
9 Después de desayunar una ración de sexo que nos dejó satisfechos a los tres y dada la hora, nos vestimos con la intención de mostrarle a Paloma nuestro chiringuito preferido antes de ir a la playa. ― ¡No te imaginas qué raciones preparan! ― comentó María con mas hambre que el perro de un ciego. ―Ahora me comería un pollo entero― respondió la morena. Sé que pude comentarla que esa mañana ya se había comido una polla, pero decidí dejarlo para mas tarde, no fuera a ser que le apeteciera repetir. «Es capaz de quererme hacer otra mamada», medité […]