a estudiar con mis amigas chao!” grita Carolina, la hermana mayor de Sebastián, antes de irse, “¡pórtate bien!” le replica su madre, “mama si solo voy a estudiar”, “y yo soy un monje tibetano” agrega de Sebastián de manera sarcástica, sabe bien lo que significan esas “reuniones de estudio” de su hermana, Carolina lo mira con furia pero no dice nada. “No seas pesado Sebastián, sabes que tu hermana es muy estudiosa y le va muy bien en sus exámenes” le contesta su madre, “de seguro da puros exámenes orales” murmura en voz baja de tal forma que solo Carolina lo escucha.

“¡Ven acá pequeño renacuajo te romperé la cabeza!”, Sebastián sale corriendo y se encierra en su habitación antes que ella lo atrape, “¡eres un imbecil ya te voy a agarrar!” le grita pero Sebastián no se preocupa. La relación entre ambos antes era fluida pero desde que Carolina le hizo unas burlas en el pasado se han vuelto bastante tormentosas, Sebastián ahora ya no se preocupa por las bromas que le hacen, pero aprovecha cada ocasión que puede para fastidiar a su hermana y devolverle el favor.

Ya es de noche cuando el teléfono de la casa suena, Sebastián esta por irse a dormir cuando escucha que su madre lo llama a gritos. “¡Que pasa, que pasa me voy a dormir!”, “¡vístete de inmediato y quiero que te vayas con tu hermana!” esto por que los hermanos sus hermanos están en un viaje de estudios, Sebastián abre los ojos de par en par, “¿debe ser un chiste?”, “¡no, no lo es, me acaban de llamar tu padre desde la oficina, se colapsaron cuatro servidores y hay un desastre con toda la información perdida así que deberé ir a ayudarle y esto nos tomara toda la noche!”. Sebastián no comprende mucho, “¿y eso que tiene que ver conmigo?, puedo cuidarme solo”, pero su madre no lo ve de esa manera.

De malos modos sube a su habitación y se viste, “Carolina va a matarme por esto” piensa para si mismo. Tras vestirse recoge unas cosas en su bolso, “que raro tu hermana no contesta, bueno vete en un taxi y cuando llegues allá me llamas”, Sebastián intenta alegar por ultima vez pero es en vano, a pesar de todo aun lo tratan como a un niño chico algo que él detesta y lo pone de mal humor.

Al bajarse del taxi frente a la casa de Rachel, la amiga de Carolina donde están estudiando, Sebastián escucha el sonido de la música a todo volumen, tras asomarse por la cerca observa que en el patio de la casa hay una feroz fiesta que esta en lo mejor. “¡Ja, con que reunión de estudio ni que carajo!”, decidido a hacerla pasar un mal rato Sebastián se cuela sin tocar la puerta, con el ruido de la música nadie escucha cuando él salta el cerco y casi se rompe el cuello al caer encima de unas cajas de madera que no vio.

Carolina comparte con sus amigas cerca de la parrilla donde se están preparando unas carnes junto a otros amigos, ella conversa alegremente y se bebe un trago cuando Rachel se le acerca, “oye, ¿no es ese tu hermano menor?”. La cara de horror que Carolina puso al ver a Sebastián lo dijo todo, “¡ahora si que te voy a asesinar!”. “¡Tranquila, tranquila no fue idea mía venir!”. Sebastián entonces procede a explicar lo sucedido y el por que lo enviaron. Las demás amigas y amigos de Carolina se acercan a ver que sucede.

“Realmente te compadezco por tener como hermano a este perdedor” dice Rachel haciéndole un gesto de desprecio, Sebastián no se inmuta. “¡No se como lo vas a hacer pero te largas en el acto!” le grita Carolina furiosa, “si así lo quieres me voy, total no era mi intención venir a este, prostibulo” responde Sebastián mirando de reojo a Rachel que es la dueña de casa, “iré a la oficina de los viejos y les diré que no me quisiste recibir en la fiesta en la que estas y me enviaste solo de regreso”, se da media vuelta y se pone en marcha, pero en ese momento Carolina lo sujeta y lo tira de vuelta.

