
Capítulo 6 Ya eran las siete cuando llegué a mi casa acompañado de mis dos nuevas sumisas. Lucía seguía completamente dormida y por eso en cuanto comprobé que no se había enterado de mi ausencia, obligué a las putas a desnudarse. Tras lo cual les ordené que regalaran a su nueva dueña un dulce despertar. Curiosamente Isabel que en teoría era la más lanzada de las dos, se quedó cortada y tuvo que ser Patricia la que la forzara a acostarse al lado de mi esposa mientras ella se arrodillaba a sus pies: -Chúpale las tetas a nuestra dueña- exigió […]