El Pequeñín

 

Por el patio del colegio, y en medio de varios silbidos y piropos, Susana avanza a paso firme. Normalmente la morena le sonríe a aquellos que le dicen cumplidos pero en esta ocasión esta muy apurada para ponerles atención. Deambula de un lugar a otro observando en todas direcciones hacia las bancas del patio, después va a la biblioteca, al quiosco y finalmente a la cafetería donde ve a sus amigas, exceptuando a una, “otra vez esa yegua” murmura.

 

Susana nuevamente se pone en marcha aunque esta vez va a otros lugares menos concurridos como el gimnasio, la bodega del tercer piso y cuando va llegando al baño al fondo del pasillo encuentra a quien buscaba, o en realidad a quienes buscaba. “¡Como siempre estuviste genial, eres mejor que tener un consolador listo a toda hora!” dice sin tapujos Jessica. Sebastián al ver a Susana y sobre todo al ver la expresión en su rostro se detiene en el acto. La morena esta de brazos cruzados y con una cara que deja muy en claro que no esta de buen humor. “¿Y bien?” pregunta Susana muy seria, Sebastián va responder pero Jessica se le adelanta, “¿y bien que?” contesta con un tono lleno de insolencia. “¿Dónde andaban?”, “¿y a ti que demonios te importa?” fue la dura respuesta de Jessica, Susana se mantiene seria, demasiado seria para Sebastián que la observa algo temeroso, cuando la morena esta en pie de guerra es de temer.

La relación entre Susana y Jessica se ha deteriorado bastante últimamente y Sebastián sabe bien cual es la causa, él. Desde que Jessica pudo comprobar de primera mano los, “atributos” de Sebastián casi no lo deja en paz y esto ha provocado los celos de Susana que en varias ocasiones quedo plantada por que su prima lo agarro, y esto muy literalmente, primero. Susana respondió de igual manera y desde entonces ambas se han lanzado palabras muy duras entre ellas y han hablado pestes la una de la otra ante Sebastián que ahora queda en medio de la pelea.

 

“Te lo estas acaparando” dice Susana sin cambiar su pose en ningún momento, “¿y cual es el problema?” le contesta Jessica que sigue maquillándose sin siquiera mirar a su prima, “es la tercera vez esta semana, y apenas es martes”, “yo no veo nada malo, tu te lo dejaste para ti sola por semanas, además ya era hora que Sebastián tenga a una mujer de verdad con la cual divertirse”. Esas palabras sonaron como una declaración de guerra para Susana, Sebastián podría jurar haber visto chispas salir de sus ojos, para la morena ese fue un golpe bajo y ciertamente no lo va a dejar pasar.

 

“Pues, me parecería raro que Sebastián se conforme con tan poca cosa, y con algo que ha pasado por tantas manos y… vergas”, Sebastián da un paso atrás, para Jessica eso fue demasiado. De inmediato se voltea y se pone cara a cara a su prima, ahora la cosa es en serio. “Miren quien habla” dice en un tono burlesco mientras mira fijamente a Susana, “o acaso debo recordarte la fiesta en la playa del verano pasado, cuántos te follaron en esa cabaña, tres, cuatro, cinco sabes perdí la cuenta en esa ocasión”, Susana se desarma un poco, al parecer era un secreto muy bien guardado que tenia, o al menos creía que era secreto. “Al menos eso fue una vez, o acaso te olvidaste de todos los exámenes orales y prácticos que diste el año pasado para pasar de curso, el director los profes de química, castellano, ciencias, historia, matemáticas”, ahora Jessica se sonroja un poco, pero ciertamente esto no ha terminado.

 

Durante unos minutos que le parecieron una eternidad Sebastián se ve atrapado en la feroz discusión que ambas tienen, se sacan en cara cada una de sus “escapadas” y cada vez que él trata de mediar en el asunto lo hacen callar y cada vez que trata de irse, no lo dejan. “¡Aquí el único que puede resolver esto eres tu!” le dice Susana que le apunta con un dedo como si se tratara de una espada, “¡cierto, él ha estado con ambas y será juez y jurado!” agrega Jessica, “¡¿cuál de las dos es la mejor en el sexo?!” le dicen al mismo tiempo.

