Relato erótico: “Dos rubias llamaron a mi puerta y les abrí FIN” (POR GOLFO)

En el coche, me empezaron a surgir nervios al darme cuenta de lo poco acostumbrado que estaba a las citas. No en vano la única que había tenido en los últimos dos años había sido con Agda y el mérito había sido suyo ya que ella había llevado la voz cantante, pero en el caso de Sara y dado su carácter, la responsabilidad de cómo se desarrollaran las cosas iba a ser enteramente mía.             «No puedo ni debo fallarla», me dije rememorando su cara de angustia cuando descubrió lo mucho que me deseaba tras permitir que Ua la masturbara […]

Relato erótico: “Descubriendo a Lucía (9)” (POR ALFASCORPII)

9 Me senté sobre la cama y acomodé mi melena echándola hacia atrás, pasándome por ella los dedos mientras mis tres mosqueteros me observaban expectantes. Me sentía profundamente bien, relajada, completa y satisfecha, aunque me moría de sed por tanto gemido y jadeo. – ¿Quién me prepara una copa? – les dije. Me habéis dejado seca. Luis se ofreció al instante, y salió hacia la cocina para coger hielos y preparar un combinado con la bebida que había quedado en el salón. – Ufff – suspiré-, y lo que daría por poder fumarme ahora un cigarrillo… – Alicia siempre tiene […]

Libro para descargar: “YO, CAZADOR” (POR GOLFO)

Sinopsis: La fiscal Isabel Iglesias es secuestrada por un psicópata que trae en jaque a las policías del mundo y al que se le acusa de ser responsable de más de un centenar de muertes. Jefe indiscutible de una oscura secta de fanáticos ha sembrado de sangre las calles de Madrid. Conociendo su siniestra fama la mujer ya se veía asesinada pero Manuel Arana la sorprende con una extraña propuesta: “Quiere saldar sus deudas con la sociedad, usándola a ella como instrumento pero antes ¡Debe conocerlo!”. A partir de ahí, se ve involucrada en un mundo lleno de violencia y […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (7)” (POR MARTINA LEMMI)

Mi más que obvia presunción quedó pronto confirmada.  Sentí el contacto de su húmedo miembro contra mi sexo y cómo el desgraciado lo hacía jugar un poco sobre mi entrada pero aún sin introducirlo.  A pesar de que me resistía a hacerlo, tal situación me hizo excitar y soltar una bocanada de aliento.  Él se dio cuenta y rio: había logrado su objetivo.  A continuación, me entró sin más trámite y esta vez lo que me arrancó fue un profundo grito que no logré contener.  Teniéndome entonces a cuatro patas, Inchausti inició su bombeo sin piedad alguna y sin darme […]