“¿Cómo que fiesta?, es una reunión de estudios” le dice en un tono amenazante, “pues yo no veo ninguna reunión de estudios, yo veo una fiesta y más encima estas hedionda a alcohol” responde Sebastián desafiándola. “Hermanita, no hay nada que puedas hacerme que no me hayan hecho antes” agrega después. Carolina suspira profundamente, “esta bien, dime tu precio”, “¡vaya, así que esto es lo que se siente tener el sartén por el mango, es reconfortante!” y suspira profundamente lleno de satisfacción. “¡Ve al grano de una vez!” le grita su hermana exasperada, “bueno ya que lo mencionas y lo pides con amabilidad, en primer lugar quiero bebida, comida, una habitación alejada y un televisor”, “hecho” responde Rachel, “y en segundo lugar quiero que te hagas cargo de hacer mis tareas por todo un mes y me vas a dar la mitad de tu mesada”, “¡pues te vas al demonio en este instante!” responde su hermana escandalizada ante semejante trato, “¡esto es un chantaje, no un acuerdo comercial, tómalo o déjalo ese es el precio de mi silencio!”, Carolina sabe muy bien que Sebastián es capaz de delatarla, apretando los dientes acepta.

“Ven por aquí” le dice Rachel, cuando Sebastián se pone en marcha tras ella, “¡eres todo un pendejo!” le dice Valentina, una de las amigas de Carolina, “¡señor pendejo para ti mujer, además si yo soy un pendejo tu eres una puta!”. Valentina no estando dispuesta a soportar insultos se abalanza sobre Sebastián y lo sujeta del cuello, pero él permanece tranquilo, “sabes hermanita, cualquier agresión física a mi hermosa persona significaría el rompimiento inmediato de nuestro acuerdo”, Carolina los separa a ambos, sabe bien que no esta en posición de hacer demasiado por ahora, “gracias, así esta mejor, pero vamos sigan adelante no se preocupen por mi”.

Rachel lo deja en una habitación del segundo piso con todo lo que pidió. “¿Satisfecho?” le pregunta con sarcasmo, “pues por ahora si, puedes irte te llamare cuando te necesite” le responde Sebastián con arrogancia, “no te pases de listo mocoso imprudente” y da un violento portazo. Ciertamente Sebastián esta gozando esto.

A medida que transcurre la noche y la fiesta la cosa se pone cada vez más intensa. Luego de un par de copas todos se olvidan de Sebastián que se entretiene comiendo, viendo tele y después con un computador portátil que le prestaron. Aprovecha de ver varios videos pornográficos que están en el además de algunos juegos. Abajo ya el alcohol esta haciendo efecto y en varios rincones se va a algunas parejas metiendose mano, Carolina ciertamente no es la excepción siendo una chica bastante guapa y popular comienza a hacer un trío con Rachel y otro amigo. Otros ya están desnudos en la piscina, pero los chicos están tan ebrios que según Valentina, “no sirven de mucho a estas alturas”.

“Vamos llévalos, sácalos en silencio que no te escuche el pendejo ese”, sin embargo Sebastián escucha claramente todo, pero se hace el desentendido. Luego de escucharlas bajar las escaleras Sebastián mira, a escondidas, por la ventana hacia la piscina y el lugar de la fiesta, pero un árbol no lo deja ver mucho salvo un grupo de chicos borrachos que siguen bebiendo y apenas se mantiene en pie. Creyendo que se trata de una falsa alarma va a cerrar la ventana cuando se percata de algo. Daniela y Jocelyn están besándose apasionadamente y corriéndose mano entre ellas a vista de los demás.

Sebastián bien escondido las observa, ve como se van quitando la ropa y siguen dándose unos apasionados besos con lengua y empiezan a lamerse entre si. Ambas se dan con todo sin tapujos. Sebastián queda con la boca abierta, todas estas chicas ya son bastante mayores que él, todas universitarias como su hermana e incluso Carolina se muestra muy desinhibida a estas alturas.