 Sebastián se queda de una pieza, ambas lo miran fijamente de tal manera que tiene la impresión que le están haciendo unos rayos X. “Eh, bueno este… es algo difícil de … yo creo que lo mejor es…”, “¡responde de una vez!” demandan ambas. Sebastián comienza a sudar debido a la presión y se pone colorado como un tomate. “¿Responder que?” dice una voz femenina bastante severa. En ese momento aparece Elena, la inspectora que se percata de la actitud sospechosa de los tres. Como nunca Sebastián esta feliz de verla aunque en ocasiones la aborrece, rápidamente toma su oportunidad para desaparecer. “Nada importante, permiso adiós” dice y se retira a paso ligero antes que Susana o Jessica lo detengan.

 

Los días siguientes fueron una autentica pesadilla para Sebastián. Normalmente hubiera estado feliz de ser acosado por semejantes bellezas, pero ahora simplemente esta cansado, hastiado de esta situación. En los recreos, la colación, en la biblioteca, a la salida e incluso a la llegada al colegio ellas lo esperan. A veces es una sola la que trata de dar sus mejores “argumentos” para convencer a Sebastián que es la mejor en el sexo. Esto le ha generado múltiples problemas, desde llegar atrasado a clases hasta ser acusado por una profesora de estarse “propasando” con una compañera, aun cuando la situación fue a la inversa, más encima sus padres que fueron notificados de esto lo castigaron en el acto y tiene detención en las tardes en el colegio. Toda esta situación lo tiene bastante irritado y para peor no hay señal que Jessica o Susana vayan darse por vencidas en este asunto o al menos hacer las paces entre ellas.

De muy mal humor viene saliendo de detención, Elena lo hizo tener que ordenar toda la bodega del tercer piso y más encima hacer aseo en dos salas más, Sebastián esta exhausto y furioso, lo único que quiere es llegar a su casa darse una ducha, comer algo y dormir, no quiere saber nada más de nada ni de nadie. Esta por llegar a la salida cuando de una puerta alguien lo agarra por sorpresa y lo tira dentro, Sebastián pierde el paso y cae pesadamente, al levantar la vista lo primero que ve es a Susana y a Jessica.

 

“¡Por que rayos te has estado escondiendo de nosotras!” le reclama Susana, “¡desde hace días que queremos hablar contigo, aun tienes algo pendiente!” continua Jessica. Mientras ellas siguen insistiendo una y otra vez en lo mismo y continúan como si fueran un par gallinas que no se cansan nunca de cacarear, Sebastián se pone de pie tranquilamente, se arregla su ropa y recoge su mochila.

 

“¡SILENCIO!”………. Susana y Jessica se callan en el acto, “¡ustedes dos ya me tiene harto con este asunto, me tiene enfermo de los nervios y si alguna de ustedes dice una palabra más la ahorco aquí mismo!”. Ambas guardan silencio en el acto, al ver la cara de Sebastián, que parece que va a explotar ya que su rostro esta de un vivo color rojo, no se atreven siquiera a murmurar. “¡Mientras no dejen de pelear no quiero ver a ninguna de las dos!” dice después, “¡¿ESTA CLARO?!”, ambas llegan a saltar y solo atinan a mover la cabeza, Sebastián se retira diciendo barbaridades y dando un violento portazo tras de si.

 

El fin de semana fue tranquilo, solo sus hermanos y el castigo fueron un problema. Al llegar al colegio ve a Susana y Jessica juntas, pero Sebastián hace un notorio gesto de desprecio y pasa a su lado sin siquiera saludarlas conducta que mantuvo durante todo el día, a pesar que se cruzaron varias veces no les dijo una sola palabra.

 

Saliendo de detención Elena le encargo que llevara unas cajas con archivos a la bodega del tercer piso y después se fuera, es su ultima semana de castigo y esta aliviado que sea así. Tras dejar dos cajas cargadas de carpetas Sebastián recoge su mochila y ahí se topa cara a cara con Jessica y Susana.

 

“¡Si van a comenzar de nuevo con esto!” advierte, pero ellas lo tranquilizan, “¡no te enojes, no te enojes!” le pide la morena al ver como se sonroja de nuevo, “¡en serio con Susana hicimos las paces!” agrega Jessica rápidamente. Sebastián las observa, no esta muy convencido. “Ambas conversamos y llegamos a la conclusión que se nos fue la mano el otro día” dice Susana algo nerviosa, “así que decidimos hacer las paces y disculparnos contigo” continua Jessica.

