
CAPÍTULO 3 A la mañana siguiente, Loung me despertó con un beso. Creyendo que quería reanudar lo ocurrido, la abracé pero ella rehuyendo mis caricias y con lágrimas en los ojos, me informó: ―Don Manuel, nunca se repetirá. He cometido un error porque ahora me va a ser más difícil cumplir con mi deber porque cada vez que le mire, querré ser suya y sabré que es imposible. ―No te entiendo― respondí enojado― creí que habías disfrutado. ―Y disfruté pero a partir de hoy, habrá otra mujer en su casa― dijo mientras huía llorando de la habitación. En ese instante, […]