Si bien por sentido común Sebastián sabe que debe quedarse donde esta su calentura termina por ganarle y en silencio baja al primer piso y desde ahí trata de ver algo más aunque sin mucho éxito, la piscina esta algo alejada y donde se encuentra no se ve demasiado. Así que se dirige a la cocina y sale por la puerta posterior. Se oculta tras unos arbustos y observa lo que ocurre en la piscina, es toda una orgía lesbica.

Daniela, Rachel, Jocelyn, Valentina y Carolina están ahí montándoselo entre ellas mientras los chicos están todos borrachos incapaces de hacer algo. Observa a su hermana de espaldas en el borde de la piscina con sus piernas abiertas y Rachel lamiéndole el coño, Daniela se pone encima de su hermana y se soba sus pechos, lejos posee el busto más grande entre todas, mientras Carolina le hace sexo oral. En otro lado Valentina esta en cuatro sobre una mesa con su gran trasero bien expuesto y Jocelyn le mete incansablemente un consolador en el culo mientras usa sus dedos en su sexo.

Sebastián siente que su miembro le va a romper los pantalones por la erección que tiene, nunca pensó que su hermana fuese así de caliente ya que ella siempre se había mostrado más recatada. “¡Vaya, vaya pero que tenemos aquí!”, Sebastián se da media vuelta y se topa cara a cara con Francesca a quien no había visto y que se encuentra también desnuda. Sebastián trata de arrancar pero ella lo reduce de inmediato, por desgracia Francesca es cinturón negro en karate y muy buena también.

“¡Oigan chicas miren lo que me encontré por aquí!” grita Francesca alertando a las demás. “¡Pequeño degenerado estabas espiándonos aquí te pasaste de la raya!” le dice Rachel que se pone frente a él, Carolina se cubre un poco y se muestra algo más seria ahora. Francesca con ayuda de Valentina sujetan a Sebastián de pies y manos. “No sean malas, el pobre seguramente nunca había visto a una mujer desnuda”, Sebastián se hace el tonto, Susana, Isabel, Mónica, Jessica, Elena, piensa él, para evitarse más líos prefiere no responder.

“¿Saben por le dicen el pequeñín?” habla Rachel y todas le ponen atención, “por que tiene así un maní” agrega después burlándose y haciendo un gesto con los dedos, las carcajadas brotan de inmediato incluso Carolina se ríe. “Saben, ya es hora de darle una lección a este pendejo” dice Valentina que no se olvida como la trato Sebastián antes, “bajémosle los pantalones lo fotografiamos y lo subimos a Internet”. “Eh chicas no creo que sea una buena idea” les dice Sebastián, que aun siente su miembro terriblemente erecto y duro, solo lo ajustado de sus pantalones y ropa interior oculta su tremenda erección.

“Oh que pasa, el nene quiere llorar” se burla Rachel, “demasiadas palabras ya bájaselos de una vez” demanda Jocelyn. Todas, incluso Carolina, se le acercan y lo rodean. Rachel se hinca frente a él y le desabrocha el pantalón, “¡es en serio no es una buena idea!” les ruega Sebastián, “ahora ajustaremos cuentas” dice Carolina.

“¡Aquí esta!” dice Rachel al tiempo que le baja los pantalones y ropa interior a Sebastián de un solo movimiento, sin embargo la verga de Sebastián sale disparada como si tuviera un resorte y golpea a Rachel en la punta de su prominente y afinada nariz. “¡Idiota me pegaste con… que…!”, las caras burlescas de todas se borraron como por arte de magia, algunas no dan crédito a lo que tiene ante sus ojos y después se voltean hacia Carolina que tampoco cree lo que ve.