 

Sebastián guarda silencio, sigue desconfiando de ambas pese a todas las garantías que le dan. “Mira sabemos que es difícil que nos creas después de todo lo sucedido”, “así que con Susana acordamos demostrarte que hablamos en serio y que en lugar de pelearnos mejor compartimos” sentencia Jessica. Susana avanza sobre Sebastián y lo hace sentarse en una silla, “solo mira”, entonces la morena se da media vuelta y con Jessica se dan un tremendo beso. Sebastián se frota los ojos para convencerse que esto es verdad, y en efecto lo es. Ambas siguen besándose cruzando sus lenguas entre si mientras sus manos recorren sus cuerpos lentamente.

 

Ellas hacen una pausa y observan la cara de Sebastián que al parecer aun trata de convencerse que lo que ve, es verdad. Así que Susana y Jessica siguen adelante. Jessica se muestra más activa, fiel a su personalidad, y le estruja los pechos a Susana, le abre su blusa y hunde su rostro entre los senos de su prima, se los besa y lame mientras poco a poco le va quitando el sostén. La morena esta apoyada contra un escritorio y deja que su prima le haga lo que quiera. Sebastián pronto siente como su miembro comienza a ponerse más duro que nunca, Susana al percatarse del notable bulto que se recorta en sus pantalones sonríe maliciosamente.

 

Jessica recuesta a Susana sobre el escritorio y Sebastián observa como le devora el coño, pasea su lengua ansiosamente sobre el clítoris de su prima y mete furiosamente sus dedos en el mientras Susana no deja de gemir y de acariciarse sus pechos, “¡ves, te dije que sabia como le gusta a mi prima!” le dice Jessica sonriente. Solo en revistas o películas pornográficas había visto una escena así antes, pero ahora la tiene frente a sus con dos chicas que siempre le habían quitado el sueño.

 

Al cabo de un rato ambas hacen un furioso 69 sobre la mesa, se lamen con tantas ganas que Sebastián ya no pudo más y saca su miembro de sus pantalones, de inmediato se extiende por completo como si lo hubiera tenido amarrado por mucho tiempo. Ellas siguieron dándose entre si por un instante hasta que vieron la enorme erección de Sebastián. “Oye míralo, ya es hora vamos a darle lo que se merece” dice Susana. Jessica se quita de encima y ambas van hacia él y se hincan en frente con sus pechos al descubierto.

 

“Disfrútalo” dice Jessica y entre las dos le comienzan a hacer una mamada, la mejor que Sebastián ha recibido. Las lenguas de ambas recorren todo su miembro, envuelven su roja cabeza y se deslizan por todos lados. Siente como Susana y luego Jessica chupan su miembro y después lo frotan con sus pechos, Sebastián sonríe de forma estúpida y suspira como si esto fuese un sueño, cierra sus ojos y disfruta de este momento que antes solo existía en su imaginación. Como para asegurarse que no es un sueño él toma de la cabeza a cada una como para asegurarse que son reales y las acompaña en el movimiento que hacen mientras sus lenguas se pasean sobre su miembro.

 

“¡QUE DEMONIOS SIGNIFICA ESTO!”, Sebastián abrió los ojos de golpe como si lo hubieran despertado de un sueño muy placentero con un balde de agua fría y cae de espaldas con la silla, en la puerta, con sus manos en las caderas y con una expresión de furia esta Elena. “¡Esta no es la conducta a esperar de unas alumnas de este colegio!” sigue gritando mientras Jessica y Susana se arreglan sus ropas rápidamente. Sebastián trata de manera desesperada de meter su miembro en sus pantalones de nuevo, pero le resulta algo casi imposible considerando la tremenda erección que tiene, luego de un rato pudo ponerlo en su sitio y ponerse de pie ante la severa mirada de Elena, “¡los tres vengan conmigo, y rápido!”.

 

Al llegar a la oficina Elena hace pasar a Jessica y Susana mientras Sebastián espera afuera. Los gritos de Elena retumban por todo el lugar mientras escucha como ellas le ruegan para que no llame a sus apoderados. Finalmente salen de la oficina y Sebastián mira fijo a Susana, “detención por un mes y dos anotaciones en nuestra hoja de vida por conducta impropia” dice Susana lamentándose, “la sacamos barata, muy barata” agrega Jessica que luce muy preocupada, Sebastián jamás la había visto así. Elena sale detrás y las llama, “¡tú espérame en mi oficina!” y Sebastián pasa.

Él se siente como si estuviera esperando su ejecución. Pasaron unos extremadamente largos cinco minutos hasta que Elena volvió y tomo asiento sin levantar la vista ni mirar siquiera de reojo a Sebastián que guarda absoluto silencio. Se quita su chaqueta y la cuelga en su silla y después llena unos papeles y habla por teléfono. Sebastián no sabe si siquiera tiene permitido respirar y Elena continua con lo suyo sin prestarle atención.

