Tumbado en la cama, no dejo de pensar en las sábanas vacías y frías que ha dejado su marcha. Ayer la conocí, hoy la perdí. Menos de doce horas, durante las cuales ha horadado un profundo agujero, de donde me va a costar salir. Trampa escarpada de la que ni destrozándome las uñas, me va a resultar fácil escapar. En un inicio, noche como cualquier otra, tabaco, copas, risas en el bar de José. Música estridente, atmósfera sobrecargada y hielos disolviéndose en mi whisky, mientras oteaba mi coto de caza. Niñas, maduras, casados, solterones empedernidos, bailando todos al ritmo del […]