“¡A esto le llamas un maní, pero si es enorme!” le reclama Francesca. El miembro de Sebastián esta en plena demostración de poder, con su cabeza roja brillante y su tronco completamente erecto y duro como acero. “¿Oye y es de verdad?” pregunta Daniela con algo de ingenuidad. Francesca lo toma con sus manos haciendo saltar a Sebastián, “pues si es de verdad, es increíble esta tan dura y tiesa, la siento palpitar en mis manos”, de inmediato todas, excepto Carolina, se lanzan a manosear el miembro de Sebastián como para asegurarse que es real, “¡oigan, oigan más respeto!” se queja él, pero no le ponen atención.

Valentina tiene una idea, “tráiganlo y pónganlo aquí”, entre todas lo levantan y lo ponen encima de silla de playa. Pese a los forcejeos de Sebastián ellas se las arreglan para amarrarlo a la silla e inmovilizarlo dejándolo acostado. Sebastián sigue intentando liberarse pero es inútil, ellas por su parte tiene otros planes en mente.

Luego de unos instantes de vacilación Jocelyn toma la iniciativa y se la comienza a masajear con ambas manos, de arriba abajo apretándola con fuerza, “¡pero de donde sacaste esto, pero si esta tan dura es como si tuviera un hueso dentro!”, “¡a un lado déjame probar!”, Valentina desea cerciorarse por si misma si es verdad tanta maravilla y tras masajeársela un rato le hace una mamada ante la sorpresa de las demás que observan atentamente como semejante miembro desaparece en su boca y luego le pasa su lengua por toda su extensión. “¡Oye me toca!”, “¡a mi también!”, Francesca y Daniela se lanzan y entre ambas comienzan a mamarsela sin detenerse. Daniela y Rachel tampoco se quedan atrás y entre todas se turnan para mamar semejante miembro que es el más grande que han visto.

“¡Siempre había querido pajear con mis pechos una verga así!” dice Daniela que posee los pechos más grandes entre sus amigas. Lo envuelve por completo y lo restriega con fuerza. Sebastián se siente en las nubes, pero así y todo reclama para que lo dejen ir, “¡hablas demasiado!” le dice Rachel que se monta sobre él poniéndole su coño en la cara, “¡oh vaya, pero si hasta su lengua la sabe usar!” y mueve lentamente sus caderas. “que pasa, ¿no vienes?” agrega después mirando a Carolina cuya boca se le hace agua. Todas la miran y Francesca mueve el miembro de Sebastián como ofreciéndoselo.

Carolina se acerca y se hinca al lado de su hermano que apenas ve algo con Rachel en su rostro, “vamos, has los honores” dice Valentina y Carolina lo pone en su boca y se la empieza a mamar. “¡Eres toda una puta mamandosela a tu hermano menor!” bromea Francesca. Las chicas se la chuparon con tantas ganas que Sebastián se esfuerza por no acabar, algo que le resulta sumamente difícil ante la intensidad con que se lo hacen, además ellas siguen dándose entre si y ve como Francesca y Daniela le meten mano a su hermana mayor y la hacen que siga mamando su miembro.

“¡Ya es hora, ve tu primero!” le dice Jocelyn a Carolina que se pone sobre Sebastián que la observa algo confundido, nunca había visto a su hermana con esa mirada tan lujuriosa en sus ojos. Rachel sujeta su miembro y Carolina, que es más esbelta y delgada, se va dejando caer encima. Carolina empieza a gemir a medida que el enorme miembro de su hermano menor se va metiendo en su sexo hasta que finalmente lo acoge todo. “¡Presiona contra mi sexo es impresionante!” exclama ella que poco a poco le cabalga encima con más fuerza, a Carolina le toma un tiempo acostumbrarse pero lo esta gozando como nunca, incluso Sebastián se relaja y deja todo en manos de las chicas.

Carolina se folla bien duro a su hermano y las otras chicas no se quedan solo mirando. Se besan entre ellas y a Carolina le acarician sus pechos, pequeños, pero bien formados. Francesca le hace un dedo en el culo y pronto Sebastián se ve con Valentina poniéndole su sexo en la cara. Es una orgía con todas sus letras y él en el centro de todo.