 

De golpe ella cierra un libro de clases y Sebastián se sobresalta. Elena suspira profundamente se saca los lentes y suelta su cabello castaño que es bastante largo y se reclina en su silla con sus ojos cerrados. Sebastián no puede evitar notar que a pesar de todo lo que se ha dicho de Elena, ciertamente tiene sus encantos. “¿Y bien chico travieso que debería hacer contigo ahora?”, Sebastián, que espera una severa reprimenda a gritos, no comprende bien lo que Elena le dice. Lo observa fijamente y en sus ojos cafés se aprecia un extraño brillo al tiempo que sube sus piernas a su escritorio. De manera instintiva Sebastián las observa algo de lo que Elena se percata en el acto.

 

“Vaya numerito que tenias con tus amigas” agrega después mientras juega con un lápiz que desliza en sus labios. Su rostro es de facciones mas bien alargadas pero bastante armoniosas, nunca se había percatado de esa belleza sobria que Elena posee. Sebastián aun no se atreve a decir nada y le cueste entender que ella no le este gritando tras lo sucedido sabiendo lo estricta y moralista que es.

 

“¡Bien, ya es hora de que pagues por tu atrevida conducta!” dice repentinamente Elena golpeando la mesa, ella se pone de pie y avanza directamente hacia Sebastián que la mira de forma incrédula, antes que él pueda decir algo Elena se le arroja encima y comienza a besarlo apasionadamente al tempo que le abre los pantalones buscando ansiosamente su miembro. Sebastián esta a su completa merced y no sabe que hacer ante esta situación.

 

Elena se muestra terriblemente ardiente, con mucha fuerza le frota su miembro mientras lo sigue besando. Después se abre su blusa y le restriega sus pechos, de buen tamaño, en la cara. “Vaya pero esto es toda una novedad, con razón esas chiquillas te acosan tanto” dice Elena complacida. Antes que Sebastián le diga algo ella se lanza a mamar su verga la cual se pierde en su boca. Es una mamada mucho más intensa y Elena demuestra claramente que los años son de experiencia y lo hace acabar en su boca la cual se llena de semen, “pero que abundante y espeso es, eres todo un caso muchacho”.

 

Sebastián no alcanza a recuperar el aliento cuando Elena se le monta encima y se empala de una sola vez en su verga, “¡así pero que bien se siente tan dura, tan tiesa es excelente!”. Elena se lo hace de una manera más que salvaje, le cabalga con todo y el sillón llega a crujir con el movimiento, la recibe toda en su sexo y no le da ni un instante de respiro. Sus pechos no paran de moverse y Elena lo sujeta de tal manera que lo inmoviliza, Sebastián siente como si Elena lo estuviera violando.

 

Durante unos muy largos minutos Elena soltó toda su lujuria con él, como si por años no hubiera tenido sexo y quisiera recuperar el tiempo perdido. Sebastián se corre al menos tres veces pero incluso así Elena continua hasta dejarlo prácticamente seco y exhausto. Es la primera vez que una mujer hace trabajar así su miembro.

 

“Veo que eres todo un campeón chiquillo” le dice al oído con una sonrisa maquiavélica. Elena se pone de pie y se arregla su ropa. “Puedes irte” le dice y Sebastián como puede guarda todo y se dirige a la puerta, “de ahora en adelante te quiero en mi oficina los martes y los viernes después del horario de clases esta claro”, “yo no soy su juguete” replica Sebastián, Elena sonríe otra ves, “pues yo diría que si, ¿no querrás que tus padres reciban una comunicación donde les indico que te estabas aprovechando de un par de compañeras de colegio o si?”, la cara de horror de Sebastián lo dice todo.

 

“¿Acaso me esta chantajeando para tener sexo conmigo?” pregunta incrédulo, “pues claro, eso lo hace más excitante no crees” responde Elena con una sonrisa. Sebastián se retira y a la salida se encuentra con Susana y Jessica las cuales aun se lamentan por lo sucedido. “¿Y bien como te fue?” le pregunta la morena ansiosa, “eh, debo ir a hacer aseo a su oficina los martes y viernes después de clases” les responde aunque sin mirarlas a los ojos. “Vaya esa mujer es toda una perra” dice Jessica, “parece que necesita una buena cogida a ver si eso le arregla el carácter” agrega después, Sebastián se mantiene en absoluto silencio aunque concuerda con Jessica plenamente.

 

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