“¡Oye deja algo para las demás te lo puedes follar cuando quieras!” reclama Daniela que de inmediato toma el lugar de Carolina, sus pechos se agitan vigorosamente mientras se lo monta sobre Sebastián. Francesca y Rachel le chupan sus pechos y Carolina le mete mano a diestra y siniestra, “¡oh si es tan dura, tan tiesa, tan exquisita!” exclama en medio de sus fuertes gemidos. Sebastián no solo se ve obligado a satisfacerlas con su miembro, también con su lengua ya que ellas se turnan para ponerse encima de su rostro. Rachel, Francesca y Jocelyn se le montan después dándole con todo y quedando impresionadas por lo bien que se mantiene pese a que lo han follado de forma bien salvaje.

Valentina sin embargo, tiene otros planes para él. Ella va a buscar a su bolso una botella con lubricante y la aplica sobre el miembro de Sebastián y después con ayuda de Rachel y Daniela en su culo. “Siempre había querido recibir una así aquí atrás” comenta algo nerviosa. Valentina es la más bajita en estatura, pero posee un enorme trasero. Sebastián la observa incrédulo como se le acerca, Carolina sujeta su miembro y lo guía entre las prominentes nalgas de Valentina. Sebastián ve como su miembro se empieza a abrir paso y los quejidos de Valentina delatan como su se abre ante semejante miembro. “¡Me va a partir en dos!” grita ella hasta que poco a poco lo recibe por completo, Sebastián siente como su miembro se ve apretado de una forma increíble.

Fueron los minutos más placenteros de su vida, Sebastián siempre había querido darle por el culo a una chica pero siempre dudo seriamente que alguna se lo permitiría, hasta ahora. Valentina arremete con todo y pronto Daniela coge el consolador y se lo mete en su coño mientras las demás se lo montan entre ellas. Valentina lo follo hasta que Sebastián no pudo más y termino acabando de una manera tan abundante que las dejo sorprendidas a todas. Incluso Francesca y Rachel se lo volvieron a follar para hacerlo acabar de nuevo.

“¡Uff, pero que bien estuviste, parece que no eres tan pendejo después de todo!” le dice una sonriente Valentina a Sebastián que aun amarrado trata de recuperar el aliento, Sebastián y Carolina intercambian miradas cómplices, “esta bien, si alguien pregunta fue una reunión de estudios pero con una condición”, todas lo miran extrañadas, “¡que me desaten en este instante con un demonio!”.

Durante una semana ni Sebastián ni Carolina hicieron comentario alguno por lo sucedido, lo único extraño en casa era la paz que reina entre ellos pero aparte de eso nada más. El sábado los padres de Sebastián tuvieron que ir a la oficina otra vez y él se queda solo en la casa. Tras jugar un rato en su computador baja a buscarse algo de comer cuando se topa cara a cara con su hermana y con las amigas de esta que lo rodean en el acto.

“Hola” dice él visiblemente nervioso, “hola” le responden ellas que lo miran fijamente y de forma bastante lasciva. “Decidimos tener una reunión de estudios aquí” le dice Carolina, Sebastián trata de alejarse pero le cierran el paso, Valentina le muestra una botella con un liquido bastante familiar y Daniela juguetea con una cuerda en sus manos. Carolina chasquea sus dedos y antes que Sebastián se de cuenta Francesca aparece por su espalda.

Una hora después Sebastián se encuentra atado a la mesa de centro, nuevamente las chicas se turnan sobre él mientras beben unas cervezas, “¡es realmente necesario que me amarren!” se queja Sebastián, “¡pues si, te ves mejor!” le responde su hermana. En ese momento se oye el timbre de la puerta y Daniela, desnuda y todo, va a ver. Se asoma un poco y después abre dejando pasar a otro grupo de chicas. “Decidí invitar a otras amigas para que las conozcas mejor” dice Carolina, “esta será una larga noche” piensa Sebastián.

 

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